Elecciones generales 2023

El puesto y el lugar de Irene Montero en la lista, el principal escollo entre Yolanda Díaz y Podemos

Las negociaciones entre Sumar y los morados continúan y "va bien", pero el tiempo apremia para cerrar un acuerdo. El 9 de junio a las 23.59 horas termina el plazo para registrar una coalición que aglutine a la izquierda del PSOE

  • La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, y la ministra de Igualdad, Irene Montero, en el Congreso en una imagen de archivo -

Nunca una cuenta atrás levantó tanta expectación en la política española. Faltan siete días para que termine el plazo, el próximo 9 de junio, para inscribir coaliciones políticas en el Ministerio del Interior. Y Sumar y Podemos negocian contrarreloj un acuerdo que les permita concurrir juntos en las elecciones generales del 23 de julio. Por el momento, fuentes del entorno de la vicepresidenta segunda aseguran a este diario que "va bien". Mientras que Podemos prefiere ser prudente y no "radiar" las conversaciones para evitar que naufraguen. Las fuentes consultadas en la maquinaria morada dan por seguro que terminará habiendo fumata blanca. Pero todas, hasta cinco, reconocen en privado cuál es el principal escollo: el puesto y el lugar de Irene Montero en la lista por Madrid.

La dirección estatal de Podemos es la que está negociando directamente la lista por Madrid, la más importante, con el equipo de Yolanda Díaz. Los morados asumen que ese es el gran lío, porque apenas tendrán números uno en las 52 circunscripciones electorales que componen el país. Y Montero, por lógica debe estar en ella. No así Ione Belarra, que reconocen las fuentes consultadas que tiene bastantes posibilidades de ir por Navarra.

El problema es que la vicepresidenta segunda no tiene intención alguna de situar a la ministra de Igualdad en puestos altos. Lo más probable es que lleve de número dos a alguien de su absoluta confianza. Suena el exalcalde de Rivas-Vaciamadrid Pedro del Cura, su asesor Rodrigo Amírola o el filósofo César Rendueles. Y a partir de ahí llega el maremágnum que debe negociar con Mónica García e Íñigo Errejón, las piezas clave de la izquierda en Madrid.

Pese a que Mónica García era teóricamente la encargada de levantar el 'frente amplio' en la Comunidad de Madrid, lo cierto es que la líder de la oposición a Isabel Díaz Ayuso pretende quedarse en el plano regional. De manera que es Errejón quien debe conectar Sumar con el resto de fuerzas regionalistas de izquierda: desde Chunta a Mes pasando por Compromís. Ese es el motivo por el que el líder de Más País tendrá, previsiblemente, un puesto destacado en la lista madrileña de Sumar. "Es que él suma", sintetiza a este diario una fuente conocedora de los entresijos de la izquierda a la izquierda del PSOE.

El problema es que los aliados territoriales de Yolanda Díaz quieren reflejar en las listas el peso en las urnas y dejar a Podemos contra las cuerdas. Pasaron de 47 diputados autonómicos a 14 y se convirtieron en extraparlamentarios en Madrid, Comunidad Valenciana, Canarias, Castilla-La Mancha y Cantabria. Pero ni por esas Podemos va rendirse. Quieren un acuerdo "justo". Porque, aunque reconocen que han sido quienes más han sufrido electoralmente el pasado domingo, como admitió Pablo Iglesias, ellos manejan una estructura territorial y de partido suficiente para ofrecer a Sumar.

Las fuentes consultadas en el entorno de la vicepresidenta segunda no esconden que el adelanto de los comicios decretado por el presidente del Gobierno obliga a la izquierda a la izquierda del PSOE a "deshojar la margarita" cuanto antes. Es más, apuntan que Pedro Sánchez ha jugado aposta la baza del adelanto para forzar a Podemos y a Yolanda Díaz a llegar a un acuerdo. Y terminar con un "dolor de cabeza", como lo denominan en el PSOE.

Fuentes moradas aseguran que llevan avisando por activa y por pasiva al resto de aliados del espacio político de que Sánchez podía convocar elecciones "en cualquier momento" y zanjan que Podemos, como partido, está "preparado" porque goza de la estructura y los equipos necesarios. Todo un órdago a Yolanda Díaz, cuya fuerza radica en organizaciones sin implantación a nivel nacional.

Los partidos con los que Yolanda Díaz quiere Sumar en las próximas elecciones generales sufrieron el pasado domingo un correctivo en las urnas. Ni Unidas Podemos ni Más Madrid ni Compromís tuvieron éxitos reseñables. Es más, en la ciudad de Madrid, por ejemplo, Rita Maestre perdió apoyos -de primera fuerza a segunda-. Y, en la Comunidad, los 'morados' desparecieron de la Asamblea madrileña. En la Comunidad Valenciana, Compromís perdió escaños y Unidas Podemos no logró entrar en las Cortes, lo que reventó el pacto del Botánico y sacó a la izquierda del poder. Lo mismo sucedió en la capital. El todavía alcalde, Joan Ribó, perdió un escaño que facilitó el asedio del PP. Pero el mayor fiasco es Barcelona. Ada Colau perdió la alcaldía catalana, su gran feudo, tras dos legislaturas.

En el fondo, lo que quiere Podemos es que no se repita el lío andaluz de hace casi un año. El primer experimento de frente amplio terminó como el rosario de la aurora, con los morados fuera oficialmente de la coalición por un "error" forzado por Más País e Izquierda Unida, que se quieren aprovechar de la debilidad de Podemos. Y lo que no quiere Yolanda Díaz es que los egos partidistas arruinen Sumar. Ese es el motivo por el que les promete a todos el mismo peso. Pronto se saldrá de dudas. Las manecillas del reloj avanzan sin piedad.

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