Quién no pagaría por conocer lo que cuenta tu pareja de ti cuando está con tres amig@s y dos copas. O lo que hace tu jefe cuando tiene la puerta cerrada, o si la niñera se sube el novio a casa. También se dice que una forma moderna y gratis de espiar a la gente es seguir los mensajes en Facebook; aunque, claro, en esa red social todo el mundo publica lo bien que se lo pasa, no su lado oscuro, que es el que realmente interesa. Los gadgets para espiar hace mucho que no son territorio exclusivo de Q y Bond. Aquí tienes unos baratos ejemplos con capacidad para obtener jugosa información. Eso sí, ve preparando los argumentos y las coartadas por si te cazan…
Cámaras camufladas
Encontramos cientos de productos que, bajo la apariencia de un inocente objeto, esconden una cámara que registra, incluso con alta calidad, la escena que tienen ante sí. Efectivamente, si alguien delante de ti deja como si cualquier cosa un mando-llave con el logo de Porsche, o quiere rebozarte que tiene uno, o piensa grabar, con imagen y sonido, la conversación (disponibles con todo tipo de marcas desde 75 euros). Lo mismo con los bolígrafos espía, cuya versión más avanzada permite transmitir en directo lo que capta hacia una pantalla externa; por si alguien quiere verlo a distancia (desde 340 euros). Como si, aun funcionando perfectamente el despertador de la mesilla, tu pareja decide cambiarlo; desconfía, que puede contener una microcámara para grabar lo que sucede en ese lecho… (Desde 45 euros). Relojes de pared y de pulsera, corbatas, el clásico muñeco uno de cuyos ojos es un objetivo, un enchufe de pared, botones de chaqueta, broches, jarrones, mochilas, perchero… Ten en cuenta que la autonomía de estos gadgets-espía con cámara camuflada es limitada y, excepto en modelos propios del CNI, tienes que ocuparte de activarlo personalmente.
Cámaras IP
Son cámaras nada camufladas y su razón principal es la seguridad de un entorno porque registran lo que ocurre (imagen y sonido) en el lugar donde están instaladas. Permiten ver la imagen en directo en cualquier ordenador o dispositivo móvil, aunque te encuentres a miles de kilómetros; te pueden avisar mediante una alerta que algo ha cambiado en la escena que cubren, así como grabarla. Allá tú si las escondes y el uso que las das. Desde 85 euros.
Localizadores físicos
Se les suele denominar trackers y son pequeños dispositivos (del tamaño de un pendrive) que se esconden perfectamente en un bolso, mochila, etc. Su misión es geolocalizar de manera permanente a la persona u objeto que lo porte. Su utilidad principal es evidente: niños, personas proclives a despistarse, mascotas, coches, maletas… Empieza a imaginar usos. Tú, desde un ordenador, móvil o tablet, podrás conocer su ubicación casi exacta (¿por qué está en un hotel si dijo que iba a ver a sus padres?), así como programarlo para que si excede unos límites establecidos, te avise mediante una alerta. Desde 90 euros.
Localizadores virtuales
En las plataformas de aplicaciones para móviles encontrarás decenas de alternativas para seguir a una persona a partir de su smartphone. El único requisito es instalar la aplicación en el terminal de la persona a seguir y en el tuyo, en el que podrás conocer su ubicación de manera permanente. Tiene dos inconvenientes: que la víctima no lleve consigo el móvil y que advierta la presencia de esa aplicación que nunca instaló… Gratuitas y de pago.
Oreja biónica
Este sí es un gadget especializado en espiar, porque no le encontramos otra prestación. Es un micrófono de tipo pistola con una pantalla parabólica que puede llegar a captar sonidos que se produzcan hasta a 100 metros de distancia (al menos, es lo que promete). Los puedes escuchar en directo mediante unos auriculares y también grabarlos en el mismo dispositivo. Desde 50 euros.
Kit semen SPY Deluxe
A imagen y semejanza que cómo lo hacen los agentes del CSI, aquí tienes un kit que te permitirá conocer si en esa cama, mesa, lavadora, ascensor o encimera ha habido relaciones sexuales plenas, vamos, hasta el final. Se compone de una lámpara UV que revela restos de semen u otros fluidos corporales y se acompaña por unos guantes, pipetas, desecantes, cartuchos reactivos, tubos, bolsas de pruebas, bisturí… O se es, o no se es profesional. Desde 95 euros.
Dicho esto, y ya en serio, hasta leer los whatsapp de un móvil que no es el tuyo puede llegar a considerarse como una falta, cuando no delito. Como si tienes personal en casa, debes notificarles por escrito la presencia de cámaras o dispositivos grabadores de imagen y/o sonido. Lo mismo si te atreves a revelar conversaciones privadas registradas con medios técnicos. Ahora bien, como se dice en el mundillo espía, la información que posees, sin necesidad de revelarla, puede ser un instrumento decisivo para conseguir los fines que persigues.