“Una partida de arribistas e iletrados regidos por la voluntad torticera, desvergonzada y egocentrista de su secretario general y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez”, en estos términos precisos describe el expresidente de la Junta de Andalucía José Rodríguez de la Borbolla describe en qué se ha convertido el PSOE. Tras esta definición advierte de que “nunca jamás un partido político español había caído tan bajo”, según figura en un artículo titulado PSOE: “El puto amo”, Catilina y la mujer del César que han publicado el lunes los nueve periódicos del Grupo Joly encabezados por el Diario de Cádiz. El artículo se centra en la referencia que Óscar Puente, ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, hizo en el Comité Federal del PSOE del sábado 27 de abril como “el puto amo” y censura que la “rehala de presentes” en Ferraz la “aplaudiera enfervorizada”.

Se nos dice en el evangelio (Mat , 15-20) que “por sus frutos los conoceréis” pero en términos partidistas y parlamentarios sería más exacto decir que “por sus aplausos los conoceréis” porque, como pueden dar fe los periodistas que siguen las sesiones del pleno del Congreso desde la Tribuna de Prensa, las ovaciones que tributan los Diputados de cada uno de los grupos parlamentarios alcanzan un nivel de decibelios directamente proporcional a la vileza en que haya incurrido el orador de su propia formación, mientras que las escasas muestras de elegancia oratoria o de inteligencia dialéctica que se profieran tienen garantizada la carencia de efecto alguno porque los recipiendarios son incapaces como de apreciarlas.

La expresión de 'puto amo' deriva de la expresión americana the fucking master, es decir: el masca, el que puede cepillarlos a todos y a todas porque es el jefe, el que más manda. Y al que hay que aceptar, en todo y por todo, sencillamente porque es el que tiene el poder. Nunca jamás un partido político español había caído tan bajo

Escribe Rodríguez de la Borbolla: “no cabe mayor descalificación, personal y colectiva. Pobrecitos y pobrecitas. Seguramente no saben que esa expresión de puto amo deriva de la expresión americana the fucking master, es decir: el masca, el que puede cepillarlos a todos y a todas porque es el jefe, el que más manda. Y al que hay que aceptar, en todo y por todo, sencillamente porque es el que tiene el poder. Nunca jamás un partido político español había caído tan bajo”. El fervor en el aplauso a Óscar Puente “un tipo rudo con especial iracundia oratoria” cuyas probadas aptitudes propiciaron que le fuera encomendada la réplica al discurso de investidura del candidato del PP, quien había obtenido en las urnas del 23 de julio de 2023 la cifra de 137 diputados que suponía un incremento de 48 sobre los resultados precedentes de 2019 y superaba en 16 los 121 ganados por el PSOE, que superaban en uno los que tenía atribuidos desde la convocatoria anterior.

Se encarece la lectura en el Diario de Sesiones de las palabras del encargado, antes de iniciar el reparto de responsabilidades respecto a la máquina del fango. Pero que Óscar Puente calificara a Pedro Sánchez de puto amo desencadenara el entusiasmo hasta el paroxismo que mostraba por ejemplo María Jesús Montero, vicepresidenta del Gobierno y vicesecretaria general del PSOE al frente de un Comité Federal que se había convocado sin orden del día, traía ecos del ¡Vivan las cadenas¡, cuando en 1814 el pueblo, impaciente por la restauración del régimen absolutista en la persona de Fernando VII El Deseado. El caso es que desde el Gobierno todo son invocaciones a la regeneración mientras se aplica a practicar cuanto identifica como detestable en el comportamiento de la oposición para la que solo concibe una entrega incondicional recitando el Discurso sobre la servidumbre voluntaria de Étienne de La Boétie. Pareciera así que el Gobierno estuviera mereciéndose, cada vez más, la oposición que tiene. Atentos.

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