Esta misma semana, la vicepresidenta cuarta del nuevo Gobierno concedía una entrevista a El País, donde destacaba un titular triunfalista: “La amnistía nos va permitir mejorar el escudo social con leyes progresistas”, decía María Jesús Montero. La primera pregunta que se harán muchos españoles es evidente: ¿qué escudo social? Estos días hemos leído, entre otros datos contundentes, que somos el cuarto país de la Unión Europea en porcentaje de población en riesgo de pobreza (tasa Arope), solo por detrás de Rumanía (34,6%), Bulgaria (32%) y Grecia (26,3%). España también es el país con mayor índice de desempleo de la Unión Europea, duplicando la media comunitaria (12,9% frente al 6,2%, además del 5% frente a 2,4% en desempleo de larga duración).
¿Por qué tiene la vicepresidenta tanto interés en aclarar su preocupación social y por qué El País lo despliega a todo trapo en la portada de un domingo? Sencillamente porque estamos ante un temor legítimo (y acertado) de todos los españoles. Durante los años del Procés, como publicó el propio El País, ocurrió todo lo contrario: Cataluña recortó el gasto social un 8,8% mientras todas las demás comunidades autónomas lo aumentaban (la media de esa subida fue de un 14,8% en el resto de regiones). ¿Por qué esta vez iba a ser distinto? ¿Cómo van a ayudar al gasto social los regalos fiscales millonarios al independentismo? ¿Es recomendable centrarse en dar ayudas en vez de en crear las condiciones para que menos gente las necesite?
Desde el famoso 'Informe Petras' de 1998 sabemos que el PSOE nunca ha tenido preocupaciones sociales ni intención de proteger a las clases bajas españolas
Escudo social imaginario
El mismo gobierno que nos ha estado explicando que cada Youtuber que se muda a Andorra es un desastre para escuelas y hospitales nos dice ahora que regalar 1.500 millones (como poco) al procesismo es cien por cien compatible con aumentar las protecciones sociales. Una magia por la que deberíamos preguntar más, especialmente los periodistas a los que el Gobierno concede entrevistas, casi todos de su cuerda. Pero la izquierda lo tiene claro, empezando por Thomas Piketty, académico marxista considerado el mayor experto en desigualdad del mundo: “El apoyo a la independencia de Cataluña proviene de manera espectacular de las categorías más favorecidas y, en concreto, de las rentas más altas”, explicaba en El Periódico en 2019. Es un movimiento “de arriba abajo, y no al revés”, concretaba. En otras entrevistas habló también de elitismo y de insolidaridad fiscal.
Nada es más revelador de la falta de preocupación social del PSOE que el episodio del 'Informe Petras', que confirmó que los trabajadores españoles estaban más protegidos en el tardofranquismo que con Felipe González
Ahora que se debate tanto si la vida fue más sencilla para los boomers o para los mileniales, cabe recordar un hecho sencillo y demoledor: en los años setenta y ochenta era normal que una familia de clase baja accediese de manera razonable a una vivienda, ahora es tan complicado que el propio PSOE y el resto de la izquierda ha dejado de hablar de este derecho para centrarse en 'regular los alquileres', algo que ni siquiera está claro que puedan conseguir. Esto es un paso atrás sustancial, que desmiente las ambiciones y las capacidades políticas de la izquierda -y de toda la clase política- para garantizar un derecho humano básico.
La gran mentira respecto al Partido Socialista Obrero Español es que se preocupa por las capas más vulnerables del país. Fue algo en lo que siempre insistió Julio Anguita y que se confirmó con el episodio poco recordado del Informe Petras en 1996: hablamos de un estudio que encargó el gobierno de Felipe González a un famoso sociólogo estadounidense y que luego decidió archivar porque no le gustaban los resultados. Las cifras que encontró Petras demostraban que la protección a los trabajadores durante el tardofranquismo era mayor que con el felipismo. ¿Otro dato clave? Mientras en 1974 el índice de desempleo en España era más o menos el mismo que en Europa, a mediados de los ochenta se había multiplicado por siete. Siempre que el PSOE se preocupe por los pobres, agarren fuerte su cartera. Creo que merece la pena leer un resumen completo del informe como el que publicamos aquí en 2020.
Gabirol62
Un artículo muy interesante. Muchas gracias
vallecas
Decía Luis Aragonés que el fútbol cambió para siempre cuando la obligación era ganar, ganar y ganar, ganar, ganar, ganar y volver a ganar, y seguir ganando (ver video). Cuando los políticos (especialmente de izquierdas) contrataron a licenciados en Marketing (ya saben esos que te engañan para comprar sin que te des cuenta) para ganar, ganar y volver a ganar, todo se derrumbó.
Norne Gaest
El progresismo de la izquierda es una gran mentira, que además es incompetente y estropea todo lo que toca. Pero es una coartada perfecta para ganar elecciones, puesto que siempre juega con promesas y, en todo caso, con dinero ajeno. Una y otra vez demuestra su eficacia a la hora de permitirles ocupar poder y justificarse. Algunos pocos se lo creen, pero normalmente se maneja con desvergüenza (por ej. Sánchez y compinches).