Ahora que Rocío Carrasco es la nueva estrella de Sálvame y es probable que se encuentre en los pasillos de Mediaset con su hija, Rocío Flores, ahora que Isabel Díaz Ayuso ha tomado los mandos de Telemadrid para convertir la televisión autonómica en su cortijo, ahora que estamos a punto de librarnos de los comentarios de José Antonio Camacho y ahora que el futbolista Joaquín va a tener programa propio en Antena 3, por citar cuatro noticias impactantes, podría escribir muchas cosas que prefiero callarme. No es miedo, es pereza. Tiempo habrá de sumergirse en esos jardines enfangados, pero hoy, quizás por aquello de que en verano se llevan las recomendaciones, prefiero hablar aquí de uno de esos documentales cuyo visionado sirve para combatir la mediocridad imperante en una caja que cada día parece más tonta.
Seve, el documental de Amazon Prime sobre Severiano Ballesteros (Pedreña, Cantabria, 1957), es simplemente una delicia que conviene paladear con lentitud y reincidencia. Calidad inusual en la producción, acertadas imágenes de archivo que invitan a la nostalgia y un tono elogioso pero sin cursilería componen esta obra en la que conviene sumergirse para conocer la vida y la trayectoria deportiva del golfista más famoso en la historia de España.
Se narran su extraordinaria forma de convertirse en golfista profesional, sus incontables éxitos, sus enfrentamientos en diversos ámbitos, su influencia para expandir el golf o su sufrimiento final derivado de ese cáncer que acabó con su estrella a los 54 años
Quizás lo mejor de Seve es que puede verse con delectación sin tener la menor idea sobre golf. Porque lo que se cuenta es la historia de un gigante del deporte español. Su historia personal y profesional sin ambages ni elusiones. Con sus errores y fracasos. Se narran su extraordinaria forma de convertirse en golfista profesional, sus incontables logros -91 títulos, entre ellos 5 grandes-, sus enfrentamientos en diversos ámbitos, su influencia para expandir el golf o su sufrimiento final derivado de ese cáncer que acabó con su estrella a los 54 años.
Todo ello contado a través de las voces de personajes que conocieron bien al homenajeado: sus hermanos y su sobrino, rivales como Greg Norman, compañeros como Txema Olazábal o periodistas como Olga Viza. Impactantes testimonios que dibujan una de esas vidas irrepetibles de uno de esos deportistas de éxito que deslumbraron al mundo. No hablan sus hijos porque, como es sabido hace tiempo, la relación con los hermanos del golfista saltó por los aires tras su muerte. Una tragedia familiar que los hacedores de esta obra han dejado fuera porque, al cabo, no es responsabilidad de Seve.
El documental, producido por Parmedia, está lleno de sorpresas y no todas resultan fáciles de digerir. Impresiona sobre todo la última media hora, dedicada al último tramo de su vida, cuando él y los suyos tuvieron que enfrentarse a la enfermedad. Verle sentado frente a Michael Robinson, que tampoco pudo ganar ese partido a la parca, tampoco te deja indiferente, así como las despedidas de varios de sus amigos, como las lágrimas de Olazábal o como esa Ryder Cup de 2012 en la que Europa remontó a Estados Unidos en honor a Ballesteros.
Sentarse a ver Seve te sirve para recordar a un gran deportista -"un ejército de un solo hombre", acuñó uno de sus rivales- y, de paso, es una de esas cosas que te reconcilian con lo mejor del ser humano. No se lo pierdan.