Nadie esperaba que a una reunión presidencial organizada con anónimos”— que es ahora como denominan a los ciudadanos los políticos que necesitan reafirmarse en la mentira de sus vidas, que son mejores que ellos— pudiesen acudir personas descontentas, contrarias o incluso preocupadas por el futuro de su familia. No se esperaba de Sánchez, como tampoco se espera de Biden o Putin. Quizá de Macron sí, quien disfruta abroncando en cámara a algún adolescente, siempre que sea blanco, por su mala educación.
Tampoco sorprende que fuesen todos cargos y militantes socialistas, ni que los medios difundiesen la mentira presidencial sobre su nula vinculación al partido rector de la conciencia en nuestro país, el PSOE.
En realidad ese encuentro del presidente con lo mundano es la perfecta metáfora de la democracia moderna, el verdadero papel que las élites reservan para el pueblo, para los ciudadanos, el de figurantes. Una aparición controlada, ficticia, una existencia utilizada para legitimar un poder contrario a sus propios intereses, ante el que deben mostrarse agradecidos por recibir las migajas de palacio, que pagan ellos.
Pero quizá exista una grieta en el sistema, un espíritu de resistencia. Quizá el ciudadano ya famélico, desposeído de nación a la que pertenecer, riqueza a la que aspirar y valores a los que aferrarse, alce la voz para oponerse. No por afán de poder, sino de supervivencia material y existencial.
Se había creado el clima y la oportunidad para aprobar un texto dictado por la izquierda indigenista, victimista y tiránicamente woke que llegaba al poder tras las protestas
Chile nos presta unas valiosas lecciones para reflexionar sobre el papel del pueblo, las élites y las constituciones modernas. Las revueltas del 2019, desencadenadas por la subida del precio del billete de metro, fueron sofocadas por quienes las promovieron bajo la solución mágica de cambiar la Constitución de Pinochet, aún en vigor. Se había creado el clima y la oportunidad para aprobar un texto dictado por la izquierda indigenista, victimista y tiránicamente woke que llegaba al poder tras las protestas. Un esperpento constitucional al no garantizar la convivencia sin asegurar la opresión de la mitad de la población. Finalmente Chile ha votado “no” en un giro de guion de quienes son considerados figurantes. Ahora muchos chilenos dudan sobre el carácter opresor de la anterior Constitución o si tan siquiera necesitan una.
Chile muestra al menos la posibilidad de abrir una grieta en el sistema de Instituciones, que en nombre del pueblo gobiernan contra él. Esa grieta es la resistencia de los ciudadanos a aceptar un mundo planificado para obtener el sacrificio voluntario de sus intereses.
No puede ser ideal un sistema que anima a la pobreza y la sumisión política de los ciudadanos, los figurantes, en vez de ser un sistema que les garantice prosperidad
“Pasar frío o pagar más para evitarlo puede ser el precio para salvar la democracia liberal”, afirmaba el politólogo más sobrevalorado de todos los tiempos, Francis Fukuyama, mientras pedía el envío de armas a Ucrania para defender el sistema. Un sistema que durante décadas ha aprobado leyes en Europa encaminadas a la actual pobreza energética, la destrucción de la agricultura y la inseguridad ciudadana. Todo ello siendo impuesto y exigido a los figurantes bajo la excusa de proteger un bien mayor, el clima o la multiculturalidad. Ahora ese sistema ideal exige más sacrificios para no responsabilizar a las élites de sus decisiones, en nombre del último bien mayor que les queda en la chistera.
Tras la caída del muro de Berlín, Fukuyama afirmó que la democracia liberal era el Fin de la Historia. Pero no puede ser ideal un sistema que anima a la pobreza y la sumisión política de los ciudadanos, los figurantes, en vez de ser un sistema que les garantice prosperidad, libertad y la defensa de sus intereses. O al menos calefacción en invierno.
La grieta de la democracia liberal para Fukuyama y sus admiradores son los ciudadanos que resistan o cuestionen las decisiones de quienes les exigen pasar frío, culpándoles de no asumir con heroicidad los problemas creados por las propias élites, ajenas a toda restricción de abundancia. Un sacrificio de fe. Todo para salvar un sistema que les ha llevado a esta situación, de privilegios a unos, de servidumbre a otros.
Variopinto
Este politólogo está de promoción de su último libro titulado El liberalismo y sus desencantados. No le haga demasiado caso a sus palabras porque busca lo que busca. Como ejemplo, ésta es la explicacion que el propio Fukuyama ha hecho para otro medio sobre lo que él considera liberalismo: "Manejo una definición muy amplia de liberalismo que no está relacionada con la ideología. Es cierto que en Europa el liberalismo se asocia a la centroderecha. En Estados Unidos se asocia con la izquierda. Mi definición dice que es una doctrina que protege los derechos individuales y limita el poder del Estado. Puede ser de derecha o de izquierda, lo importante es el Estado de derecho como fundamento de una sociedad."
xsibai
"Desposeído de Nación a la que pertenecer": Ahí está nuestro mayor problema próximo. Nuestro y de varias naciones íberoamericanas, aunque no sé quién ha copiado a quién, pero todos vamos por muy mal camino.
giledu
Todavía hay una gran cantidad de personas en España que la clase política, en este caso socialista, se ha encargado de aunar en una red clientelar que les aseguran 90 escaños. Son paniaguados, que viven de lo público, acólitos de fácil abducción ideológica, y económicamente dependientes del estado. Parte de ellos son la cultura, educación, los sindicatos y todos los sectores que ya sabemos y sus entornos. Mucha gente, madre mía, mucha. Lamentablemente la gestión de la riqueza en este país ya está regida por la parte pública en más del 50 %, completamente indeseable por lo ruinoso que resulta.
Talleyrand
"No tendras nada pero seras i diota" ("feliz" en el original). Parece el modelo de soma de Huxley. La sociedad dividida en alfas, betas... Alguien esta diseñando "un mundo feliz" o "Brave new world" en el original y como casi siempre, el sueño de la razon (o de los intereses...) produce monstruos. Soy el unico que no entiende porque no se reacciona contra todo tipo de hechos, acciones y declaraciones insolventes y desastrosas que simplemente nos estan hundiendo como sociedades occidentales.?
vallecas
No confío que la actuación de la gente vaya a ser la solución puesto que solo reaccionan cuando tienen el agua al "borde de la nariz". El fumador empedernido no deja de hacerlo hasta que le da un infarto o el sistema de pensiones no se actualizará hasta que colapse. Hay gente que dice que hay un altísimo porcentaje de la población cuyo deseo es la "sumisión política y social de los ciudadanos, figurantes" No lo se.
joluisma
Los CEACESCU espanyoles