CaixaBank ha contabilizado un beneficio neto de 1.298 millones de euros en los primeros meses del ejercicio, lo que supone un avance del 54,6% con respecto a las ganancias obtenidas en el mismo periodo de 2017, gracias principalmente a la reducción de provisiones y a la aportación del banco portugués BPI.
Este incremento se ha conseguido a pesar de que la recompra del 51% de Servihabitat tiene un impacto negativo de 204 millones sobre la cuenta de resultados. Aún así, las pérdidas por deterioro de activos financieros y otras provisiones han disminuido un 57% respecto a los primeros seis meses de 2017.