Una excesiva exposición de los jóvenes al alarmismo climático o a la prohibición de los principios de la biología humana, mediante las normativas de género, puede derivar en graves peligros para su salud

Me parece natural que haya quien tema que la idea de la ciudad de 15 minutos sea un paso más en la dirección de tener controlada a la gente, en nombre de una buena causa (el ecologismo)

Hemos permitido que cosas como hablar de las diferencias biológicas entre hombres y mujeres se conviertan en un absurdo tabú que simplemente incomoda a un grupo de gritones lloricas

Si alguien sabe sacar de quicio al personal, ése es Josep Borrell. Al ironizar sobre los jóvenes que se manifiestan pidiendo medidas contra el cambio climático, “eso que se puede