Opinión

El rey de los brokers tiene miedo: ¿y si Credit Suisse es la siguiente ficha del dominó?

El terremoto financiero ha obligado al mismísimo Larry Fink a retocar su carta a los inversores. El fundador de BlackRock pone el dedo en la llaga: la larga era de dinero fácil propiciada por los bancos centrales

  • Sede de Credit Suisse en Zúrich. -

El broker más poderoso del mundo tiene motivos para dormir intranquilo y no esconde por qué: el pinchazo de un pequeño banco estadounidense puede ser el detonante de una crisis financiera a mayor escala. El broker en cuestión se llama Larry Fink y preside el fondo de inversión más grande del planeta (BlackRock). La entidad referida es, obviamente, Silicon Valley Bank (SVB), recién intervenida por Washington para eludir la quiebra.

SVB era una marca absolutamente desconocida para el gran público en Europa. También lo era en su día Bearn Stearns, el banco norteamericano que pinchó en 2007, desatando una sucesión endiablada de acontecimientos que llevaría a la mayor recesión mundial desde el Crack del 29.

Las comparaciones son odiosas pero, en estos casos, necesarias. Entre otras cosas, aquel batacazo se diferencia del terremoto actual en el origen. Hace 16 años, la espoleta fueron las hipotecas 'basura' (subprime); hoy, la raíz se halla en los problemas del sector tecnológico estadounidense.

Sin embargo, antes y ahora había un gran magma subyacente. En la anterior crisis, el sector financiero estaba atiborrado de productos tóxicos que elevaban el riesgo por encima de lo asumible. En la actualidad, lo que abunda en los balances de las entidades son los bonos acumulados tras una larga era de dinero barato, consecuencia de la política monetaria de los bancos centrales. Ese magma afloró con furia en 2008. La gran incógnita ahora es si funcionarán los cortafuegos desplegados por los reguladores en los últimos años, para evitar, precisamente, que la historia se repita.

El incendio de Credit Suisse

La pregunta se la hacen banqueros, ahorradores e inversores, tras comprobar que ni los mensajes de calma de Joe Biden han surtido efecto. No se ha apagado el incendio en Silicon Valley, cuando ya ha prendido otro en Europa. Concretamente, en Zúrich, donde tiene la sede Credit Suisse. En un momento hipersensible para los mercados, el banco suizo ha aflorado pérdidas imprevistas y no tiene garantizado que su mayor accionista (el fondo saudí SNB) vaya a tapar los agujeros.

La incertidumbre es tal que hasta el mismísimo presidente de BlackRock ha tenido que modificar su carta anual a los inversores. Las palabras de Larry Fink son sagradas para quienes se enriquecen -o se arruinan- en los parqués. El mensaje está milimétrica medido. Por eso, llama la atención que la misiva de este año, publicada este mismo miércoles, incluya una alusión directa al seísmo con epicentro en Santa Clara (California).

El primer mensaje de Fink es un titular en toda regla, en negrita y con un elevado cuerpo de letra. Y no puede ser más inquietante: "El precio del dinero fácil: ¿empiezan a caer las fichas de dominó?". Según el magnate de Los Ángeles, lo que estamos viviendo son las consecuencias de una estrategia compartida durante años por el Banco Central Europeo (BCE) y la Reserva Federal. Una larga época con tipos de interés inexistentes y con unos mercados de deuda 'dopados' por las compras de deuda.

"Como resultado de esas políticas, hemos alcanzado unos niveles de inflación no vistos desde los 80", recuerda Fink. El 'rey' de los brokers recuerda lo que ya sabemos: para frenar los precios, los tipos de interés han ascendido de manera meteórica. Y esa escalada ha generado una convulsión cuyos efectos empiezan a reflejarse ahora. Esa es, en su opinión, "la primera ficha del dominó en caer".

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El fundador y CEO de BlackRock, Larry Fink.FLICKR

La subida acelerada de los tipos ha contribuido, por un lado, a elevar la morosidad de la banca por el encarecimiento brusco de las hipotecas; y por otro, ha depreciado considerablemente las carteras de bonos, cuyo valor nominal cae a medida que aumenta su rendimiento (interés).

"Los mercados de bonos cayeron un 15% el año pasado, pero todavía parecían "tranquilos, demasiado silenciosos", escribe Fink. Ahora bien, la caída de SVB marca un punto de inflexión. Es "la mayor quiebra bancaria en más de 15 años", recuerda el fundador de BlackRock. "Es demasiado pronto para conocer el alcance de los daños. La respuesta de los reguladores ha sido rápida y ha ayudado a frenar los riesgos de contagio. Pero los mercados siguen al límite", concluye Fink, antes de preguntarse: "¿serán los desajustes entre activos y pasivos la segunda ficha de dominó que se derrumba?".

El 'broker' se refiere a la peligrosa brecha que puede abrirse entre el valor que la banca otorgó a sus carteras y el que pueden alcanzar si la incipiente crisis va a más. "Todavía no sabemos si las consecuencias del dinero fácil y los cambios regulatorios repercutirán en todo el sector bancario estadounidense, con más intervenciones y cierres por venir".

Las dudas son trasladables totalmente a Europa. Más si cabe, tras conocer que Credit Suisse ya ha pedido ayuda al Banco Central de Suiza ante la huida masiva de inversores. Cuando Larry Fink redactó su carta, la entidad suiza no ofrecía tales fisuras. De saberlo, el magnate la habría elevado probablemente a la categoría de ficha tambaleante de dominó.

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