El Banco de España lleva años advirtiendo a la banca del aumento en la concesión de créditos al consumo y el riesgo que esa tendencia lleva asociado, al ser el segmento donde menos garantías se ofrecen por parte del prestatario, aunque para la entidad financiera sean los más rentables. Pablo Hernández de Cos, el gobernador del banco central español, tiene necesariamente que estar más tranquilo en estos últimos meses. Desde el pasado marzo, las nuevas operaciones de concesión de este tipo de préstamos se han reducido entre un 58,95% del mes de mayo, en pleno estado de alarma, hasta el 15,82% de julio, en comparación con los mismos meses del año anterior.
Según los últimos datos publicados por el Banco de España, durante el pasado mes de octubre, los bancos españoles concedieron nuevos créditos al consumo por un importe de 2.382 millones de euros, un 26,7% menos que en el mismo mes de 2019. No es el mayor desplome registrado en un mes (en abril, las nuevas operaciones se redujeron a 626 millones de euros, una cifra desconocida en los últimos ejercicios, que supuso una reducción del 59% sobre el dato de doce meses antes).
En el conjunto de los diez primeros meses del año, el importe de los nuevos créditos ascendió a 21.475 millones de euros, un 27,16% menos que en el mismo periodo del año anterior. Y eso, a pesar de que en febrero, por ejemplo, el importe de las nuevas operaciones creció un 11%. Ningún banco ha sido ajeno a esta situación. Banco Santander, por ejemplo, reportó en el tercer trimestre una caída del 44% en los créditos al consumo; Bankia, de un 8,1% en los últimos doce meses, y Caixabank, del 2,2% en lo que va transcurrido de año.
La mayor caída se ha registrado en en el segmento de los créditos concedidos a entre uno y cinco años, los más solicitados. Según los últimos datos, el descenso ha sido del 31,1%, seis puntos porcentuales más que en los préstamos a más de cinco años, los más demandados para la compra de automóviles. Y es que entre enero y noviembre, las matriculaciones de turismos y todoterrenos acumula una caída del 35,3%.
Las consecuencias de la covid
El confinamiento de toda la población decretado en marzo y que se prolongó hasta el mes de junio, el cese de la actividad económica en miles de empresas y la consecuente pérdida de millones de puestos de trabajo, las restricciones de movilidad puestas en marcha por la totalidad de las comunidades autónomas y la práctica imposibilidad de viajar fuera de España han reducido la necesidad de los hogares españoles de acudir a la financiación ajena para disfrutar de unas vacaciones, adquirir un coche nuevo o renovar el parque doméstico de ordenadores o televisores de alta gama.
Para los bancos, es una más de las malas noticias con las que se ha acostumbrado a vivir durante los últimos ejercicios, especialmente desde que los tipos de interés están en terreno negativo. La exposición del sector financiero a estos créditos ascendía a cierre del mes de octubre a 181.554 millones de euros, una cifra no demasiado lejos todavía del máximo, alcanzada en junio del pasado año, con 193.095 millones de euros, tras muchos años de incrementos continuados.
El problema radica en que el cambio de tendencia del saldo vivo se produce cuando el tipo de interés es aún más bajo que en 2019.
Nadie espera un cambio radical para los dos últimos meses del año, aunque sean los de mayor gasto familiar. De continuar la tendencia actual, 2020 puede cerrarse con la cifra más baja de créditos al consumo desde 2016
Para los bancos, los créditos al consumo han representado en los últimos años el segmento más rentable de los operaciones de activo, de ahí que relajaran algo los criterios de concesión con el fin de mejorar el margen de intereses. El tipo medio ponderado de un crédito al consumo estaba en octubre en el 7,52%, casi un punto porcentual menos que hace un año. Un crédito hipotecario devengaba el mismo mes un interés medio del 1,91%, casi cuatro veces menos, aunque la garantía de impago está mucho más cubierta.
Nadie espera un cambio radical para los dos últimos meses del año, aunque sean los de mayor gasto familiar. De continuar la tendencia actual, 2020 puede cerrarse con la cifra más baja de créditos al consumo desde 2016. Las nuevas operaciones se situarán en el entorno de los 26.000 millones de euros, 10.000 millones por debajo de las realizadas en 2019. Según el Banco de España, la financiación al consumo creció en 2016 a una tasa anual del 5% y en 2018 alcanzó su máximo con un incremento del 8%. A partir del segundo trimestre los aumentos se han moderado hasta tasas del 2%. El presente año cambiará el rumbo.
Y es que el endeudamiento de las familias es una constante desde la crisis de 2008. En los últimos doce meses se ha reducido un 0,4%, según el Banco de España, todo lo contrario que ha sucedido en el mundo de las empresas (+5%) y de las administraciones públicas (+8,7%).