Opinión

Silvia Intxaurrondo intenta desacreditar a los agricultores desde la televisión pública

Es de suponer que los convocantes de aquellos 'Viernes de negro' en RTVE están ojo avizor y que pronto volverán a vestirse de lu

Es de suponer que los convocantes de aquellos 'Viernes de negro' en RTVE están ojo avizor y que pronto volverán a vestirse de luto para protestar por la parcialidad de la televisión pública. “Queremos que La 1 sea independiente y plural”, clamaban entonces, ante la evidencia de que el Ejecutivo del Partido Popular había construido un cortijo en Torrespaña, premiando a afines y castigando a los levantiscos. Ahora gobierna el PSOE, pero seguro que eso no es óbice para que los defensores de que este medio de comunicación sea libre, transparente y ejemplar vuelvan a movilizarse.

Motivos hay, sin duda. Quien encienda el televisor por las mañanas lo sabe. ¿Por qué los trabajadores de RTVE no reaccionan? Que nadie piense mal. A lo mejor los organizadores de los 'Viernes de negro' están siempre ocupados en el momento en que se emite La hora de La 1 y todavía no han detectado que su presentadora suele acompañar sus intervenciones con opiniones que no suelen ser especialmente incómodas para el Gobierno. Mordacidad teledirigida. Misiles balísticos contra el PP. Este viernes, Silvia Intxaurrondo lanzaba una soflama que parecía salida del cuartel general de Más Madrid. Lo hacía -evidentemente- para intentar desacreditar las protestas de los agricultores. No porque le convenga a la izquierda, sino porque así lo ha reflexionado Intxaurrondo durante la duermevela.

En un momento del programa, afirmó: "Voy a recoger, Pilar, una idea que has dejado sobre la mesa, y es sobre los problemas que puede provocar una decena de tractores. Porque, efectivamente, 300 tractores frente a una marea de 300.000 sanitarios en dos protestas distintas" pueden dar lugar a confusión. Porque "podemos intuir que es mayor el problema de unos por las consecuencias que provoca (los cortes de carreteras), pero en cambio los otros son más, pero están manifestándose en un punto muy concreto".

La comparación es malintencionada e innecesaria. Equivaldría a afirmar que, como asistieron más personas al Real Madrid – Atlético de Madrid que a la última manifestación en favor de Palestina, lo primero es más importante de lo segundo. Causaría risa y hasta sonrojo; y al argumentante se le tildaría de 'fanático'. No sucederá en el caso de Intxaurrondo, pero su conclusión debería provocar una reflexión.

¿A qué viene? ¿Es un intento de denigrar a los agricultores que se manifiestan estos días en toda España? ¿De veras considera que la presentadora de una televisión pública debe interpretar ese papel? Por supuesto, a su lado, dos de los tres contertulios -José María Brunet entre ellos- hacían lo posible por desacreditar las protestas. Una de ellas reparaba en la escasez de mujeres en la movilización. ¿Eso es bueno o es malo para el feminismo?

Los datos sobre la mesa

Este periódico ha accedido a la contabilidad de RTVE y ha podido apreciar que el pasado 17 de julio, seis días antes de las elecciones generales, la corporación inició un expediente de contratación por un importe de 537.514 euros con la empresa Sukum Comunicación que entraba en vigor el 11 de septiembre de 2023 y finalizaba en 2025; y que tenía por objeto la “contratación de Silvia Intxaurrondo como co-directora y co-presentadora de La Hora de la 1.

El acuerdo contempla la realización de 520 programas. Es decir, la contraprestación de la presentadora es algo superior a los 1.000 euros por episodio. La presidenta de RTVE, Elena Sánchez, percibe menos dinero cada año (unos 200.000 euros).

Es evidente que, al rubricar ese acuerdo, los gestores de la corporación quisieron asegurar la posición de esta periodista para que no dependiera del resultado de los comicios, ante la evidencia de que siempre que hay un cambio de inquilino en Moncloa, también desatan purgas en los despachos y en las redacciones de RTVE. Sobra decir que este proceso genera unas dependencias muy perniciosas entre las empresas públicas y los partidos políticos, pero no parece que le preocupe demasiado a casi nadie. Es algo bien sabido y aceptado.

Marcela Topor

Así que ya no se pone el grito en el cielo por los argumentos pro-gubernamentales que se escuchan cada día en RTVE. Tampoco por algunas decisiones que adoptan sus directivos que no parecen precisamente incomodar en Moncloa. Hace unos días, su presidenta, Elena Sánchez anunciaba un acuerdo con la Xarxa Audiovisual Local para “promover la producción de documentales audiovisuales en catalán”.

Este conglomerado lo creó en 2012 la Diputación de Barcelona y está compuesto por diferentes televisiones y radios de ámbito local. Marcela Topor, la mujer de Carles Puigdemont, percibe 72.000 euros al año de esta empresa por presentar el programa The Weekly Mag, que siguen algo más de 10.000 personas de media. Las 'viudas' y los hijos de las organizaciones mejor cohesionadas nunca se quedan a la intemperie cuando el hombre de la casa fallece o se ausenta por un tiempo indeterminado. Siempre son respaldados por el resto. Ya se sabe.

A lo mejor todos estos motivos no son suficientes para convocar un ciclo de 'Viernes de negro', dado que durante la etapa de Mariano Rajoy todo fue más evidente, según pueden llegar a pensar los convocantes. O quizás, y sólo quizás, es que hay quien no renuncia a hacer política ni tan siquiera en su puesto de trabajo, por lo que sólo traga con los unos y sólo protesta contra los otros.

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