Mientras Pedro Sánchez comprometía en Kiev su apoyo a Ucrania en la guerra, sus socios de IU en el gobierno abogaban por unas medidas completamente contrapuestas. La formación, que ahora forma parte de Sumar, plasma en su programa electoral su deseo de que España salga de la OTAN y la eliminación de las ayudas a terceros países en guerra. Por su parte, el presidente del gobierno anunció 55 millones que irán destinados a la reconstrucción ucraniana.
El líder socialista se ha involucrado por completo con el conflicto bélico en Ucrania y ha deseado en su discurso que la contraofensiva iniciada por parte del país derive en "una paz duradera". Pero sus socios prefieren decantarse por un alto al fuego a través de un acuerdo diplomático: "Hay que dedicar todos los esfuerzos a obligar a las partes a sentarse para llegar a un acuerdo".
Esto supone un nuevo choque de opiniones en el gobierno de coalición, cuya legislatura se ha visto constantemente marcada por este tipo de desacuerdos. Estas contradicciones han debilitado la imagen del ejecutivo y han derivado en enfrentamientos entre los dirigentes de las formaciones que componen el mismo.
IU también hace referencia en su programa electoral a uno de los temas más discutidos del gobierno de Sánchez: el conflicto Sáhara-Marruecos. Los de Alberto Garzón luchan por la autodeterminación del pueblo saharaui, así como la condena "sin paliativos" al régimen de Marruecos. Esto difiere con las actuaciones del gobierno socialista que se acercan más al líder marroquí.
Las declaraciones de Sánchez tuvieron lugar durante su visita a la capital ucraniana, coincidente con el primer día de la presidencia española del Consejo de la Unión Europea. En cuanto a IU, ha trasladado todas estas medidas a Sumar, formación de la que ahora es parte de cara al 23J.
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