Los catalanes irán a votar el 14 de febrero con la tercera ola apenas comenzando a remitir. Es una fecha que preocupa a los especialistas en Salud Pública, y todavía más cuando se ha hecho público que las personas infectadas de covid podrán asistir personalmente a votar. En estos momentos, la incidencia acumulada en Cataluña es de más de 460 por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días. Una cifra tres veces más alta de lo recomendado para poder celebrar unas elecciones en seguridad.
Así lo defiende Adrián Hugo Aguinagalde, director del Observatorio de Salud Pública de Cantabria y miembro de la Sempsph: "Para poder celebrar una jornada electoral con seguridad sería necesario un nivel 1, o, a lo sumo, un nivel 2 de alerta tal y como se establece en el documento de actuaciones de respuesta coordinada para el control de la transmisión de la covid-19. Hacerlo en niveles 3 o 4 no es adecuado".
Según dicho documento, la incidencia acumulada de casos covid en un nivel de alerta 2 -riesgo medio- oscila entre los 50 y los 150 a los 14 días. Por tanto, las elecciones del 14-F se estarán celebrando, teniendo en cuenta la incidencia actual, con tres veces mayor número de casos que el indicado por los expertos de Salud Pública.
"Llama la atención las medidas de prevención que ha tomado la Generalitat, es extraño que no haya alternativas. No entiendo por qué se habilita el voto presencial en personas con coronavirus. ¿No hay otras fórmulas? Debería hacerse lo imposible para que las personas contagiadas no vayan a votar y cumplan la cuarentena", señala Aguinagalde.
Para este especialista, "la realización de las elecciones no tiene justificación epidemiológica. No hay motivos epidemiológicos que indiquen que se pueda celebrar en los términos que se están proponiendo". El 14-F confrontan dos derechos fundamentales: el derecho a voto y el derecho a la salud de la ciudadanía. En esta tesitura, Aguinagalde cree que habría que haber hecho lo posible para respetar ambos derechos: "Lo ideal habría sido retrasarlas para poder celebrarlas con seguridad".
¿Democracia real?
La decisión de seguir adelante con las elecciones el 14-F ha tenido como una de sus principales defensas aquello de que "la democracia es sagrada". Sin embargo, los propios especialistas en Salud Pública creen que las circunstancias pandémicas influirán en el resultado de las elecciones.
"Hubiese sido prudente aplazarlas. La situación pandémica va a tener influencia en el comportamiento de los ciudadanos", expone José Martínez Olmos, profesor en la Escuela Andaluza de Salud Pública. "Habrá gente a la que le toque estar en la mesa y no vaya, y gente que no vaya a votar por miedo al contagio. Habrá un impacto en la abstención".
Tmpoco cree que se preserve el derecho de voto de las personas contagiadas con covid por permitirles ir a votar: "Habrá gente que no vaya por no ser señalada. Pueden producirse situaciones de señalamiento y estigma social entre los que sí vayan… Esto va a afectar a la participación".
"Estamos considerando una situación de control con 25 o 50 de incidencia acumulada. La IA de 460 es la media de Cataluña, pero hay territorios con una incidencia de más de 1.000. Ir a votar va a ser un riesgo", sentencia.
Para Manuel Franco, portavoz de la Sociedad Española de Salud Pública (Sespas), "la única respuesta posible, dado que ya no hay marcha atrás para las elecciones, es tener las máximas medidas de control durante los comicios. Que se vote en diferido y por correo, que las votaciones presenciales se hagan en espacios abiertos o exteriores y que se huya de los espacios cerrados".
Consejos para los que trabajen en mesa electoral
El 14 de febrero habrá muchas personas que tengan que trabajar en la mesa electoral, incluso en contra de su voluntad. Dada la actual situación pandémica, puede suponer un gran riesgo para estas personas. Para que maximicen su seguridad, Aguinagalde recomienda que "cumplan con las medidas y sigan las recomendaciones establecidas. Es muy importante que sean asistidos en las retiradas de las EPI. Esto significa que una persona con EPI y ayude a otra con EPI. Si esto no es posible, que alguien supervise a distancia adecuada".
Este especialista avisa que el "EPI no es fácil ponérselo ni quitárselo. Además, es importante que estén adecuadamente hidratados antes de ponérselo. Los EPI deshidratan muchísimo. Y, finalmente, que hagan un ejercicio de gestión emocional para poder realizar la actividad sin estrés o angustia".