José María Ruiz Mateos era un empresario más o menos desconocido para el gran público hasta que la expropiación del holding Rumasa lo convirtió en una figura popular, casi cómica y representativa de una estirpe empresarial paternalista y condenada a extinguirse. Sin embargo, las estrambóticas acciones del jerezano cayeron bien en la opinión pública, que acabó acogiendo sus exabruptos con humor. Ruiz Mateos se convirtió en una figura popular que aseguraba a los periodistas unos momentos de diversión en sus programas mientras él se garantizaba minutos para poder denunciar lo que consideraba injusticias. Coincidiendo con su fallecimiento, recordamos algunos de sus episodios mediáticos más esperpénticos.

La pretensión del ministro Arias y del Gobierno de enajenar la finca 'La Almoraima', actualmente de titularidad pública, y pasar la propiedad a manos privadas, muy probablemente extranjeras, es hacer dejación de funciones y admitir la incapacidad para construir algo positivo con esta joya de la naturaleza entre las manos.