Opinión

Pleitesía empresarial en Davos: ¿miedo a Sánchez o dudas sobre Feijóo?

La mala salud de los socialistas en las encuestas hace temer que Sánchez muera matando. Y aún no hay confianza suficiente en que Feijóo pueda acometer la misión que los empresarios desearían encomendarle

  • José Manuel Albares, Pedro Sánchez, Ana Botín y Carlos Torres, en Davos. -

Un tuit vale hoy más que mil palabras. Son conscientes los 'zapadores' de Moncloa, quienes preparan el terreno para los encuentros clave de su jefe. Por eso han trabajado con ahínco en las últimas semanas, para lograr que @sanchezcastejon -así firma el presidente en Twitter- colgara este martes en la red social un impagable vídeo promocional grabado en Davos. Dura once segundos, suficientes para mostrar a Pedro Sánchez como un gran líder político, arropado por la flor y nata del Ibex.

El presidente del Gobierno debió sentirse en el centro del universo. El mismo mandatario que ha 'sableado' en 2022 a bancos y energéticas lograba rodearse… de banqueros y empresarios energéticos. Y nada menos que en Davos, la ciudad que alberga, desde hace tres décadas, el foro más emblemático del capitalismo. El lugar de encuentro anual de los magnates que el propio Sánchez define despectivamente como "señores del puro".

Hasta una sala aséptica del Foro atrajo Moncloa este martes a cinco de los once empresarios más importantes del Ibex 35. Ordenados de mayor a menor en función de la capitalización de sus compañías, dieron la cara ante Sánchez los presidentes de Santander (Ana Botín), Carlos Torres (BBVA), Francisco Reynés (Naturgy), Josu Jon Imaz (Repsol) y José María Pallete (Telefónica). Los 'zapadores' cuidaron hasta el orden de las sillas, dejando a la vera del presidente a Botín y a Torres.

Para que el tuit de @sanchezcastejon fuera totalmente redondo, tendrían que haber aparecido también quienes pilotan los dos mayores buques del Ibex. El primero es Inditex, pero ni su presidenta (Marta Ortega), ni su CEO (Óscar García Maceiras), se han dejado ver por Davos. El segundo es Iberdola, que vale 69.000 millones en Bolsa y cuyo presidente, Ignacio Sánchez Galán, regaló al líder socialista un sonoro portazo. Casi literal. Porque el empresario salmantino se encontraba en Davos el mismo día, en el mismo lugar y a la misma hora. Pero optó por no compartir el café con el mandatario que ha asestado un 'zarpazo' de casi 400 millones a los ingresos anuales de Iberdrola.

Aunque la empresa alegó motivos de agenda (Galán se reunía a la misma hora con el CEO de Norges) y envió a un representante (Agustín Delgado, director de Innovación), el plantón sólo puede entenderse como la manifestación del malestar tan extendido en la clase empresarial. Por la actitud 'frentista' de la coalición de Gobierno en 2022 ("si Galán y Botín protestan, es porque vamos en la buena dirección" llegó a afirmar Sánchez en julio). Y, sobre todo, por el aumento de las cargas fiscales, que obliga a quienes gestionan las empresas cotizadas a hacer malabares para salvar la cara ante sus accionistas.

Botín, Torres, Reynés, Imaz y Pallete están entre ellos, pues sus empresas son las mayores víctimas de los dos nuevos impuestos que el Ejecutivo se ha sacado de la manga. Que los cinco altos directivos hayan aceptado la invitación de Moncloa obedece a distintos porqués.

A la cabeza está el temor al propio Sánchez. Algunos de ellos ya dieron la espantada en anteriores eventos organizados por Moncloa en Madrid. Pero dejar tirado el presidente en el Foro de Davos, foco mundial de la actualidad económica durante una semana, multiplica por tres el tamaño del desplante.

La amenaza del 'impuesto Mercadona'

La mala salud del PSOE en las encuestas electorales hace temer que el líder socialista muera matando. Y Sánchez tiene el BOE, la herramienta más poderosa a disposición de cualquier Gobierno. Hace poco más de 24 horas que Unidas Podemos ha vuelto a proponer un impuesto para Mercadona, El Corte Inglés y sus competidores, a quienes acusan de hacer negocio con la inflación. La tasa, muy difícil de aplicar, no entra en la categoría de quimera en la cabeza de los empresarios de la distribución. Es una posibilidad factible, que ganará enteros si los electores siguen huyendo del PSOE. Aunque apenas quede tiempo para legislar, Sánchez siempre tendrá a su alcance la herramienta del real decreto. O decretazo. El miedo de los empresarios no es tan injustificado.

Paralelamente, 2023 debería ser el año en que los fondos europeos circulen, por fin, a velocidad de crucero. Directa o indirectamente, los empresarios que formaron el 'rondo' con Sánchez en Davos se beneficiarán de la inyección de dinero público. Al Ibex le interesa que la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, llegue este año a la meta planteada: ejecutar los más de 25.000 millones de euros presupuestados. Y el Gobierno necesita a su vez a las grandes corporaciones para desarrollar los proyectos financiados con los fondos. "España seguirá creciendo este año y nuestras empresas serán protagonistas de la transformación de nuestra economía", asegura Sánchez, por si había alguna duda, en su tuit triunfal de hoy.

El equipo económico de Feijóo

La cita de Davos invita a hacer una tercera lectura: si los empresarios no dan la espalda definitivamente a Sánchez es porque no confían al 100% en Alberto Núñez Feijóo. Algunos 'popes' del Ibex se han acercado a Génova en los últimos meses, para sustituir por cariño los desprecios que recibían en La Moncloa. Sin embargo, el líder del PP sigue generando dudas sobre su capacidad para lograr una victoria holgada en las generales y reorientar el rumbo de la economía sin el lastre de Vox.

El político gallego sigue contando con un equipo económico poco dotado para la misión que los empresarios desearían encomendarle. Al frente opera el todoterreno Juan Bravo, explotado en jornadas maratonianas en la capital; y la no menos incansable Elvira Rodríguez. Pero Feijóo no ha realizado aún ningún fichaje estrella y sólo hay rumores sobre los candidatos que podrían subirse al barco, con el 'ex Ciudadanos' Luis Garicano como favorito en las quinielas.

Mientras tanto, el Ibex nada y guarda la ropa. A excepción de Galán.

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