El empresario José María Ruiz-Mateos, detenido este martes en su domicilio familiar de Somosaguas por orden de la juez María Pascual, ha sido conducido esta mañana a los juzgados de Palma para declarar como imputado en una causa por estafa. Ruiz-Mateos ha llegado a las 8.02 horas a los juzgados detenido, pero sin esposar, en un vehículo policial que ha entrado por la rampa trasera de los juzgados, la zona de acceso para las conducciones de presos y arrestados. Al descender del vehículo policial, el empresario se encontraba con mala cara y cabizbajo, y al ser preguntado por una periodista que cómo se encontraba, ha contestado: "Me estoy muriendo".
El empresario se ha acogido a su derecho a no declarar ante la juez de Palma María Pascual y ha salido en libertad. Había sido conducido a las a las 09.45 horas ante la juez, tras llegar a los Juzgados a las 08.02 horas en un vehículo policial, y a las 10.03 horas ya salía en libertad por la puerta del edificio judicial de Vía Alemania. Antes de comparecer ante la juez, Ruiz-Mateos ha entrado en el pasillo de los Juzgados diciéndoles a la treintena de periodistas que le esperaban: "Me estoy muriendo, gracias a la juez, más mala mujer que nada".
Tras salir en libertad, el empresario ha insistido en que la juez es "una persona muy mala" y que "no hay nadie peor". "Esto es un asco de Justicia", ha afirmado. En medio de un revuelo de periodistas, y cogido al brazo de su hija Begoña, Ruiz-Mateos ha explicado que la noche que ha pasado en el calabozo de la Jefatura Superior de Policía de Baleares ha sido "un infierno" porque ha estado sin comer ni beber.