Hace un año se hablaba del Grexit (la salida de Grecia de la zona euro). Ahora, del Brexit (Reino Unido celebra el próximo día 23 referéndum para decidir sobre la permanencia o no del país en la Unión Europea). ¿Será lo próximo el Bundesbankexit (la salida del Banco Central de Alemania de la órbita del Banco Central Europeo)?
Movimientos políticos de extrema derecha y de extrema izquierda recorren Europa tomando la UE como cabeza de turco. El euroescepticismo no sólo ha crecido en Reino Unido. Una encuesta realizada por el Pew Research Center en diez países europeos, publicada el martes, revela que sólo el 27% de los griegos, el 38% de los franceses, el 50% de los alemanes, o ¡el 47% de los españoles! tiene una opinión favorable sobre la Unión Europea. Y ahora, más allá de las presiones políticas sobre la UE, el proyecto europeo afronta presiones financieras.
Las medidas de estímulo que el Banco Central Europeo está aplicando a la economía de la zona euro no gustan a todos. El BCE ha recortado los tipos prácticamente a cero, ha realizado compras masivas de deuda soberana y el miércoles, por primera vez en su historia, inició la compra de deuda de empresas, incendiando el debate, especialmente en Alemania, sobre si no se está excediendo en sus cometidos.
"Es peligroso que las empresas en crisis trasladen sus riesgos al BCE", opina el IFO
Con la compra de deuda corporativa el BCE recorta el coste de financiación de las empresas agraciadas. Entre ellas, según publicó Bloomberg, la española Telefónica. De esta forma el BCE considera que se rebajan los tipos de interés aplicados a las emisiones de bonos, se estimula el crédito, y se consigue poner más dinero en circulación. Instituciones y bancos alemanes no opinan lo mismo.
Clemens Fuest, presidente del Índice de Clima Empresarial (IFO, sus siglas en alemán), un organismo que cada mes mide el desarrollo de la economía alemana a través de una encuesta a 7.000 ejecutivos, advirtió este miércoles que el BCE, con la compra de bonos empresariales, "está actuando como un banco comercial". "Es peligroso que las empresas en crisis trasladen sus riesgos al BCE", dijo en un comunicado colgado en la web del IFO.
La revista del Deutsche Bank, Koncept, dirigida por el economista jefe del banco, David Folkerts-Landau, titula su último número: Cómo solucionar los tres grandes problemas europeos. Los tres grandes problemas a los que se refiere la publicación son la crisis de los refugiados, la crisis económica, y "un sector bancario que no satisface a nadie tras ocho años de crisis financiera. "Los bancos están todavía demasiado nerviosos como para prestar dinero, para proporcionar liquidez al mercado, y para financiar proyectos empresariales. El efecto perjudicial para el crecimiento económico es evidente para cualquiera", afirma. "Los reguladores pueden aumentar el capital aportando liquidez, pero si al mismo tiempo aumentan los costes mediante la regulación de procesos bancarios, lo que están haciendo es deprimir la rentabilidad (...)", advierte la publicación del Deutsche Bank.
Miembros del Bundesbank, el Banco Central de Alemania, firman un reciente análisis que puede consultarse en la web de la entidad en el que advierten que el entorno de bajos tipos de interés "plantea una enorme desafío para las entidades de crédito alemanas" y que las previsiones "muestran que la rentabilidad de los bancos se encuentra bajo presión". Esto, en opinión de los analistas del Bundesbank, está llevando a los bancos "a expandir su negocio a través de comisiones".
El diario conservador Die Welt considera que la institución presidida por Mario Draghi, al adquirir deuda de empresas, se adentra "en territorio desconocido" y que las compras de bonos pueden generar "enormes distorsiones". El periódico entrevistó el mes pasado a un abogado que ha presentado una demanda contra el Banco Central Europeo por su política de estímulos a la economía, tramitada por el Tribunal Constitucional alemán. En abril, el jefe de economía del Ministerio de Finanzas alemán, Ludger Schuknecht, escribió un artículo en The Wall Street Journal titulado El mundo no necesita más estímulos.
En España la banca, de momento, es algo más comedida respecto a las recetas de Draghi. José Luis Martínez Campuzano, portavoz de la Asociación Española de Banca, comentó ayer en una conversación con Vozpopuli que la compra de deuda, privada y pública, es una de las medidas de las que el organismo europeo dispone para imponer estabilidad financiera y que son estas las que están permitiendo una mejora en el comportamiento del crédito bancario. "A corto plazo es bueno para la economía en general, y si es bueno para la economía, es bueno para los bancos", dijo.
En todo caso, cuidado con el desapego creciente de la banca alemana hacia el Banco Central Europeo. Una brecha en las relaciones entre las instituciones financieras de la locomotora de la economía europea y el organismo que rige la política monetaria de la UE impulsaría los populismos antieuropeistas.