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Turismo espacial sin salir de Madrid

La Sierra Oeste de Madrid tiene una relación muy especial con la carrera espacial. Sus huellas siguen muy presentes en lugares como la estación de la NASA en Robledo de Chavela o el Museo Lunar de Fresnedillas de la Oliva

  • Un traje espacial expuesto en el Museo Lunar. -

“Es un pequeño paso para el hombre, pero un gran salto para la humanidad”. Esta frase, pronunciada por el astronauta Neil Armstrong instantes después de poner un pie en la superficie lunar, es probablemente una de las más conocidas de la historia de la humanidad. Lo que, sin embargo, no todo el mundo sabe es que un pedacito de ese ‘gran salto’ que para la historia de la raza humana supuso el alunizaje del Apolo 11 se gestó en la Comunidad de Madrid. Concretamente en la base que la NASA había establecido unos años antes  en la pequeña localidad de Fresnedillas de la Oliva, en la comarca de Sierra Oeste. 

Y no fue un papel menor. Fresnedillas fue uno de los emplazamientos, junto a Goldstone (California) y Honeysuckle Creek (Australia), escogidos por los norteamericanos para instalar las tres gigantescas antenas de 300 toneladas de peso y 26 metros de diámetro que permitieron mantener las comunicaciones con los astronautas. Éstas antenas estaban situadas a distancias y longitudes equidistantes para garantizar que el contacto con las tripulaciones de los cohetes nunca se viera interrumpido.

Turismo espacial sin salir de Madrid
Estación de la NASA en Robledo de Chavela.

Cuando el día 20 de julio de 1969 el módulo lunar Eagle se posó sobre la superficie de la Luna, todas las comunicaciones con la nave y sus ocupantes durante el descenso se recibieron a través de Fresnedillas. Los trabajadores de la estación espacial española fueron, de hecho, los primeros en escuchar la famosa frase de Neil Armstrong:“Houston, Tranquility Base here. The Eagle has landed” (“Houston, aquí Base de la Tranquilidad. El Águila ha aterrizado”).

Parte de ese legado de la contribución madrileña a la carrera espacial sigue vivo gracias a distintas iniciativas, algunas de las cuales pueden ser visitadas por los aficionados a escudriñar en las estrellas y al turismo espacial. 

Museo Lunar Centro del Espacio y la Ciencia

Inaugurado en el año 2010 por el astronauta español Miguel López Alegría, este singular museo recoge multitud de objetos que permiten recrear la actividad de Estación Espacial de Fresnedillas durante los 18 años (1967-1985) que estuvo en funcionamiento. Una estación, operada en gran medida por ingenieros y técnicos españoles, que contribuyó decisivamente al éxito de las misiones Apolo. Fresnedillas también tuvo un papel determinante en el lanzamiento del primer vuelo del transbordador espacial Columbia. “¡Madrid, atrapad al pájaro!”, ordenaron desde Houston cuando fallaron las comunicaciones con el transbordador en las estaciones de Merrit Island y Bermuda. ¡Y Fresnedillas lo atrapó!

Museo Lunar de Fresnedillas de la Oliva. / Jesús García.

“El papel de Fresnedillas en la carrera espacial fue vital porque sin la estación de vuelos tripulados no se habrían podido realizar las misiones Apolo ni ninguna de las posteriores”, asegura Helena Hernández, responsable del Museo. 

Sin la Estación Espacial de Fresnedillas no se habrían podido realizar las misiones Apolo ni ninguna de las posteriores” (Helena Hernández, Museo Lunar)

El espacio cuenta con una sala dedicada a la Estación de Fresnedillas, en la que pueden apreciarse algunos de los aparatos originales de conexión utilizados en las misiones Apolo. Muchos de los objetos expuestos han sido cedidos por los propios trabajadores de la estación. La sala también cuenta con una gran maqueta de la antena, además de muchos elementos originales como un pequeño meteorito lunar, una fotografía dedicada de Buzz Aldrin, una réplica del plan de vuelo del Apolo 11 o libros originales de los ingenieros de Fresnedillas. En 2012 el museo recibió la visita del astronauta Charles Duke, piloto del módulo lunar en la misión Apolo 16 y uno de los 12 hombres que han pisado la Luna. 

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Helena Hernández, responsable del Museo Lunar. / Jesús García.

Para todos los públicos

En el museo se realizan numerosas actividades de carácter divulgativo, dirigidas tanto a colegios como a familias y otros grupos, que ayudan al visitante a acercarse al apasionante mundo de la exploración espacial y al trabajo y las rutinas de los astronautas. También dispone de una app de realidad aumentada que permite a los visitantes descubrir la exposición de un modo inversivo e interactivo.   

En el exterior, el Museo Lunar acoge un enorme y subreflector de antena, que fue cedido por la estación de Cebreros (ESA). También hay una maqueta del cohete Saturno V, con el que los astronautas de seis vuelos espaciales llegaron a la Luna.

La estación especial de Fresnedillas dejó de estar operativa en 1989. La NASA mantiene en la zona de Robledo de Chavela seis antenas de distintos diámetros equipadas para el seguimiento de vehículos y sondas espaciales, cuatro de las cuales están en la actualidad operativas. El complejo de Madrid forma parte de la red DSN Deep Space Network, el sistema de telecomunicaciones para aplicaciones científicas mayor y más sensible del mundo.

Para Helena Hernández, el Museo Lunar es una visita imprescindible porque “es necesario conocer parte de nuestra historia, el papel que ha tenido España en la carrera espacial y el que va a seguir teniendo en un futuro muy cercano”.

Más información:

https://www.museo.fresnedillasdelaoliva.es/

https://www.turismosierraoestemadrid.org/es/experiencias/

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