En 2016, tras las elecciones del anterior 20 de diciembre, el vencedor de las elecciones, sin mayoría suficiente, Mariano Rajoy transitaba por el sendero de alcanzar la mayoría necesaria en el Congreso de los Diputados buscando una gran coalición a la alemana, con el principal partido de la oposición, o un remedo sui generis, conseguido con la quiebra del PSOE, a través de la abstención de éste, lo que le permitió alcanzar la Presidencia del Gobierno de España, de la que fue depuesto con una moción de censura dos años después. Tras aquella versión sui generis de la Grosse Koalition, creo observar que tenemos otra, se diría que Grosse Koalition al hispánico modo, más perfeccionada. He llegado a esa conclusión, cuando contemplo una serie de hechos de relevancia democrática, política y social que se están produciendo en estas fechas, como son los acuerdos institucionales entre el Gobierno de España, coalición del PSOE y UP, y el principal partido de la oposición el PP, para cubrir puestos, vacantes de manera injustificable desde hace tiempo, en instituciones tan relevantes como el Tribunal Constitucional, donde ha sido noticia (no tan sorprendente por la polémica en relación con el perfil de uno de los candidatos del PP) la declaración del presidente saliente en la que reclama algo que se supone va de suyo en tal alto tribunal, como es "dar ejemplo…".
Me pregunto por qué es fácil ponerse de acuerdo para repartirse cargos, pero es muy difícil establecer una sólida cadena de consenso estratégico sobre las pensiones públicas
A la vez hemos conocido que se ha cerrado con un acuerdo parcial el debate sobre la sustitución del Factor de Sostenibilidad de las Pensiones de la última reforma del PP, que por cierto, tras 9 años de su aprobación no ha entrado en vigor, por un Mecanismo de Equidad Intergeneracional que creo más equilibrado, ya que tiene en cuenta no solo el número de ocupados y la prolongación de la vida de las personas (llegar a viejo no debe ser considerado un delito de lesa Hacienda Pública), sino también la evolución de la riqueza de España en el futuro a 30 años, cuando tiene en cuenta la evolución del PIB, aunque no es éste el centro de mi reflexión, sino el hecho que no es periférico sino axial, de que ni la patronal ni el PP avalan este acuerdo.
A lo que aspira el PP
Evidentemente, se me puede decir que esto viene de largo, que la patronal nunca ha visto con buenos ojos la subida de cotizaciones y que el PP a lo que aspira es a sustituir, probablemente a través de otra coalición, al gobierno actual y todo eso es cierto, pero no impide preguntarme por qué es fácil ponerse de acuerdo para repartirse cargos, algo importante para los partidos políticos y espero que para estabilizar el funcionamiento y el buen nombre de instituciones constitucionales relevantes, pero es muy difícil establecer una sólida cadena de consenso estratégico sobre las pensiones públicas para el momento de máxima tensión del gasto o sobre el hecho que los objetivos climáticos para 2030 exigen una visión compartida del futuro de España, al menos entre los dos grandes partidos y los que están comprometidos con nuestra integridad territorial tal y como marca la Constitución Española. No es complicado entender que es más fácil acordar para repartirse cargos que para corresponsabilizarse del futuro de la sociedad española, pero esta explicación no puede justificar lo que nos está pasando, y además viene a evidenciar que nuestros dirigentes democráticos no son ambiciosos a lo grande, para hacer más fácil el futuro de las actuales y venideras generaciones, sino que su visión es la Grosse Koalition a la española, reparto de cargos, no de responsabilidades estratégicas presentes y futuras, versión de la españolidad que creo no comparten la mayoría de la sociedad y sobre todo los jóvenes, nuestro presente y futuro. Al menos yo no la comparto.