Diez años después de la salida a escena de los primeros Operadores Móviles Virtuales este mercado genera unos ingresos de 603 millones de euros.
Una tarta que era de 500 millones allá por 2011 y de la cual los operadores tradicionales se llevaban a través de sus marcas OMV apenas un 2%, unos 10 millones de euros. Cifras diferentes a las que se manejan hoy en día. Se trata de un sector con unos ingresos de unos 600 millones de euros de los que Movistar, Vodafone y Orange se llevan casi 300 millones, según datos de la CNMC (Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia).
¿Cómo han conseguido hacerse con el 50% de los ingresos? Conscientes de que era un mercado al alza en los últimos años se han producido adquisiciones y creación de Operadores Móviles Virtuales por parte de los grandes operadores para centrarse más en el cliente con menos poder adquisitivo.
Movistar fue la primera en mover ficha y en el verano de 2010 adquirió la red social Tuenti, jugada con la que quería convertir a sus seguidores en nuevos clientes de telefonía móvil.
La apuesta de los Operadores Móviles con Red por el mercado OMV ha tenido un efecto directo en los ingresos del sector, que han descendido
Más tarde, en 2014, Vodafone anunció la salida al mercado de Lowi. En 2012 Orange compraba Simyo y relanzaba la abandonada marca Amena para, ya en 2015 adquirir Jazztel. Estas compras y una política tarifaria más agresiva y segmentada han dado sus frutos.
Baja la cifra de ingresos
La apuesta de los OMR (Operadores Móviles con Red) por el mercado de los OMV ha tenido un efecto directo en los ingresos del sector. De 2011 a 2015 se ha pasado de facturar 500 millones de euros a más de 600 millones de euros.
Pero los buenos tiempos ya pasaron. Si de 2011 a 2013 los ingresos alcanzaron los 725 millones de euros, es a partir de ese año cuando empiezan a bajar. En 2014 bajaron levemente, hasta los 722 millones de euros. En 2015 se produjo el descenso más fuerte, con un recorte de unos 120 millones.
Sin embargo, los ingresos de los OMV participados o propiedad de Movistar, Orange y Vodafone se han disparado hacia arriba. La lectura es simple. Hay menos ingresos pero los grandes operadores ganan más.