Fue en 2007 cuando Al Gore predijo que el Ártico se quedaría sin hielo en 2013. Actualmente, el exvicepresidente de Estados Unidos percibe entre 100.000 y 1 millón de dólares por cada conferencia, en las que suele exponer sus malos augurios ante una audiencia entregada. Las conjeturas fatalistas siempre funcionan entre el gran público y hay quien vive muy bien gracias a ellas. Los expertos han deducido que, para 2023, Nostradamus predijo la llegada a San Pedro de un “Papa oscuro y maligno” y la detonación de una bomba nuclear. El adivino francés sigue metiendo la pata pese a llevar 456 años muerto. La primera lección que puede extraerse de todo esto es que el miedo, dada su irracionalidad, puede difundirse e infundirse sin temor a que nadie pida cuentas a sus promotores por las inexactitudes. De esto va este artículo.
Las principales autoridades epidemiológicas de este país difundieron hace un par de años el mensaje de que en 2020 la gripe había desaparecido. Hipócrates describió esta enfermedad en el 412 antes de Cristo y su relación con el hombre ha sido constante desde entonces. Frecuentemente, trágica. Pero da la casualidad de que el año en el que se declaró una pandemia mundial de covid-19, este virus hibernó. Segunda lección: las corbatas y las batas blancas predisponen a que el público piense que todo lo que se pronuncia desde las tribunas es verdadero.
Habrá quien piense que lo que ha ocurrido en los últimos tres años constituye un hecho aislado y no se volverá a repetir. Lo dudo. Me refiero al fenómeno de propagación exagerada del terror por tierra, mar y aire. Cuesta pensar que quienes promovieron los estados de alarma (y me refiero a los psicológicos, no a los políticos) vayan a renunciar a influir sobre unos ciudadanos que han demostrado una absoluta permeabilidad ante las órdenes irracionales e indiscriminadas, así como una preocupante capacidad para ser manipulados. Dios nos libre de creer las más delirantes teorías negacionistas, pero hay comportamientos que dan que pensar. ¿Cuáles?
A golpe de 'cliffhanger'
Sucedió hace tanto tiempo que ni siquiera ha transcurrido un año. Eran las vísperas de la Navidad cuando los noticiarios de La Sexta difundieron unas imágenes sobre la forma en la que debían sentarse los comensales en la mesa de Navidad para no aniquilar a los abuelos. Eran los días del 'esplendor' de la variante ómicron y las autoridades obligaron a los ciudadanos a llevar la mascarilla en exteriores. Hay quien dice que no es efectiva. Niego la mayor: es una gran herramienta para recordar al personal que no debe bajar la guardia. Que debe conservar una cantidad significativa de temor en su vida cotidiana.
En aquellos días, se suspendieron las cenas de empresa y hubo quien decidió no acudir a las celebraciones familiares por precaución. Los informativos de las televisiones mostraban constantemente gráficas de contagios y pasillos de hospital abarrotados; y advertían del colapso en las unidades de cuidados intensivos. Llegó enero y El País publicó en su portada una noticia que informaba de la intención del Ejecutivo de abordar a partir de ese momento esta infección del mismo modo que la gripe. Y todo cambió de repente. Repito: de repente. Desde entonces, la rutina ha vuelto a ser prácticamente igual que antes de marzo de 2020.
En los últimos 14 días, ha habido casi 15.000 nuevos contagios en España entre la población de riesgo, según el Ministerio de Sanidad. Seguramente sean más, pero como el miedo mediático se inocula en una menor cantidad, los ciudadanos se hacen menos pruebas de antígenos (lógico). Hay quien morirá de covid durante el invierno (y serán algunos miles a buen seguro), al igual que de gripe. No se mostrarán imágenes de las morgues en los informativos. La estrategia gubernamental es otra. Ya no interesa, ya no existe.
Incertidumbre importada desde China
Cuento todo esto por lo que pueda pasar en las próximas semanas, en las que el panorama podría volver a ennegrecerse de nuevo. Porque, recientemente, China ha decidido levantar las restricciones que estableció en 2019 para frenar el avance de la covid-19 en su territorio, que fue donde se originó la enfermedad. Y eso ha provocado que la situación se descontrole.
Cuentan las mejores crónicas que la decisión del Gobierno chino no ha estado acompañada de una vuelta a la normalidad, dado que los ciudadanos temen morir. Durante tres años, han escuchado cada día distintos mensajes que advertían de que este coronavirus es un asesino preciso y silencioso, así que habrá quien piense que tras cruzar la puerta de su portal podría ser víctima de un enemigo invisible. Ahora bien, la relajación de las restricciones ha provocado millones de contagios entre una población que no estaba inmunizada. Tanto es así que las autoridades chinas los han dejado de difundir datos para no alarmar a la población, que ha arrasado con las farmacias, atemorizada. ¿Qué pensará un ciudadano de este país sobre este abrupto cambio de estrategia? Un día negro, otro, blanco. La irracionalidad como forma de gobernar.
Este tipo de manipulaciones son propias de dictaduras y en China la gestión de la covid-19 ha alcanzado en los últimos años el nivel de las más indeseables distopías tecnológicas. No ha sido el único lugar en el que se han producido comportamientos gubernamentales similares. Aquí también ha ocurrido (a menos escala), lo que debería animar a reflexionar acerca de los dejes autoritarios que han adquirido las democracias occidentales. También, por supuesto, sobre esa actitud tan habitual de negarlos, como si habitáramos en una caverna platónica y estuviéramos convencidos de que no hay nada con más capacidad lumínica que la hoguera que tenemos a nuestro lado.
Siempre a destiempo
Lo cierto es que la estrategia de crear miedo y shock a través de crisis sanitarias, parusías, guerras y dificultades económicas perpetuas es evidente y masiva. Entre la gestión virtuosa de las dificultades y la estrategia de amedrentar al personal, se opta una y otra vez por lo segundo.
Quizás, a estas alturas, ya no haya capacidad de sobreponerse a los efectos de la sociedad digital y mediatizada, que avanza entre susto y susto. Pero quizás todavía haya margen para analizar lo que ocurre a nuestro alrededor con mirada limpia lo que ocurre alrededor. Y, al leer acerca de lo que ocurre estos días en China -y comprobar el repentino cambio de estrategia-, cualquiera puede tener la sensación de que el abordaje de la pandemia, en muchos aspectos, ha sido un completo disparate. Porque las decisiones sanitarias y económicas se han tomado sin rigor. Se ha actuado a brochazo limpio y se ha utilizado la estrategia del miedo -y la superstición- para mantener la situación bajo control y evitar preguntas impertinentes sobre la gestión.
Si todo esto no invita a hacer una reflexión, quizás ya no haya remedio. Lo peor es que, a la vista de lo que ocurre estos días en China, quizás ahora sí que habría que tomar alguna medida -en fronteras- desde la racionalidad, dado que el contagio de tantos millones de personas de forma simultánea puede provocar una nueva expansión del virus y de cepas y variantes nuevas. De momento, aquí no se ha hecho nada. ¿Por qué? Porque implicaría estar atento, gobernar bien y no matar moscas a cañonazos, sino ser eficiente. Y eso no existe por estos lares.
curuxiera
"China ha decidido levantar las restricciones que estableció en 2019 para frenar el avance de la covid-19 en su territorio, que fue donde se originó la enfermedad". ¡Anda!, pues yo creía lo que decían algunos políticos, españoles y no españoles y que el origen era marciano.
Yomismo
La llegada de un papa oscuro y maligno se produjo antes del 2023. Ahí está el tal Francisco de Argentina.
gwy
"Y todo cambió de repente. Repito: de repente." Y aquí está la.mentira. Repito: la mentira. Nada cambio de repente. Los niveles de vacunación fueron subiendo, la inmunidad natural también, y hubo un día en que el riesgo se hizo aceptable. Cuando una tiranía como la china, tan poco dada a conmoverse por la salud de sus ciudadanos y por mostrar su incompetencia, sigue empantanada con el Covid, la neurosis negacionista entra en colapso.
Caplan
Hoy , ayer también pudo ser, a casi ningún gobernante le importe una higa sus ciudadanos, estos ciudadanos son meros aportadores baratos de poder y riqueza para sus " dueños " los que gobiernan. No nos equivoquemos ya que el poder se alimenta del miedo y por ello siempre, siempre sufriremos sus botas en nuestros cuerpos. Hoy Covid y mañana será otro, da igual ya que el resultado será el mismo.
maripepa
He visto las encuestas. Qué listos son los gallegos que se siguen quitando de sus impuestos a los radicales de izquierdas y derechas.
maripepa
Vox está en plena descomposición. No tienen candidato para Galicia y tampoco van a tener escaño. Y están a pataleta diaria para salir en prensa. Y el PP alejándose de un partido tan radical y casposo como Sumar o Podemos..
Birmania
A ver si por una vez la UE deja las vacaciones y hace algo antes de que sea demasiado tarde.
vallecas
Todo esto ocurre porque los sistemas de gobernanza actuales no funcionan. En China porque los que están en el poder no quieren abandonarlo, y en Europa porque los que están en la oposición quieren obtenerlo. Es el sistema quien genera esta situación autodestructiva. Claro que tengo una idea, una solución, pero sería demasiado larga.
Emilezolacuso
A tales sociedades, tales genocidas. Se sabía todo desde ENERO 2020, pero miraron para otro lado. ESPAÑISTÁN lideró el número de muertos por COVID19 en todo el mundo, y lo hizo durante varios meses, después se quedó entre los primeritos. Todo un genocidio, sobre todo en RESIDENCIAS MAYORES, que estuvieron bajo palio de PABLO IGLESIAS TURRIÓN. 32.000 muertos y de rositas. Después llegó el genocidio económico/social/laboral también gratis total, para acabar estando en Estado de Sitio desde Marzo 2020 y lo q te rondaré morena. El talismán, la lámpara de Aladino q acompaña la impunidad: Q EL PP/GÉNOVA13, el colaborador, cómplice, telonero necesario q permite semejante estado de cosas.
Leonidas
Aquí querrán ponernos otra vacuna y luego si la mortalidad se dispara, será por el cambio climático, mientras las farmacéuticas y las corruptelas de este gobierno se forran
maripepa
Efectivamente. Abascal no cree en la democracia y no acepta que el PP haya ganado las elecciones. Lo mejor que está haciendo el PP es alejarse totalmente de un radical como Vox que ni gana elecciones ni deja gobernar al que las gana. Y Feijóo no va a gobernar España con Vox porque sería la desaparición del PP.
Variopinto
Tal y como publica hoy un titular en un periodico digital barcelones, el informe sin firmar con el que en pleno diciembre se viene manteniendo la vigencia del uso de mascarillas en transportes públicos data de Abril de 2022. Esa sí que es una de evidencia evidente de lo que se viene haciendo durante este año en el ejecutivo nacional, desde la ocurrencia de la "gripalizacion" de la COVID-19. Pero nuestro mayor problema es que volvemos a estar en una situación política similar a febrero de 2020. Lo del entonces titular de cartera ministerial que andaba encargándose de sentarse a negociar nuevas mesas de dialago, se parece muy mucho a la actual titular de esa misma cartera preocupándose de hacer campaña como candidata municipal para el próximo mayo. O candidata o ministra, sería lo que dicta el sentido común y el interés general. Pero en festividades navideñas, ¿quién espera ver trabajar tomando decisiones necesarias? Cuando los más 14 millones de chinos que se prevé que empiecen a coger sus deseadas vacaciones, después de los más de 3 años de encerramiento, viajen fuera de su país, es otra evidencia que la pandemia volverá a recuperar su globalidad. Los países de su entorno geográfico ya están a ello. Aunque, es más que probable que hasta enero o febrero (año nuevo para ellos) no se vea la enormidad logística (y sanitaria) que puede provocar tanto desplazamiento. Ojalá tuvieramos en el ejecutivo central politicos previsores y no cortoplacistas mal asesorados por supuestos expertos, pero de momento, con estos bueyes nos toca arar. Feliz entrada de año, Sr.Arranz (y lectores).
Cibeles
La verdad es que no recuerdo una época en que viviéramos nuestro día a día como estos últimos años: temor a que nos encierren en casa con el pretexto de protegernos; temor ante una inmigración ilegal de hombres jóvenes y fuertes que campan por nuestras calles: temor a que reduzcan la producción de alimentos destruyendo la agricultura, pesca y ganadería (para no dañar la salud del planeta); temor a una guerra impuesta en un país (Ucrania) qué nunca nos ha sido cercano y que ha causado una catástrofe económica intencionada en Europa con un Parlamento Europeo que es como poco un desastre.... Cómo no vamos a vivir con miedo si nada funciona.
Reliable1
Si estadísticamente los viejos, los de la Tercera Edad, son los mejores candidatos a morir por Covid por tener menos defensas, no será una bendición para el gobierno chino-y el nuestro, el español- ir aligerando población improductiva, la que vive de la mamandurria de las pensiones, la que alcanza los noventa y tantos años, chupando del bote de las gominolas casi gratis de las farmacias, etc. La nevasca de Buffalo, Nueva York, matando de frío a la peña, es "peanuts" comparado con lo que nos espera, la Sexta marcha FF (Fast & Furious). Venturoso 2023 intervinientes!