Sociedad

Tiktok, “un nido de pederastia” y la red preferida de los menores

Los niños reciben su primer móvil con una edad media de 12 años

  • Tiktok es una de las aplicaciones más existosas -

La hija de Carlos y Marta tiene 14 años. Cuando llega del colegio, entra en su habitación, se quita el uniforme y se va con las amigas al parque. Durante un par de horas al día no saben nada de ella y eso les inquieta, pero es normal: poco a poco está dejando de ser una niña y se convierte en una adolescente. La tranquilidad, por suerte, llega cuando vuelve a las 7 de la tarde y se encierra en su habitación a estudiar. Ahí Carlos y Marta ya pueden respirar tranquilos. O eso piensan ellos, porque lo que estos dos padres desconocen es que su pequeña es una de los millones de usuarios que tiene TikTok en España.

“Si tú a tu hijo con 8 años le das un móvil con TikTok, habrá que empezar a preocuparse a los 8 años. Si se lo das a los 15, a los 15. Todo depende de cuando se le dé el dispositivo”, explica a Vozpópuli Silvestre del Río, policía de menores y experto del uso que estos hacen de las redes sociales.

En España, los menores reciben su primer móvil de manos de sus padres a los 12 años, una edad a la que no deberían tener redes sociales, aunque rara vez se cumple esta norma una vez tienen un dispositivo en sus manos. De hecho, los menores de 13 años no deberían abrir una cuenta propia en la aplicación, aunque es una restricción fácilmente salvable solo con mentir a la hora de dar la fecha de nacimiento. Este es el motivo que se encuentra detrás de que alrededor del 70% de usuarios tiene entre 13 y 24 años de edad.

“Los adultos que se ponen en contacto con los menores lo que hacen, básicamente, es intentar generar una reacción de confianza o bien prometerles que le van a dar algo que les interesa a cambio de prácticamente nada”, explica el experto a este periódico. “A través de estas prácticas consiguen información privada o incluso alguna foto o vídeo comprometido de los menores. Ahí se pasa a una etapa de acoso y chantaje para conseguir más material”, asegura el policía.

Según el Ministerio del Interior —últimos datos— en 2022 se presentaron 954 denuncias por delitos sexuales a menores a través de internet, de los que las niñas representaron un 57,4% del total de víctimas. “Normalmente, los pedófilos eligen perfiles falsos de niños y niñas de la misma edad o de supuestas empresas de representantes o de agencias de modelos a las que luego crean webs”, relata Silvestre del Río.

Un nido de pederastia

“Las aplicaciones destinadas a un público infantil donde se tenga contacto con desconocidos, están llenas de pedófilos”, afirma con rotundidad el policía de menores. “Ellos buscan aplicaciones donde los menores tengan la mínima edad posible porque saben que son mucho más vulnerables y fáciles de engañar”, explica. “TikTok, que tiene un montón de usuarios de entre 7 y 10 años, es un nido de pedófilos”, asevera.

Que los adolescentes españoles salgan bailando coreografías propias de la edad no tiene un peligro aparente. Son contenidos que quedan a la vista de cualquiera, incluidos adultos que buscan contenidos en los que aparecen menores, pero sin que sufran ningún tipo de daño. El problema surge cuando estas personas encuentran en TikTok la vía perfecta para entrar en contacto con los menores sin que nadie lo sepa. Ese es el primero de los problemas a los que se enfrentan los niños y los jóvenes en las redes sociales en la actualidad, pero no es el único.

El experto relata el caso de un vídeo viral en el que, a modo de baile, se les enseñaba a los menores a ponerse “a cuatro patas”: “Niñas de ocho o diez años hacían el reto y no tenían ni idea de que eso tiene una connotación sexual”, relata Silvestre del Río. “Ellas lo copian luego porque es lo que ven”.

Y lo cierto es que la aplicación suele convertirse frecuentemente en protagonista de las noticias de sociedad y sucesos por retos virales a los que se someten los niños y los adolescentes. Por un lado, esta red es propicia para que corran como la pólvora y, por otro, para que se realicen de forma masiva sin el conocimiento de los adultos. Los menores los llevan a cabo inconscientes de los peligros que entrañan. Un ejemplo es el “POV”, siglas de Punto de Vista (del inglés Point of View), en el que hay que se recrean ante la cámara situaciones subidas de tono, un fenómeno que causa furor tanto entre los jóvenes que las llevan a cabo como por parte de los pedófilos que utilizan la plataforma digital.

Silvestre del Río, formador y divulgador en la materia, impartió una charla a niños de cuarto de Primaria recientemente: “Me levanta la mano una niña y me dice que tiene muy claro lo que tiene que publicar para ganar dinero. Que ahora sus padres no le dejan, pero que en cuanto pueda lo va a hacer. Y sus compañeros entendieron el comentario con naturalidad”.

Estas son las consecuencias de una generación que este experto considera “excesivamente sexualizada” y que ven en redes como OnlyFans —de pornografía amateur— una forma lícita de ganar dinero sin prostituirse: “Esos niños se están criando viendo cientos de vídeos inadecuados en estas redes sociales que tienen millones de visitas y likes”.

Guerra abierta contra los pedófilos

Ya se han viralizado vídeos de “cazas” de pedófilos, grabaciones que realizan padres y hermanos de potenciales víctimas que deciden pasar a la acción contra estas personas que aprovechan su anonimato y superioridad física y mental para quedar con los menores en persona, en centros comerciales y tiendas.

La mecánica suele ser siempre la misma, los “cazadores” engañan al adulto haciéndose pasar por un menor y, una vez acepta verse en persona con su supuesta víctima, se revelan como lo que realmente son y lo agreden en público al grito de “pederasta”.

“No me consta ningún linchamiento de este tipo en Baleares, pero es cierto que está muy de moda lo de subirlo a internet porque sí ha habido algún caso real que ha sido muy sonado. Yo, en 24 años que llevo de policía, no he tenido ningún caso”, afirma el experto.

Tiktok ya ha cerrado la cuenta de algunos de estos ‘justicieros’ que intentan tomarse la justicia por su mano y que cometen delitos que, aunque puedan ser apoyados socialmente, no dejan de ser delitos.

Se trata del mismo peligro que ha existido desde la misma creación de los foros de internet, en las que miles de adultos han intentado acercarse a los menores con todo tipo de excusas. Ahora, la aparición de los móviles y las aplicaciones han dificultado el seguimiento por parte de los padres y han facilitado este tipo de prácticas por parte de los pedófilos.

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