No voy a hablar de Yolanda Díaz. No, no les voy a dar la tabarra con la señora, que ya se han encargado de hacerlo plumas muy vistosas y dispuestas a exprimir lo mejor del catálogo de metáforas intentando hacer literatura con la basura de lo cotidiano. Yolanda hasta la náusea. La estafa Yolinda, operación destinada a salvar el culo de Sánchez mediante la creación de una marca blanca capaz de agrupar los votos de la extrema izquierda para luego servirlos en bandeja al gran impostor antes de las próximas generales. La doña está tan vacía de discurso, sus formas tan melifluas, su ideología tan enemiga de la libertad, que no merece más comentario. Lo que sí parece pertinente es preguntarse cómo es posible que esta Nada con Sifón esté ocupando las portadas de los medios, en qué clase de vacío, en qué pozo sin fondo, ha caído este país para tolerar el lanzamiento de un globo lleno de humo que no pasaría de un pie de foto en los medios de cualquier democracia seria. "Cómo ha llegado la democracia española a esto", escribía aquí este jueves el gran Juan Abreu. "Cómo la España que emergió vital y vívida de la estupidez clerical franquista, que despertó sedienta de libertad del letargo dictatorial, pudo convertirse en tan poco tiempo en un país seducido por el feísmo y la vulgaridad populista, en un país en manos de la zafiedad de una banda de analfabetos a sueldo de un lidercillo vacuo, carente de esqueleto moral, de claras tendencias autoritarias".
He escrito mucho –lo ha hecho gente con mucho más fundamento que el mío- sobre el proceso de envilecimiento de la democracia española; mucho, sobre la forma en que la transición se fue pudriendo víctima de una corrupción que, en cascada desde la misma jefatura del Estado, se fue extendiendo cual mancha de aceite hasta hacerse fuerte en instituciones y partidos y, por qué ocultarlo, en el almario de un Juan Español que, rotas las prevenciones del franquismo, decidió entregarse a la adoración del becerro de oro mandando la honestidad y el respeto al dinero público al baúl de los recuerdos. Desde mediados de los noventa vengo aludiendo al necesario reseteo que nuestra Constitución hubiera reclamado, diluido ya el riesgo de golpe militar, tras los fastos del 92 y la letanía de escándalos que acompañó el final del felipismo. Se conocían de sobra las vías de agua que mostraba la carta magna. Cerrar de una vez el diseño territorial, recuperar para el Estado algunas de las competencias cedidas (la educación, clave), apuntalar la independencia de la Justicia (separación de poderes), meterle mano a la Ley Electoral (el nacionalismo en su sitio), etc., etc. Alguno podrá, con razón, calificar de ilusorio este planteamiento ante la realidad de unos partidos, los dos de turno, que ya se habían hecho fuertes con las riendas del régimen dispuestos, con la Corona al frente, a repartirse la tarta con nacionalistas catalanes y vascos.
Parece pertinente preguntarse cómo es posible que esta Nada con Sifón esté ocupando las portadas de los medios; en qué clase de vacío ha caído este país para tolerar el lanzamiento de un globo lleno de humo que no pasaría de un pie de foto en los medios de cualquier democracia seria
De nuevo la ausencia de líderes de trapío, hombres de Estado con capacidad para mirar al largo plazo por encima de sus intereses personales o de partido. ¿Qué queda hoy de Felipe González, un señor de pelo cano que mansamente acude, fruncido el gesto, a validar en un escenario al canalla que hoy nos gobierna para otorgarle marchamo de normalidad? Recuerdo bien las risas que Juan Carlos I y Mario Conde compartían cuando hablaban de Aznar y de su empeño, que juzgaban imposible, por convertirse en presidente del Gobierno. El fiasco de su segunda legislatura, mayoría absoluta, y los fastos de El Escorial. Las patas sobre la mesa de cristal de George W. Bush. La oportunidad perdida por la derecha democrática obligada, si quiere dejar de ser flor de un día, a acometer las reformas liberales que jamás hará una izquierda antes pegada al obrerismo y ahora al trampantojo de la igualdad y el wokismo. Francia ha tenido esos hombres de Estado. Hoy se quejan en París del fiasco Sarkozy y el manierismo de ese pequeño canalla con calzas apellidado Macron, pero Francia tuvo a De Gaulle, padre de la V República, y a sucesores como Pompidou o Giscard d'Estaing, incluso a Mitterrand. Ha tenido una izquierda terrible, consentidora con todas las tropelías del comunismo, pero también a una clase intelectual de derechas muy potente, muy patriota, muy dispuesta a denunciar sin complejos la amoralidad de los Sartre y compañía.
Nada de eso hemos tenido aquí. Las quejas de nuestros clásicos, de Ortega a Baroja pasando por Unamuno, sobre la ausencia de una "clase dirigente". Sí, hemos tenido hombrecitos, politiquillos de tres al cuarto. Incluso Revillas dispuestos a cantarle una campurriana a un moribundo. Tampoco esa clase intelectual capaz de servir de faro, gente desde hace tiempo volcada hacia la izquierda y las gabelas que la izquierda reparte con generosidad cuando gobierna con dinero público. La batalla cultural que la derecha española, ágrafa en su mayoría, jamás ha querido disputar. Y hemos tenido una clase empresarial y financiera, a la que he conocido bien, medrosa, asustada y dispuesta siempre al silencio cómplice, todos cogidos por la Justicia o las Haciendas por los faldones de la corrupción, todos resueltos a tragar con ruedas de molino, ninguno dispuesto a denunciar las tropelías del poder en nombre de esa sociedad abierta en la que, en otras latitudes, suelen prosperar negocios y naciones. Llegó la masacre de marzo de 2004 y cambió el rumbo de una España que, mal que bien, había crecido mucho y se había llegado a creer importante en el elenco de las democracias consolidadas. Este es un país pequeño que ha consentido una tragedia semejante por miedo a investigar y encontrarse frente a frente con los verdaderos culpables. Recuerdo muy bien el día en que, al frente de El Confidencial, fuimos a visitar, año 2003, a un joven Zapatero en su guarida de Ferraz, y la sensación de vacío que me invadió ante un tipo que me pareció un auténtico peso pluma. Me impactó, sin embargo, su determinación a la hora de asegurar que iba a ser el próximo presidente del Gobierno. Como ahora Yolinda, ojo. El país está tan arrastrado, los medios de comunicación tan podridos, que cualquier cosa parece posible.
Este es un país pequeño que ha consentido una tragedia semejante por miedo a investigar y encontrarse frente a frente con los verdaderos culpables
No les hablaré de Zapatero porque sus obras son muy recientes. Ruptura del pacto de convivencia que significó la transición y suelta de los viejos demonios familiares, las dos Españas dispuestas de nuevo a zurrarse como en las pinturas negras de Goya, con la izquierda, as usual, manejando la porra. Tampoco les hablaré de Rajoy o la última oportunidad que tuvo España para haber enmendado el rumbo, mayoría absoluta, con las reformas precisas y el saneamiento integral de las instituciones. No diré más de un personaje nefasto para la moderna historia de España, al que, para mi sorpresa, sigue defendiendo a capa y espada mucha derecha cerril, alguna con mando en plaza. Su último gran regalo envenenado consistió en servir en bandeja la presidencia del Gobierno a un auténtico bandolero de la política, un tipo sin escrúpulos, capaz de vender a su madre si falta hiciera. Sí, porque fue Mariano quien hizo presidente del Gobierno a Perrochanches. Con la ayuda, todo hay que decirlo, de los restos del PSOE "bueno", los Javier Fernández que un día de otoño de 2016 se dieron cuenta del peligro letal que para la España de ciudadanos libres e iguales significaba un outsider al que Susana creyó poder manipular y al que descubren en Ferraz intentando colar papeletas en una urna tras una improvisada cortinilla. Lo expulsan, pero no lo matan. Lo dejan con vida, y el pequeño sátrapa vuelve a hacerse con el poder, para, con la ayuda de la mafia judicial de izquierdas, plantear una moción de censura que salió adelante con el apoyo de todos los enemigos de lo que España ha representado desde los Reyes Católicos a esta parte. Un presidente legal, pero no legítimo.
Y hasta aquí hemos llegado. Sánchez es la demostración deslumbrante de la caída al vacío de un sistema que lleva tres décadas, justamente desde 1993, arrastrándose, y cuyas constantes vitales, todas las instituciones dañadas, son hoy casi indetectables, sostenido apenas por una parte de la judicatura que se niega a rendirse y por el jefe del Estado, Felipe VI. Todo se lo hemos consentido a este gran sinvergüenza; todo lo ha tolerado un país que parece haber perdido el pulso. Una sociedad que con la pandemia se compró un perro para salir de paseo, desnortada, alelada, sin criterio, y que ha entronizado a un pit bull en Moncloa dispuesto a pactar con el diablo. España es hoy un garito donde, con el dinero de un contribuyente asfixiado, juegan al póker la mafia de la izquierda estatista y reaccionaria, el separatismo xenófobo y corrupto, los herederos de ETA y un nacionalismo catolicón vasco al que los chicos de la boina podrían muy bien echar de Ajuria Enea con la ayuda de Sánchez y el PSE. Los muertos de ETA os contemplan. Desde junio de 2018 se lo hemos consentido todo y por su orden. Sin ninguna capacidad de reacción. Hemos permitido que haya dejado al Estado inerme ante sus enemigos de siempre (sedición, malversación), haya tomado por asalto las instituciones –la última, el TC-, haya pactado cesiones territoriales con el moro Muza sin la menor explicación, haya arruinado la enseñanza privando a los pobres del ascensor social de la Educación… la lista sería interminable. La recitó en detalle hace poco Inés Arrimadas. El último golpe de genio del macarra ha consistido en situar a Podemos, la muletilla del desvarío legislativo –ley del sí es sí, ley trans, etc.- de la que se ha servido para convertir España en un manicomio woke, a los pies de los caballos con la "operación Yolinda".
Sánchez es la demostración deslumbrante de la caída al vacío de un sistema que lleva tres décadas, justamente desde 1993, arrastrándose
Yolanda no es nada. Un busto parlante, una cabeza hueca, una consigna vieja, comunismo rancio vestido de blanco Ibiza sobre el escenario de un país agilipollado. Un comunismo que no tuvo su Nuremberg, como el nazismo, y sigue volviendo a casa por Navidad para engañar incautos. Yolanda es sor Citroën conduciendo el coche escoba de un comunismo disfrazado de ecologismo hippy, que va recogiendo por las cunetas los esqueletos de Colaus, Baldovises, Errejones, Mónicas, Garzones, Jorgejavieres, mareas y maretones, a ver si con tanto hueso logra la doña hace un caldo que sirva a la paella que el felón pretende cocinar de nuevo con separatistas, bildutarras y algún que otro granuja, tipo Teruel Alpiste o el cántabro de la campurriana. Un Sánchez condenado a ser cabeza de cartel de ERC y Bildu, porque sin ellos jamás podría gobernar. Por eso Yolinda es un instrumento más en manos del jefe de la banda. Lo tiene difícil. El de la banda. Es verdad que a veces la gente decide jugar a la ruleta rusa, los países se han suicidado mucho a lo largo de la historia, pero lo normal es que reaccionen cuando ven su vida en peligro. Los riesgos de una reelección del gran chulo son demasiados.
Una reciente encuesta francesa aseguraba que el 63% de los galos se consideran de centroderecha. En España no debemos andar muy lejos, por mucho que el tópico de la izquierda diga lo contrario. Ahora mismo, y según las encuestas, la cosa debe andar en un 60%-40%, de modo que las guerras por el voto en el espacio de ese 40% parecen irrelevantes cara al futuro. Pocas o nulas posibilidades de trasvase entre orillas. Queda, sí, la incógnita de saber el porcentaje de viejos socialdemócratas dispuestos a votar a Feijóo para arrojar a los infiernos al inquilino de Moncloa y poder después iniciar la travesía del desierto con la cruz a cuestas de un nuevo socialismo democrático. Elisabeth Borne reclamaba estos días el concurso de los socialistas galos para el debate sobre las pensiones: "Estoy convencida de que todavía queda una izquierda moderada, capaz de asumir compromisos y escapar de las garras de Mélenchon y su Francia Insumisa". ¿Queda algo de esto en España?
La alternativa. Lo único realmente importante ahora mismo. Qué está dispuesto a hacer Núñez Feijóo si llegara a gobernar, qué disposición a pactar con Vox sin ningún tipo de complejos, para dar una oportunidad de futuro a este país. Y para no repetir los errores del pasado reciente. "La derecha española ha vuelto a fracasar con Aznar y con Rajoy a la hora de abordar las reformas que ya resultaban inevitables a finales de los noventa. No puede volver a hacerlo una tercera vez. Y no por la suerte del PP, que eso importa un pimiento, sino por el futuro de España. Porque esta será muy probablemente la última oportunidad para enderezar el rumbo de colisión que hoy lleva el país", escribió aquí quien esto suscribe el 4 de septiembre pasado. Vale la pena reiterarlo, porque España se lo va a jugar todo a una carta en el plazo de unos meses. Feliz Pascua de Resurrección.
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Dudandomucho
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Muy buena radiografía de la realidad de España. Estamos en un punto crítico y no va a haber muchas oportunidades de tomar el camino correcto.
Luzmasluz
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¿Por qué "un cerdo"? Argumente... si puede y sabe...
Petrapacheco
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Pues señor Cacho, magnífico dejà vu su columna, el enésimo retrato de un país decrépito. Mire, no coincido con usted. Los miles de millones que nos ha 'regalado' Uropa se van a gastar muy concienzudamente en hacer propaganda de nuestro querido y amado líder-presidente. Un líder-presidente que en acabando las autonómicas -los barones no quieren saber nada de Sánchez, y poco de Feijoo, otro insulso de tres al cuarto-, será el presidente de las Europas, y se codeará con Bidens y otros estrategas mundiales y dedicará sus menesteres a salvar el mundo. El NODO que nos espera va a ser de aúpa, confloresamariaquemadrenuestraes, y lo que te rondaré morena -o rubia, que para eso sirve la Yoli, para un roto y para un descosido, porque para más no da, la pobre-. La política se ha devaluado tanto que nadie con tres dedos de frente quiere dedicarse. Los partidos políticos están encontrando muchas dificultades para encontrar gente dispuesta a 'rellenar' sus listas electorales municipales, porque de eso se trata. De relleno. Sobre todo en poblaciones pequeñas y medianas, donde la política es muy sacrificada, y el interés general del pueblo cede, casi siempre, a los intereses del partido en cuestión. Todo se decide en ferrazes y genovas, en un país 'tan' descentralizado como el nuestro. Y la gente está harta, incluso los militantes de a pie del partido, que otrora se inscribieron con fe, determinación y convicción. Mire, por ejemplo, la desbandada de militantes en Vox de Valencia, al ver que venían obligados a incorporarse a listas municipales de pueblos que ni sabían ubicar en el mapa, como si fuera el sorteo de la mili, todos esperando su 'excedente de cupo'. La política ha quedado completamente deslegitimada. El interés general ya es sólo el interés de unos pocos en el partido, que toman decisiones al margen del pueblo y sus intereses. Y qué decir de los 'intelectuales'. Gente de medio pelo que se cree importante por publicar un par de libros, que se hace famosa por dos directos en una tertulia amañada o por compartir escenario con tiktokers, y que vende recetas de la señorita pepis como pócimas mágicas, o que acude rauda a prestar servicio a su amo en el partido, esperanzado de que recibirá su península barataria en justa recompensa. Nuestras democracias, no sólo la española me temo, están podridas. Carcomidas por la corrupción, zarandeadas por intereses espúreos, dominadas por agendas 20 y 30 que determinan el bien y el mal, dominando de derecha a izquierda a la sociedad con su wokismo y sus nuevas luchas -de género, de número y de odio- que arrinconan con individualismos insufribles a los más desprotegidos, cuya única aspiración es ganar likes y adeptos a través del 'contenido' con el que dilapidan su dignidad personal. Felices pascuas. Me voy a comer la Mona.
el paciente irlandes
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Análisis que compartimos millones de españoles y sin embargo… La pregunta es por qué no somos capaces de reaccionar como sociedad y seguimos votando a semejantes bandas de malhechores y seguimos dejando que nos saqueen, nos enfrenten y nos insulten. El problema es ¿la clase política? la sociedad? o todos juntos? Es muy complicado sacar políticas adelante con unos cuantos cientos de miles o millones de hooligans que están dispuestos a incendiar la calle en cuanto les saques del poder. Aquí no queda mas remedio que resetear pero eso sólo se va a conseguir -en una sociedad carente de sensatez política- como la nuestra y porque la historia así lo demuestra, y muy lamentablemente, con violencia. Quien crea que las reformas pacíficas y sensatas como las que propone Cacho se van a conseguir por las buenas más vale que apague la tele se vaya de España y se dedique al tarot.
Stephen Dedalus
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Absolutamente deprimente por real. Y quién confíe en que el pan sin sal -que es Feijoo- va a solucionar algo, se va a deprimir más.
Norne Gaest
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Feijoo ya ha dado sobradas muestras de que no va a dar la batalla cultural y de regeneración y saneamiento de la democracia española. El PP, muy mayoritariamente, sigue sin enterarse. Lo peor es que los medios de comunicación liberales, conservadores o simplemente democráticos están en las mismas y lo fían todo o casi todo a los anteriores (o sea, Feijoo y el PP).
ma
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Todos los cachos viven de fantasías. El régimen del 78 es un engendro que trajo un intervencionismo en la vida privada de la gente y en la actividad económica desconocidos en el franquismo, régimen que trajo la democracia que luego han pervertido los perdedores de la guerra civil en coalición con el capitalismo de amiguetes típico de la derecha española. Se pregunta el conferenciante cómo hemos llegado hasta aquí, fácil: desempleo masivo durante más de cuatro décadas, discriminación laboral masiva por edad, y la clase política, periodistas incluidos, mirando para otro lado. Ahí están los van Halen o Beito rubido llamando vagos directamente a los parados, mientras ellos viven del presupuesto público por una u otra vía. A alguien le importa que caiga el régimen del turno, podrido hasta el tuétano? Sólo tiene defensores entre los que viven de él, y me refiero a los que viven bastante bien, que son bastantes por otra parte, empezando por todos los empleados públicos metidos a cuchara por el sistema de puntos y que no saben hacer la o con un canuto.
Roquenublo1
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El Gobierno Frankenstein sufrirá una derrota inapelable en las Generales. Otra cosa será en las municipales y autonómicas,en las que el candidato local pesa lo suyo. Luego vendrá Feijoo y ya veremos cómo actúa. Con la economía no le será suficiente.Tiene que hacer cambios radicales en tantos aspectos,que no sé si tendrá cuajo para hacerlos.Espero que Ayuso le anime a hacerlos,porque si no,caerá.
vallecas
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No hay nada que hacer. D. Jesús, estamos perdidos. La gente está aborregada y traga lo que le echen. Hay motivos suficientes para estar quemando supermercados pero el personal tiene unas tragaderas infinitas. Sindicatos, comunistas y social-comunistas y a la vez Capitalistas (como China) están en el Gobierno. La gente está anestesiada gracias al "excelente" trabajo de todos éstos. Si yo fuera rico votaría al tándem Yolanda/Pedro.
Lorenchito
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De acuerdo en todo sr. Cacho. Se le ha olvidado decir que habrá pucherazo, ya lo tiene todo bien atado. Acuérdese de INDRA, del último ajuste en el BOE con los votos por correo, etc... estamos perdidos. Tuviera 30 años menos me iba a Australia, como no puedo tendré una silla en primera fila para ver la desaparición como país de un imperio que fue.
Incandescente
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"Cómo la España que emergió vital y vívida de la estupidez clerical franquista, que despertó sedienta de libertad del letargo dictatorial, pudo convertirse en tan poco tiempo en un país seducido por el feísmo y la vulgaridad populista, en un país en manos de la zafiedad de una banda de analfabetos a sueldo de un lidercillo vacuo, carente de esqueleto moral, de claras tendencias autoritarias". Esto no es así. Hemos llegado aquí, porque lo que vino fue mucho más zafio, vulgar e inmoral que lo que había. Hemos llegado aquí, porque lo que vino fue una "democracia" sin demócratas, con un pueblo que fue envileciéndose y aborregando al compás de la demagogia y la propaganda que los sucesores de Franco, esos tan demócratas, les fueron inoculado. Hemos llegado aquí, porque la prensa que vino fue mucho peor, apesebrada, sin criterio, corrupta y también envilecida. Hemos llegado aquí, porque la izquierda, esos tan demócratas, tenían sed y ansia de oro y oropel, nunca se han visto en otra igual, la chusma al poder, Viridiana. Mohedano dijo que se iban a quedar con porcentaje del PIB y así fue. Hemos llegado aquí, porque los millones de seguidores del franquismo, de los ganadores de la guerra justa contra la izquierda, despertaron de sus funciones y también se envilecieron. Hemos llegado aquí, porque el que fue nombrado rey por Franco (aquí se equivocó gravemente) fue el primer y más traidor, corrupto y degenerado y no me justifiques a su hijo que es un cobarde. Lo que ha venido después del franquismo es peor, porque lo anterior fue mejor. Simple y obvio. Nada es perfecto y mejor y peor solo tienen sentido en la comparación.
Pablito 1
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Es fácil contestar el porqué hemos llegado donde la democracia ha perdido su valor en España. Casi todo se ha hecho mal. Desde el perdón a la estafa de Banca Catalana por González, el hablar en la intimidad Catalán de Arnaz o el perdón a etarras y a golpistas de este felon actual, dígame dónde ve la democracia y hay muchísimo más, que evito mencionar por no alargar. Son políticos de pago y con mercenarios...
Emilezolacuso
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¿Y tú, por qué votarías PP? ¿Y tú, PSOE por qué? La respuesta más común sería: ¡Yo qué sé, tío! ¿Sabes de qué van los unos y los otros? ¡Qué pesao, colega. No me rayes! Este es nuestro MAL, y lo peor en que se ha instalado en nuestro ADN. Todavía, las generaciones de la Enciclopedia Álvarez, sacaban a pasear de vez en cuanto su sentido de las dignidades (como personas, como ciudadanos). Y así, por ejemplo, se tomaban las calles con un ¡Basta ya! o se le montaban 5 huelgas generales al Dios de los trabajadores/obreros. Finiquitadas, en jubilación esas generaciones, las siguientes y futuras, dan para lo que dan. De hecho, le han expropiado el modus vivendi, el Estado Bienestar, hasta la vida (el genocidio VIA COVID19), sin presente y sin futuro, pero no se mueven del salón de casa, con el móvil en una mano, y con la otra el mando a distancia. No pretenderás que te solucionen la vida, y te la sirvan en bandeja.
Reliable1
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Soy el decimotercero en comentar y aún no ha salido el nombre de Santiago Abascal. Pues vale, les recuerdo que en el Reino de Egipto hubo un tal Gamal Abdel Nasser, el "Rais" El Guía. En Alemania tuvieron a un tal Otto von Bismark, la unificó y tal y tal. Hay más ejemplos de otros países. Antes de morirme me gustaría ver a un andoba español que nos saque de éstas en el Reino de España.
CarCzona
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Difícil resumirlo mejor. Gran análisis.
Perhaps
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Pues mire usted, esta nada con sifón está en las portadas de los diarios porque ustedes los diarios, la ponen. No se me esconda como si este diario no le haya dedicado montones de artículos que ni Sánchez ni Feijóo, y no digamos Abascal, han llegado a tener. Repase sus portadas de las dos últimas semanas. No es la política lo que está vacío, es el periodismo el que está vacío. Yolanda es un vacío para la política pero un lleno para la prensa, no culpe a la política, culpe a la prensa.
Yorick
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«Escribir en España es llorar», dijo (o dicen que dijo) Larra. E intentar escribir en el foro de Vozpópuli es aún peor. Yo tampoco sé cómo hemos llegado hasta aquí, pero hasta aquí hemos llegado.
giledu
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Demasiados malos arriba. Demasiados perversos llevando las riendas del poder. Si ya vemos que unas minorías son capaces de hacer tanto ruido como para cambiar las cosas, a imaginar lo que puede hacer con nosotros la malicia inoculada en las altas esferas. No hay remedio, simplemente porque la sociedad ha ido recolectando situaciones en las que la toxicidad y los personajes dañinos han entrado como un cuchillo afilado para dominarlas. Y el resto, pues con la actitud de la mayoría de los seres humanos. ¿Feijóo? ¿De verdad? ¿Con su pin de la 2030?
Cozumel
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Ya que Sr Cacho pregunta, respondo: 1-Porque la derecha no ha dado la batalla cultural ni política 2-Porque la derecha no ha combatido el mal pero ha ocupado el lugar de la responsabilidad de combatirlo 3-Porque la derecha es corrupta moralmente al no ejercer su destino No tiene solución, con un 46% de gente votando a esta escoria, 5 millones de nacionalizados desde Caldera, tasa de natalidad de los musulmanes vs nativos, España ha perdido Yo me largo en breve y si hay suerte no vuelvo, este país es invivible y es una estafa en todos los niveles: social, moral, económico, vivienda, propiedad privada inexistente, administración, educación, justicia, convivencia, leyes de genero, delitos de odio, persecución al disidente Como bien dijo Monedero, han creado una sociedad-administración-funcionariado donde refugiarse cuando no tengan el poder y desde ahí incluso volar 8 trenes con 221 asesinados y volver al poder cuando quieran COROLARIO: LA CULPA ES DE LA DERECHA POR NO ACTUAR
Felix14
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Esto es lo que hay: Chánchez, Flojóo y YolNada. Comparto el pesimismo de los otros comentaristas, el camino inevitable de España es hacia el hundimiento más ignominioso. La única resistencia es un puñadito de irredentos que todavía saben leer y pensar, apenas algunas ovejas sueltas en medio de la borregada, insuficientes para cambiar el rumbo al abismo. Pero es que es una corriente común a todo Occidente. Políticos vendidos a no se sabe qué intereses bastardos (¿chinos?, ¿árabes?, ¿plutócratas neomalthusianos?) están trabajando denodadamente para arrancar nuestras raíces y diluir las naciones en un puré hediondo, fomentando el conflicto social, la locura más absoluta y el empobrecimiento obligatorio. Nos queda tan sólo no perder la dignidad y ver hundirse todo un mundo con un mínimo de compostura. Tal vez no sea poco.
Arev
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Voto servil y cautivo por prebendas y dádivas. Voto lleno de ignorancia y rencor ¿Y si resulta que no estamos preparados para la democracia porque ni sabemos ni entendemos lo que es y lo que ha significado? Cómo hecho de menos la Aristocrática filosofía