El activista cubano Lázaro Mireles, secretario de la Alianza Iberoamericana Europea contra el Comunismo (AIECC), ha interpuesto en lo que llevamos de año siete denuncias ante la Policía Nacional por amenazas de muerte. El último asalto a su restaurante, ApuLuLu, ubicado en el Mercado de San Fernando, terminó con daños en el mobiliario y lesiones de los trabajadores. "Hoy no sales vivo, despídete de tu familia", le dijeron los radicales de extrema izquierda que llegaron incluso a se sentarse en la barra de su establecimiento, según relata en una entrevista a Vozpópuli.

Este exiliado cubano llegó a España hace diez años para buscarse la vida pero sin olvidar la lucha contra "la dictadura de los Castro" en su país. Fruto de su trabajo consiguió emprender con el restaurante ApuLuLu que se encuentra en el barrio de Lavapiés. Mireles denuncia a Vozpópuli que nunca ha sido bien recibido y que la Junta del Mercado de San Fernando "quieren que nos vayamos".

"Dicen que vamos contra la ideología de Lavapiés"

"Dicen que somos un grupo que atenta contra la línea ideológica de Lavapiés, que ellos tienen una tendencia en defensa de la izquierda y nosotros somos una injerencia. Han pasado de amenazas de muerte a acciones muy graves ya que son muy violentos y algunos de ellos forman parte de la Junta del Mercado", añade. Este sábado fue un nuevo capítulo pero estas situaciones llevan pasando "desde hace un año". Aunque reconocen que los actos de estos individuos "han ido a peor".

Era un grupo de "diez matones anarquistas y antifascistas" que han destruido parte del mobiliario del establecimiento y han causado graves lesiones a uno de sus empleados que está de baja. También fueron atacados algunos de los clientes que se encontraban en el local disfrutan de la cena del sábado. "Ellos dicen que es un bar fascista y que ningún cliente puede sentarse", añade. Los radicales usaron cánticos como "fuera gusanos de nuestro país" o "fuera fascistas de nuestras calles".

Aunque este exiliado cubano advierte de que las "consecuencias serán catastróficas si ésto continua sin solucionarse". Para ello pide la implicación del alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida: "Jamás se ha molestado" por la situación.

"Nos vamos a quedar en Lavapiés"

La presión, las amenazas y los ataques no pueden con Lázaro y su empeño: "Nos vamos a quedar". Porque si ha aguantado estando en el "punto de mira" de los defensores del régimen cubano también puede "lidiar" con este tipo de situaciones. "Uno adquiere un compromiso de luchar por lo que uno cree. No voy a vivir de la política", resalta.

"Necesito trabajar y para trabajar tengo que aguantar todo ésto. No me queda otra", añade. En el último año este empresario cubano ha interpuesto siete denunciar por estos asaltos ante la Policía Nacional y otras ocho en Guardia Civil en los últimos dos años por amenazas de muerte. Con resignación admite que "lo peor de todo" es que los atacantes están identificados.

Tras el ataque del pasado sábado sus trabajadores se encuentran "nerviosos" al igual que él. Los atacantes siempre son los mismos. Hay veces que incluso se sientan en la barra delante de todo el mundo y le dicen: "Hoy despídete de tu familia. No sales vivo de aquí".

La Policía busca a los atacantes

Después del ataque, Mireles recibió la visita de la vicealcaldesa Begoña Villacís a su local. "Apululu Bar es un rincón cubano donde se respira libertad en pleno Lavapiés. Hay quienes no lo soportan, ni su lucha, ni sus ganas de Libertad", afirmó en una foto con sus trabajadores que fue publicada en redes sociales.

También Vox expresó su apoyo al exiliado cubano. "Llevan soportando el acoso de los totalitarios de extrema izquierda demasiado tiempo. Como nadie hace nada, era cuestión de tiempo que llegara la agresión", aseguró la agrupación de Centro del partido.

De forma paralela la Policía Nacional sigue con las investigaciones para dar con los autores del asalto. El dueño del local ya ha presentado una nueva denuncia por estos hechos y ha adjuntado las imágenes de las cámaras de seguridad del restaurante. Unos vídeos que también se encuentran en redes sociales, publicados por el dueño. Un ataque planificado y rápido para intentar amedrentar a este activista cubano.

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