El jurado ha declarado por unanimidad culpable de homicidio a E.H.M., el hombre que en febrero de 2019 mató a martillazos a su casero, de 68 años, y luego quemó el cadáver. Poco más de tres horas es lo que ha necesitado el jurado para alcanzar un veredicto en el que han rechazado las atenuantes de confesión y arrebato.
Una vez conocido el veredicto, el Ministerio Fiscal ha solicitado que se imponga al acusado una pena de 13 de prisión por el delito de homicidio y dos más por el delito de incendio de casa habitada. La acusación particular ha pedido 15 años por homicidio y tres años más por el delito de incendio de casa habitada. Por su parte, la defensa ha pedido que a la hora de dictar sentencia se le imponga la pena menor contemplada para este tipo de delitos.
Asimismo, tanto el Ministerio Público como la acusación particular han pedido que la sentencia recoja la prohibición de entrar en Martos durante diez años, así como la de comunicarse y acercarse a la familia del fallecido.
En cuanto a responsabilidad civil, el fiscal ha pedido 60.000 euros para cada uno de los ocho hijos de la víctima y 90.000 para la viuda, así como 20.765 euros por los daños causados en la casa incendiada. La acusación particular, que ha representado a cuatro de los ocho hijos, ha pedido 60.000 euros para cada uno de ellos más el importe correspondiente a los daños de la casa.
Petición de perdón
Antes de escuchar el veredicto, el acusado ha pedido perdón a la familia del fallecido y ha asegurado ante el tribunal con jurado que le ha juzgado en la Audiencia de Jaén que está "muy arrepentido por lo ocurrido".
"Pido perdón a todos vosotros y a la familia. Estoy muy arrepentido de todo lo que ha pasado. Lo siento mucho", son las últimas palabras pronunciadas por E.H.M. y traducidas por una intérprete.
Los hechos juzgados sucedieron 1 de febrero de 2019 en una casa ubicada en el número 5 de la calle La Peña, en Martos (Jaén). El acusado residía en ese inmueble con el permiso del fallecido, que no le cobraba nada y con el que mantenía una buena relación desde hacía ocho años.
E.H.M. invitó a la víctima a la casa a comer
El jurado ha considerado probado que el día en que ocurrieron los hechos, E.H.M. invitó a su casero a casa a comer. Sin embargo, se produjo una discusión entre ambos y el ya condenado, como el mismo ha reconocido, golpeó a la víctima con una maceta de obra en la cabeza.
Para intentar hacer desaparecer el cuerpo, trasladó el cadáver al corral de la vivienda, amontonó ropas y mantas viejas y puso el cadáver en el centro. A continuación, le prendió fuego y ardió toda la casa.
Los bomberos se emplearon a fondo para sofocar el fuego, pero no fue hasta la mañana siguiente cuando la Guardia Civil encontró el cadáver después de que la familia del fallecido comunicara sus sospechas de que podría estar en la vivienda. Los agentes los restos óseos de un hombre y las pruebas de ADN realizadas confirmaron que pertenecía al casero.
El fuego calcinó por completo el cuerpo
Sin embargo, el fuego había calcinado por completo el cuerpo. Sólo se recuperó el tronco. De ahí que la autopsia no haya podido arrojar luz sobre cómo se produjo exactamente la muerte, pero sí ha revelado que la víctima había fallecido cuando le prendió fuego a la casa.
La Guardia Civil detuvo al inquilino de la vivienda como presunto autor de los hechos. E.H.M. confesó el crimen ante el juez, que lo envió a prisión preventiva, sin fianza y donde sigue interno. E.H.M. ha reconocido ante el jurado haberlo matado y que lo hizo porque la víctima le había echado "mal de ojo" y le hacía brujería para que él viera demonios.
Pese a que la defensa ha venido manteniendo que E.H.M. es un enfermo mental, el jurado ha rechazado este extremo y se ha apoyado en la declaración de los forenses que rechazaron cualquier tipo de trastorno o enfermedad psiquiátrica.