¿Cuántos reclusos mueren al año en las cárceles españoles? ¿Cuáles son las causas de los fallecimientos? Un informe confidencial elaborado por Instituciones Penitenciarias sobre la mortalidad entre rejas revela que en 2012, último año del que hay datos completos, se produjeron 166 óbitos 'entre rejas'. Es decir, uno cada dos días. El estudio (que no incluye las cárceles de Cataluña, que dependen de la Generalitat) también detalla los motivos de los mismos: desde enfermedades como una meningitis e infartos a atragantamientos por culpa de un hueso de pollo, pasando por sobredosis de estupefacientes y el suicidio. La inmensa mayoría de las víctimas fueron varones y se situaban en la franja de edad que va de los 40 a los 45 años.
Los 166 presos muertos entre rejas en 2012 supone un repunte respecto a las cifras de los últimos años. La tasa de mortalidad se sitúa ahora en 2,78 muertos por cada mil internos
El informe, realizado por la Subdirección General de Coordinación de Sanidad Penitenciaria, revela que los 166 muertos el año pasado suponen una tasa de mortalidad de 2,78 muertes por cada mil internos, ligeramente superior a la de los doce meses anteriores, cuando se situó en 2,41. La cifra supone, de hecho, un ligero repunte a lo que en los seis años anteriores habían sido una tendencia a la baja respeto al número de fallecimientos entre la población reclusa, y ello a pesar del acusado descenso del número de internos de los últimos años. Por sexos, el 96% de los muertos eran varones y en sólo seis casos la persona fallecida fue una mujer.Una desproporción que no se justifica sólo por el dispar número de hombres y féminas entre rejas. De hecho, la tasa de mortandad entre los primeros se acerca al 3 por 1.000 internos, mientras que en el de las segundas se queda en el 1,3 por 1.000.
También llamativa es la desproporción en los grupos de edad. El 50% de las muertes se produjo en reclusos situados entre los 39 y 52 años, con una media de edad total de 46,5 años. No obstante, la franja de edad más castigada por la mortalidad es la que va de los 40 a los 45 años. En cuanto al lugar donde finalmente se produjo el óbito,dos de cada tres (118) murieron en el propio centro penitenciario donde estaban recluidos, mientras que los 48 restantes tuvieron lugar en los hospitales a los que fueron trasladados para tratar sus dolencias.
Nueve fallecimientos por Sida
En la mayoría de las muertes, la causa final fue "natural" no relacionada directamente con el VIH o virus del Sida. En total, 96 personas (94 hombres y dos mujeres) murieron por alguna enfermediad común, entre las que destacan las cardiopatías isquémicas o infartos agudos de miocardio (27). Otras 26 más fallecieron de otras patologías "circulatorias". Le siguen los tumores, con 20 casos, de los que seis eran de pulmón. Ya a distancia, figuran ocho muertes por enfermedades respiratorias, seis por hepatitis crónica por virus C, cinco por sepsis, una más por hemorragia digestiva y otra por meningitis meningocócica. En dos casos, no se pudieron determinar las causas del óbito. Muertes directamente relacionadas con el Sida, Instituciones Penitenciarias sólo menciona nueve.
De los 25 presos que se suicidaron durante 2012, 23 eligieron el ahorcamiento para hacerlo y los dos restantes lo hicieron con "heridas producidas por autolesión"
También significativo es el número de fallecimientos fruto de lo que los autores del informe definen como "reacción adversa a drogas", las vulgarmente conocidas como sobredosis: 31. De ellas, 29 corresponden a varones y sólo do,s a mujeres, con un denominador muy llamativo: la baja edad media, ya que fue de 34 año, doce menos que el de la totalidad de los fallecimientos. De las víctimas, ocho estaban incluidos en los Programas de Mantenimiento con Metadona (PMM) que existen en las cárceles para hacer frente a las drogodependencias, y en todos ellos los estudios toxicológicos de los cadáveres encontraron restos de benzodiacepinas, el principio activo de medicamentos como el 'Valium'. En otro importante número de fallecimientos por sobredosis también se encontró presencia de esta sustancia junto a estupefacientes como la cocaína.
También muy elevado es el número de suicidios. En total, 25 (sólo una mujer), de los cuales 23 se produjeron en centros penitenciarios y dos en las unidades de custodia de los hospitales a los que habían sido trasladados. Esto sitúa la tasa en 0,41 por mil internos en 2012, casi el doble que el año anterior. "Las tasas antes citadas, aunque sensiblemente inferiores a las habituales en la Unión Europea, son superiores a las de la población general", señalan los autores del informe que destacan que en las cárceles "se concentran muchos de los factores de riesgo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) asocia al suicidio". La edad media de los reclusos muertos por esta causa se situó en 42 años. El estudio de Instituciones Penitenciarias revela que en 23 de los óbitos el metodo elegido por el interno para matarse fue el ahorcamiento y sólo en 2 a "heridas producidas por autolesión".
Muertes por atragantamiento
En el apartado de 'buenas noticias', el informe de Prisiones destaca que en 2012 no se produjeron muertes por agresión, la primera vez que ocurre desde 2005. Sin embargo, el número de fallecimientos "accidentales" se elevó a cinco. De estos, tres se produjeron por "atragantamiento por bolo alimentario", uno más por la rotura del bazo fruto de un accidente de tráfico que el preso había sufrido a la vuelta de un permiso, y la última, provocada por un hueso de pollo. El informe detaca que en los últimos diez años la media de fallecimientos por causa accidente había sido inferior a los tres internos por año. En 2012 prácticamente se dobló.
Instituciones Penitenciarias también ha contabilizado la muerte de 17 presos de permisos y tres que tenían instaladas una pulsera de control telemático
El estudio de Instituciones Penitenciarias también analiza la incidencia de estas muertes en cada centro penitenciario concreto así como la comparación con el número de "casos esperados" en cada uno de ellos. En este sentido, los responsables sanitarios de las cárceles destaca el elevado número de fallecimientos registrados en dos cárceles gallegas, las de Teixeiro y Lugo-Bonxe, y en una andaluza, el centro psiquiátrico de Sevilla. En la primera se contabilizaron nueve muertes (la que más de toda España) para una población de 1.171 presos. En la segunda cuatro, cuando sólo cuenta con 302 internos. Y en la sevillana, el mismo número para sólo 176 reclusos. En el extremo opuesto está la cárcel de Huelva, donde los "casos esperados" se situaban entre tres y cuatro, y finalmente no se produjo ninguno.
Finalmente, el informe dedica un apartado a los "fallecidos en situación de permiso u otras asimilables". Así, señala que han sido 24 los reclusos que no estaban en régimen cerrado los que han fallecido en los doce meses de 2012. De ellos, la mayoría (17) estaban disfrutando de permisos, tres más estaban bajo control de una pulsera telemática, uno más en unidad de rehabilittación y los tres últimos en "situaciones asimilables" que el estudio no concreta. De todos ellos, 23 eran varones y sólo uno mujer. La edad media, 45,5 años.