Opinión

Colau y el antisemitismo de la izquierda

Ya que estamos en campaña es menester decir cosas que no escucharán en ningún debate. El odio hacia Israel, por ejemplo

  • La alcaldesa de Barcelona y candidata a la reelección, Ada Colau. -

Cuando servidor trabajaba en el aparato del PSC se me ocurrió un día llegar a la sede del partido con un pin de la bandera de Israel en la solapa. Aquello fue un carrusel de malas caras, dialécticas antisemitas y odio visceral. Desde Miquel Iceta a Pepe Álvarez a diversos mindundis que pululaban por allí sin saber a qué se dedicaban, se me afeó que estuviese de parte de un estado dictatorial, opresor, genocida y todos los adjetivos que jamás les escuché proferir contra Siria, Libia o Cuba. El PSC apoyaba sin fisuras a la OLP, a Hamás y a todo movimiento terrorista que actuase segando vidas israelís. Eso se traducía en jugosas subvenciones a dichas organizaciones salidas de las instituciones gobernadas por el PSC.

Y es que, al igual que el PSUC y todos los grupúsculos izquierdistas, Israel representaba el enemigo a batir – es decir, la democracia – siendo mucho más apetecible dar cobertura a los asesinos, curiosamente, anti demócratas. Señalado esto, he aquí algunos datos acerca del comportamiento de la izquierda catalana respecto al pueblo más perseguido de la historia, culminada con la Shoah perpetrada por los nazis y sus países satélites. Entre ellos la Francia de Vichy, que con la redada del Velódromo de Invierno ostenta el triste récord de ser el país que detuvo a más judíos de una vez.

Empecemos por la inauguración de los JJOO de Barcelona. Al desfilar ante la tribuna de autoridades la delegación de Israel muchos concejales socialistas silbaron y abroncaron a la misma. Servidor se las tuvo tiesas con ellos y me levanté aplaudiendo. Sigamos. Seis de noviembre de 2018. Los ayuntamientos de Molins de Rei y Barcelona acuerdan el boicot al equipo de waterpolo israelí. Vamos al 16 de enero de 2020. Los partidos progres votan en contra de anular las subvenciones a aquellas organizaciones que hostigan y persiguen a los judíos. Saltemos hacia atrás, al 4 de junio de 2017. El ayuntamiento invita a Layla Khaled, conocida terrorista palestina y secuestradora de aviones.

Al desfilar ante la tribuna de autoridades la delegación de Israel muchos concejales socialistas silbaron y abroncaron a la misma

Todos estaban encantados con tenerla en la Ciudad Condal. Once de septiembre de 2018. Grupos que la prensa bien queda califica como “antifascistas” se manifiestan en la Plaza de San Jaime con gritos de “Muerte a los judíos, el ejército de Mahoma volverá”. Al año, la sinagoga barcelonesa era vandalizada, teniéndose que aumentar la dotación policial que la ha custodiado desde siempre: antes, de los neonazis, ahora de “antifascistas” que suelen repetir periódicamente – la última vez no hace mucho – sus pintadas insultantes al pueblo judío. Ni que decir tiene que las actuaciones institucionales fomentan esa fobia hacia Israel, siendo recibidas con alegría por los colectivos radicales separatistas.

La guinda fue cuando este febrero pasado Ada Colau decidió unilateralmente romper relaciones con Israel, así como el hermanamiento entre Barcelona y las ciudades de Tel Aviv y Gaza. Colau dijo que había recibido más de cuatro mil firmas solicitando esa ruptura. Sería la primera vez que hace caso a los vecinos. Del atentado islamista de las Ramblas y lo que se oyó aquellos días por parte de algunos izquierdosos prefiero no hablar, porque daría para un libro. Al final, parecía que la culpa la tenía el CNI y que el Rey conducía la furgoneta homicida.

Colau dijo que había recibido más de cuatro mil firmas solicitando esa ruptura. Sería la primera vez que hace caso a los vecinos

Recuerden la extraña sonrisita de Colau en el acto de homenaje a los vilmente asesinados en el Pla de l’Òs de las Ramblas, contrastando con la expresión de aflicción del Rey y el resto de los presentes. Podríamos seguir, pero creo que este pequeño recopilatorio deja al descubierto el antisemitismo por parte de unas formaciones que, entre el mártir y el verdugo, siempre se quedarán con el verdugo. Lo llevan en su genética ideológica. El antisemitismo no es más que la pulsión más baja del totalitarismo, tenga un color u otro. Por cierto, VOX es el partido más abiertamente pro Israel. Ahí lo dejo.

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