Opinión

En Galicia ganó Feijóo y perdió Otegi

Para seguir en Moncloa, hundir al PSOE. Pedro Sánchez se la jugaba y perdió. En Galicia, las elecciones las

  • Alberto Núñez Feijóo y Alfonso Rueda -

Para seguir en Moncloa, hundir al PSOE. Pedro Sánchez se la jugaba y perdió. En Galicia, las elecciones las ha ganado Núñez Feijóo, con contundencia. Ninguna de las malas artes utilizadas para quebrar su imagen presidencial funcionó. De hecho, han provocado el efecto contrario y se consolida como líder nacional indiscutible del constitucionalismo. Esta es la principal consecuencia política del 18F. Como demostró el cambio en Polonia con Donald Trusk, a diferencia de Hungría, contar con un liderazgo incuestionado es condición previa para la restauración democrática.

El banco de pruebas en el que se convirtieron las elecciones del domingo muestra que la verdadera amenaza para la España constitucional, más que Sánchez y Puigdemont, es el proyecto separatista “Ahora Repúblicas”, una alianza del vasco Bildu, el catalán ERC y el gallego BNG, cuyo fin declarado es la expulsión del Estado español de los territorios en los que actúan. El 18F desenmascara la utilización del trampantojo izquierda-derecha con el fin de ocultar el verdadero conflicto: constitucionalistas contra anti-constitucionalistas. En este marco, el Psoe es ya solo una fuerza auxiliar en los “gobiernos tripartitos”. Lo resumen bien el nuevo candidato de Bildu Otxandiano: Sánchez es “una oportunidad histórica” para la plurinacionalidad.

Como se ha visto en Galicia, los nacionalistas persiguen a conciencia la captación de votos de origen socialista para sumar a los ya seguros del independentismo irredento. Los socialistas se subordinan a ese proyecto que se ha ido imponiendo en País Vasco, Cataluña y Navarra, con aspiraciones de lograrlo en el futuro en Galicia, Baleares o Comunidad Valenciana. En consecuencia, la artillería constitucionalista debería concentrarse, no tanto en el Psoe, camino de la insignificancia, como en los partidos de “Ahora Repúblicas” que, para convertir en inviable el Estado español, no están desaprovechando la oportunidad que les ofrece la traición socialista, la “desbandada”, como ya advertía el historiador Santos Juliá poco antes de morir.

Desde Prisa a laSexta, pasando por medios pro-secesionismo, todo el conglomerado periodístico de la amnistía se han empleado a fondo a favor de la candidata de Otegi en Galicia

En ese contexto de degradación política del socialismo español, puede interpretarse su cooperación con quienes están incendiando a conciencia la casa construida por los fundadores de la Transición. Cuando el dirigente socialista catalán Illa se niega a un minuto de silencio por los guardias civiles asesinados por el narcoterrorismo sigue la hoja de ruta socialista de sumisión a los independentistas. Suelen disimular, pero qué pedagógica resulta la actitud de genuflexión del Partido Socialista observada estos días en Galicia, incluidos el sainete de las bolitas de pellets o el montaje del off the record con el absurdo “Feijóo ha cambiado de opinión con la amnistía”.

Galicia marca la ruta para hacer frente a las artimañas de los “tripartitos”. Si nos fijamos en el mapa electoral del País Vasco, donde, con menos del 20% de población independentista, los partidos secesionistas PNV y Bildu logran más del 60% de la representación parlamentaria, será fácil deducir en qué debe concentrar sus esfuerzos el constitucionalismo. Como ilustra el 18F, no se puede esperar a 48 horas del día D para desenmascarar la trampa de esconder el programa secesionista detrás de una falsaria “careta social”. El tumor está tan desarrollado que el constitucionalismo deberá armarse de paciencia estratégica para reconducir la situación. Es decisivo para los españoles porque, como demuestra un reciente informe del BBVA, esta inestabilidad política está paralizando la inversión.

Convertido en el pañuelo de Otegi, el Partido Socialista se preparan para la caza con reclamo de incautos electores que terminan sirviendo a los independentistas

No se puede ignorar la trascendencia del activismo mediático en la fabricación de un proyecto político en el que la clave es la subordinación socialista a los objetivos de “Ahora Repúblicas”. Desde Prisa a laSexta, pasando por medios pro-secesionismo, todo el conglomerado periodístico de la amnistía se han empleado a fondo a favor de la candidata de Otegi en Galicia. Asombra ver cómo Miguel Contreras, el nuevo controlador de contenidos en El País y La Ser, ha empleado las mismas manipulaciones de Tezanos en las encuestas dirigidas a concentrar votos en el nacionalismo. Con cierto éxito. En estas elecciones, el PSOE perdió 300.000 votos sobre 2009 y BNG ganó 200.000. No es mala cosecha. Incluso en Vigo se produjo el mismo vuelco.

Como a veces ocurre con la caza con galgo, conviene en política no seguir la liebre equivocada. Al constitucionalismo, obligado a restaurar la democracia liberal del 78, le interesa centrarse en quienes protagonizan el proyecto alternativo de destrucción del Estado constitucional. La liebre a seguir es Otegi y compañía. El ardid socialista de la servidumbre al independentismo para, con muchos menos votos, seguir enganchados a presupuestos públicos ya echó a andar en País Vasco con el candidato del PSOE Andueza. Él, como hacen Illa en Cataluña y Chivite en Navarra, está ahora en modo “no queremos independentismo”, para ponerse a su disposición a la hora de formar gobierno. Convertido en el pañuelo de Otegi, el Partido Socialista se preparan para la caza con reclamo de incautos electores que terminan sirviendo a los independentistas que les desprecian. Como en Galicia.

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