Jaguar no es sólo sinónimo de diseño y elegancia, sino también de tecnología. Y lo demuestra con este avanzado prototipo que anticipa lo que podría ser uno de los más impactantes superdeportivos, con prestaciones a la altura de lo que se espera de un modelo de estas características, pero con unos niveles de eficiencia energética que le llevan a lograr unos niveles de emisiones de 89 gramos de CO2 por kilómetro, como si de un utilitario se tratara.
Un prototipo que tiene sus orígenes en el concept-car C-X75 que Jaguar dio a conocer 2010, un nuevo capítulo en innovación y tecnología avanzada que, en poco más de dos años, ha permitido mostrar cómo el vehículo, evolucionaba a partir de un estudio de diseño hasta un prototipo completamente funcional. En este intervalo de tiempo, Jaguar y su socio de desarrollo, Williams Advanced Engineering, han desarrollado un sistema de tracción a las cuatro ruedas, el plug-in de vehículo eléctrico híbrido en paralelo (PHEV), con el motor de potencia específica más alta del mundo y el primer chasis monocasco de carbono, de Jaguar.
Y es que la avanzada tecnología híbrida combina dos motores eléctricos de último desarrollo con un propulsor de gasolina de sólo cuatro cilindros que desarrolla una potencia de auténtico récord, 502 CV para apenas 1,6 litros de cilindrada gracias al empleo de un turbocompresor y de un compresor, una doble sobrealimentación que le otorga una relación de 313 CV/l. Además, los dos motores eléctricos rinden por sí solos 390 CV extras para una potencia combinada de 850 CV, lo que le permite entre otras cosas alcanzar los 354 km/h de velocidad máxima y de acelerar de 0 a 160 km/h en menos de seis segundos. Moviéndose sólo en modo eléctrico, el C-X75 puede llegar a recorrer hasta 60 kilómetros con cero emisiones.
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