El misterio más inescrutable de la política española es la insistencia del Partido Popular en perder elecciones. Superficialmente, los populares parecen estar intentando alcanzar el poder. Montan mítines, organizan protestas, dan discursos, rechazan airadamente propuestas socialistas en ruedas de prensa y todo el resto de parafernalia de un partido político. El PP además tiene toda una constelación de medios de comunicación que les hacen el juego, atacando al gobierno, criticando al malvado Pedro Sánchez y hablando de traiciones, comunismo, "se rompe España" y toda la jerga habitual.
El Partido Popular lleva haciendo esto, sin apenas variaciones, durante los últimos 5 años. Han cambiado de líderes, portavoces y ejecutiva. Han retocado sus eslóganes, actualizado sus carteles y se han peleado entre ellos. La estrategia, sin embargo, no ha variado demasiado durante este último lustro. Siempre han hablado de Pedro Sánchez como un peligro para la unidad de España, mentiroso e inmoral, advirtiendo sin cesar del imparable avance del secesionismo y lloriqueando sobre la inminente implosión del régimen constitucional. Lo único que han conseguido es mantenerse firmemente en la oposición.
Los partidos conservadores son más pragmáticos y suelen pillar el mensaje tras un par de revolcones. Viendo cómo los populares han empezado la legislatura, creo que este no es el caso en España
Lo habitual, cuando un partido político pierde las elecciones dos veces seguidas es que se empiecen a preguntar si están haciendo algo mal. Los partidos de izquierdas suelen ser un poco más reacios a darse por aludidos, ya que con el rollo de la falsa conciencia de clase suelen ser capaces de convencerse de que es el electorado el que está equivocado, al menos durante unos cuantos años. Tradicionalmente, los partidos conservadores son más pragmáticos y suelen pillar el mensaje tras un par de revolcones. Viendo cómo los populares han empezado la legislatura, creo que este no es el caso en España.
No quiero entrar en un debate de fondo sobre si Pedro Sánchez es el mal encarnado o un político medio normal al que la derecha le atribuye toda clase de superpoderes. Me parece obvio, sin embargo, que si el Partido Popular quiere volver a La Moncloa a medio plazo tienen que encontrar una nueva estrategia. El punto de partida tiene que ser entender la coalición que ha construido el Partido Socialista para mantenerse en el poder. Por coalición no me refiero a los cuestionables apoyos parlamentarios de Sánchez, sino a la gente que vota directamente a Sumar y al PSOE.
El Partido Popular tiene una desventaja estructural en las elecciones generales: no compite en absoluto en dos comunidades autónomas. Cataluña y El País Vasco son regiones completamente muertas para la derecha nacional española, lugares donde ni está ni se les espera y la izquierda solo compite contra sí misma. El PP permite que casi todo el voto conservador en ambas comunidades se vaya a partidos que, aunque están ideológicamente alineados con ellos en política económica y social, rechazan por completo pactar con ellos debido a su furibunda retórica centralista.
No estoy hablando, por cierto, de cambiar su opinión sobre la amnistía, el independentismo, y otras cuestiones de fondo. Hablo de dejar el histerismo a un lado para no ser percibidos como unos histéricos neofranquistas cada vez que abren la boca.
Aunque pactar con estos partidos sea hoy más difícil que antes del procés, el problema grave para el PP es que no consiguen sacar apenas diputados en esas regiones. Aunque difícilmente podrán ganarlas, los 13 escaños de ventaja que el PSOE les colocó en Cataluña es lo que les ha mantenido fuera de La Moncloa.
La buena noticia es que la solución a este problema es relativamente sencilla: cambiar el tono al hablar sobre nacionalismos periféricos. Dejar atrás la retórica catastrofista, apocalíptica y desmesurada que ha caracterizado al partido durante la última década, hacer una distinción clara entre nacionalistas irresponsables y gente con la que estarían dispuestos a hablar, y tratar con respeto a los habitantes y a la cultura de esas regiones. No estoy hablando, por cierto, de cambiar su opinión sobre la amnistía, el independentismo, y otras cuestiones de fondo. Hablo de dejar el histerismo a un lado para no ser percibidos como unos histéricos neofranquistas cada vez que abren la boca.
Recaudar impuestos
Si el PP realmente quisiera romper la coalición socialista, sin embargo, el cambio estratégico que realmente les abriría la puerta sería abrazar el autonomismo. No en el sentido de prometer competencias y renunciar a sus viejos caballos de batalla sobre educación y demás (y viendo los resultados educativos en Cataluña en el informe de PISA, no deberían), sino al hablar de financiación autonómica. El PP debería ofrecer un sistema en el que las comunidades tienen la capacidad de decidir sobre su nivel de gasto público y la obligación de ser ellas las que recaudan los impuestos para pagarse ese gasto. Es decir, un sistema donde quien quiere gastar debe pedir a sus ciudadanos el dinero para hacerlo.
Esto tendría tres ventajas importantes. Primero, no tendría por qué ser menos redistributivo que el sistema actual, dado que la mayor parte de redistribución entre regiones se hace a través de programas de gasto pagados por el gobierno central (pensiones y desempleo). Sería además muy sencillo crear un fondo estatal para compensar o apoyar un nivel de servicio mínimo en las comunidades más pobres. Segundo, este sistema es coherente con los valores e ideas liberales y conservadoras del partido, que apelan a la responsabilidad y el buen gobierno.
Se acabó llorar sobre balanzas fiscales; si la Generalitat quiere hacer algo, puede subir sus impuestos. Si no lo hace, es su culpa, no culpa de Madrid
Tercero, y más importante, esta medida simultáneamente concede una de las grandes reivindicaciones del nacionalismo catalán y a la vez desactiva una de sus excusas victimistas más manidas. Se acabó llorar sobre balanzas fiscales; si la Generalitat quiere hacer algo, puede subir sus impuestos. Si no lo hace, es su culpa, no culpa de Madrid. Aunque no dudo que los partidos catalanes serían capaces de encontrar otra excusa para sollozar y patalear desconsoladamente, la señal de que el PP no es hostil al autogobierno evitaría la situación actual en la que dan su apoyo a los socialistas por defecto en el Congreso. El dejar de ser tóxico en Cataluña, además, les permitiría rascar algún escaño centrista en el Principado, cerrando parcialmente el abismo actual.
El riesgo para el PP, por supuesto, sería el de perder votos por la derecha en el resto de España. Mi sensación, sin embargo, es que ese riesgo es menor de lo que parece. José María Aznar, al fin y al cabo, sacó su mayoría absoluta tras pactar con los nacionalistas catalanes. La mano dura de Rajoy y la retórica intransigente de Casado, mientras tanto, no redujeron el crecimiento de Vox. Es cierto que los nacionalistas del 2000 no son lo mismo que los del 2018. Vox, no obstante, parece haber tocado techo, dado que la estrategia actual de seguirles hacia el monte ha acabado en fracaso, creo que cualquier alternativa es justificable.
Mi sensación es que España en el fondo es un país de centroderecha, no estrictamente de izquierdas. El problema para los conservadores españoles es que su obcecación anti periférica les hace incapaces de construir esa mayoría. Es hora de redefinir el mensaje.
JaimeRuiz
Se equivocaban todos los que creían que el gobierno de Rajoy había sido complaciente con el secesionismo catalán y vasco y que no quiso impedir que llegaran las urnas a los colegios el 1 de octubre ni que los policías se alojaran en barcos de la Armada y aun que ayudara a fugarse a Puigdemont. ¡Ahora nos enteramos de que fue demasiado duro! ¡Esa "mano dura" le hizo perder votos! Y no, Junts no está alineado en materia económica y social con ningún sector liberal ni conservador sino con el régimen cubano que dirige toda la operación (¿no habrá algún abogado catalán más apropiado que un secuestrador convicto relacionado con el narcotráfico, el lavado de activos y el más descarado extremismo comunista?), y ciertamente los objetivos económicos y sociales de Junts son los mismos de la CUP.
Tonikolt
No estoy de acuerdo. Si el PP hiciera eso, me iría a la abstención, y.oyros muchos harían lo mismo. Lo que comenta el autor del artículo, es la concesión del famoso pacto fiscal (consiste, en aumentar el cortijo de los indepes y que sigan dilapidando el dinero) Le digo el resultado: El PP seguiría obteniendo los mismo o peores resultados en Cataluña, y los indepes estarían mas que crecidos que nunca. Aparte de que lo que dice el autor, es imposible, pq ese fondo de solidaridad, siempre estaría adulterado por la dependencia de los indepes, que siempre lo utilizarían en benefeicio propio. Haciendo un paralelismo, sería, como si Milei se hiciera Peronista. ¿Que hubiera pasdo? Que hubiera ganado Masa. Lo que tiene que hacer el PP, es hacer lo que ha hecho Albiol durante 30 años, y penetrar en el electorado socialista, en lugar de ir al circulo ecuestre, ir a visitar los barrios de Cataluña y escuchar sus problemas, y por ultimo, dejar de blanquear a PNV y JUNTS y plantarles batalla. Lo demas son ilusiones de un artículista. Para eso, hay que tener a gente en el PP que quiera darse cuenta, cosa que no veo. La única la Ayuso. Feijoo dps de alabar a Puchi, ha caído varios puntos.
Petrarca
No veo por ningún lado las soluciones que Vd. propone. Primero se ha de tener en cuenta que el Partido Nacional más votado ha sido VOX, y el que tiene más diputados. No cuento al actual PSC, por supuesto. En segundo lugar, el espacio, o mucha parte de él, lo ocupó Ciudadanos, que ganó las elecciones no hace tanto y que ya definió commo una banda al PSOE. Creo que mejor sería una lógica unión del PP con VOX, añadiendo un componente de centro izquierda tipo Ciudadanos, que ya demostró su éxito. Es decir, crear otro Partido que no pusiera pegas por la "foto de Colón" (complejos), pues a los tres actores les importa (en teoría) la unidad nacional y España. Llegar luego a acuerdos en los que, seguro, ablandaría la posición de VOX, mientras se impulsaría ese voto que ha ido a parar al PSC. Si se trata de pragmatismo y cierto relato renovador e ilusionante, a medio plazo los partidos nacionales podrían reconducir la situación. VOX no debe atemorizar, sino ayudar. ¿Ha pasado algo estrepitoso con Meloni en Italia? Y Milei, ¿no cree que moderará su discurso en Argentina? VOX es, simplemente, un Partido conservador, preocupado por la deriva de una inmigración (que ya preocupa en otros muchos países), esa furibunda tacha del feminismo radical de ultra izquierda, la seguridad en las calles, el tema okupa y algunas cosas más en las que no sería difícil ponerse de acuerdo, pues son cuestiones de sentido común. Apareció Valents y no ha levantado el vuelo. Queda aún el rescoldo de Ciudadanos, que deberían integrarse en la política catalana sin aventuras en el resto de España. Lo que no sé aún-como Vd. insinúa-, es qué quiere realmente el PP. Fuera complejos. No tiene más aliados y, con su actitud débil, de momento no va a acaparar los 3.000.000 de votos de VOX. La gente percibe al PP que se llena la boca contra Sánchez y, al mismo tiempo, deja sin voz en el Congreso a VOX, o pacta Comisiones a nivel nacional con PSOE y SUMAR. ¿En qué quedamos?
Derry
Cómo permite un digital de prestigio con Vozpopuli semejante artículo? La culpa la tiene el PP, la tiene Feijoo y al HDP que se está cargando España y a la izquierda guerracivilista, ni una sola critica. Es la primera vez que leo un artículo de este individuo y me pareció que estaba leyendo Publico, Esdiario o El Pais. Podrías haber afirmado que los males vienen de los últimos años de la dictadura y la indulgencia franquista con las Vascongadas y la región Catalana. Al menos tu artículo RUBBISH te hubiese quedado más presentable. Me parece, Senserrich, que eres otro sectario y que estás como un cencerro. Pobre hombre!!
Hermes
El autor insiste en lo que, precisamentw, nos ha llevado hasta aquí: apaciguar al nacionalismo mediante concesiones. No. Es un error y lo hechos lo demuestran. Hay que empezar por reconocerque el problema catalán no existe; España no tiene un problema con Cataluña, sino con unis políticos que han hecho de la extorsión al gobierno central su estrategia. Mientras los genios como el autor no se den cuenta de esa realidad no saldremos del atolladero.
esperanzado2023
Este articulo parte de una primicia falsa: el PP no perdió las elecciones sino que las ganó. A partir de ahí el artículo no vale para nada.
Hulshof
Sobre esa idea para que las comunidades decidan la capacidad de decidir sobre su nivel de gasto público y la obligación de ser ellas las que recaudan los impuestos para pagarse ese gasto, sería lo ideal, pero es que el asunto es que al gobierno catalán le interesa no separarse del todo de España para seguir pidiendo. Alfons Tena se preguntaba en 2008 por qué Cataluña no es independiente. ¿Por qué ha habido incontables independencias en los últimos 200 años y la de Cataluña no es una de ellas? Concluyó que los catalanes no quieren la independencia. La desean pero no la quieren. Es una relación simbiótica con España: quieren formar parte de España bajo el parámetro de la queja permanente y de sentirse legitimados moralmente. No pretenden la independencia, sino obtener compensaciones y tener el control de los presupuestos públicos y de las redes clientelares.
Wesly
El PSOE de Pedro Sánchez gana elecciones, o las pierde pero mantiene el poder, a base de mentir, manipular, dividir y fanatizar a la sociedad, actividad en la que es un maestro, sin duda. El caso reciente es clarísimo, la amnistía era claramente inconstitucional, ilegal antes del 23-J, y ahora el PSOE de Pedro Sánchez declara sin ruborizarse que es lo mejor para España. El PSOE de Pedro Sánchez miente y manipula sin límite, pacta con delincuentes condenados y fugados de la justicia, les indulta y amnistía, les colma de privilegios, les perdona la deuda, todo ello con el único fin de conseguir y mantener el poder. El PSOE de Pedro Sánchez se dedica a colocar a sus peones más sectarios y obedientes en las principales instituciones del Estado, Gobierno, Parlamento, Fiscalía y Poder Judicial incluidos, evidenciando así su vocación totalitaria. Y si el PP pone de manifiesto la mentira permanente del PSOE, si el PP denuncia la deriva totalitaria del PSOE, si el PP se moviliza para impedir la arbitrariedad y la impunidad selectiva que Pedro Sánchez pretende implantar, entonces el Sr. Senserrich arremete contra el PP por "crispar". Para el Sr. Senserrich, el PP debería callar y otorgar. Y no molestar, no dejar en evidencia la podredumbre moral que el PSOE de Pedro Sánchez está generando. Cuanto le paga, Sr. Senserrich, el departamento de agitación y propaganda del PSOE?. Respecto a Cataluña y al País vasco, más de lo mismo. El PSOE de Pedro Sánchez se dedica a privilegiar a estas regiones a cambio de los votos de los partidos nacionalistas, se dedica a facilitar la desaparición del idioma español de estas regiones, adopta el lenguaje falaz de los independentistas (hablar de "conflicto político" cuando lo que hay son delincuentes que incumplen la ley), y el Sr. Senserrich propone que el PP se dedique a aplaudir esta injusticia, está inmoralidad. Sr. Senserrich no tiene Ud. vergüenza.
Hulshof
Tiene usted toda la razón en que el PP insiste en perder dado que no compite en en las CCAA de Cataluña y El País Vasco. Es indiscutible que tiene que cambiar su estrategia, a no ser que tenga que esperar a que el PSOE se de un gran batacazo o hasta que Pedro Sánchez quiera. Hay que recordar que estas elecciones las ha perdido el OPP aunque ganara el votos. Discutible lo de los los 13 escaños de ventaja que el PSOE colocó en Cataluña al PP, dado que hubo gente que se abstuvo de votar siguiendo las directrices de ANC, y esto favoreció al PSC.
Hulshof
Es cierto señor articulista que hay medios de comunicación que hacen el juego al PP. Lo de constelación es exagerado. Pero ojo lo mismo que hay medios de comunicación que hacen el juego a la izquierda y a la izquierda radical. Hay que recordar que estos últimos llamaban a Rajoy mentiroso cuando subió los impuestos pero con el actual presidente han normalizado sus cambios d opinión. Hay un ejemplo claro estos días, después de anunciar a bombo y platillo impuestos a las energéticas antes de las elecciones, una vez en el poder a eso le van a dar la vuelta y no va a ser así ante la amenaza de no inversiones en territorios cuyos políticos son socios de gobierno.
k. k.
Creo que no merece la pena intentan rebatir semejante sarta de "histerismos izquierdosos". Cualquier persona con un coeficiente intelectual moderado es capaz de detectar las numerosas mentiras, parcialiades y tonterías abrumadoras con las que el señor Senserrich se ha despachado en este artículo. Una vez más, lo que me sorprendre es que este periódico permita la cohabitación de columnistas interesantísimos y rigurosos con este analfabeto político. Háganselo mirar, señor de Vozpópuli, Senserrich les derrumba el umbral de la calidad. Y no es una cuestión de pluralismo político. Este señor no tiene la más mínima objetividad, además de ser un manipulador nato.
Jlanda
El PP debería abordar una convención interna con la participación de personalidades e intelectuales independientes para definir un proyecto de país que refuerze los valores democráticos, ahora en peligro, listas abiertas en las elecciones, independencia judicial, convivencia de las lenguas oficiales y cambios en el modelo de financiación para que las Comunidades Autónomas sean más responsables ante los ciudadanos. España en Positivo.
vallecas
Leerle es una distopía, un locura, un sinsentido D. Roger. Dice " No quiere hablar el mensaje de fondo sobre si Sánchez......!. Sánchez es un tumor maligno, un cáncer que está destruyendo nuestros órganos vitales, pero usted no quiere hablar de esto. Prefiere hablar de tenemos que cuidar los juanetes, operarnos de cataratas, quitarnos una verruga. No comprendo el apoyo, la no crítica constante al acreditado embustero y trilero de Sánchez. Estoy seguro que esa fanática admiración tiene un componente sexual.