En el último año, España se ha enfrentado a tantos sucesos extremos e inesperados que se diría que nos hemos acostumbrado a lo insólito. Además de tener que combatir, como el resto del planeta, la pandemia de la Covid-19, 2021 comenzó con la visita de una borrasca de inusitada intensidad, Filomena, que convirtió lugares como Madrid en un paraje casi polar y provocó numerosos daños y problemas en casi todo el país. Y cuando parecía que ya lo habíamos visto todo, el 19 de septiembre otro evento más propio de las películas de catástrofes de factoría Hollywood que de la realidad cotidiana vino a sacudir nuestra existencia: una virulenta erupción volcánica en la isla canaria de La Palma.
No fue hasta el día de Navidad, es decir, más de tres meses después desde que comenzará a brotar la lava del Cumbre Vieja, cuando los científicos dieron por terminada la actividad volcánica. Un dantesco trimestre de coladas de lava, ceniza acumulada, gases en dispersión, piroclastos y destrucción casas, cultivos, carreteras, infraestructuras y, en general, de todo cuanto el volcán encontró a su paso.
El pasado 4 de diciembre el Gobierno de Canarias remitió al Ejecutivo central un informe que cifraba las pérdidas sufridas como consecuencia directa del volcán en 842,33 millones de euros. Pero, más allá de los enormes daños materiales y de su cuantificación económica, los grandes damnificados de esta catástrofe natural han sido los propios habitantes de la isla, que han sufrido en sus carnes una pesadilla que ha arrasado sus hogares, sus enseres, sus recuerdos, sus trabajos y su forma de vida, y que ha llenado de incertidumbre su existencia.
El pasado octubre, Banco Santander activó un plan de ayudas para sus clientes asegurados de La Palma, con el fin de que pudieran recibir por anticipado el cobro de las indemnizaciones que les corresponden del Consorcio de Compensación de Seguros
Son muchos los palmeros que lo han perdido todo y que se ven obligados ahora empezar de cero. Aunque si algún aspecto positivo se puede extraer de este episodio volcánico es la corriente de solidaridad que se ha desatado hacia la población isleña desde todos los rincones de España.
Desde el mismo momento en que comenzaron a llegar las imágenes de los estragos provocados por las coladas de lava en su descenso hasta el mar, comenzaron a organizarse múltiples iniciativas, tanto públicas como privadas, con un claro objetivo: que los afectados pudieran recuperar la vida, en la medida de lo posible y cuanto antes, la vida que tenían antes de la erupción del volcán.
Una acción que se ha canalizado desde los ámbitos público y privado y en la que están participando activamente Administraciones Públicas, ONGs y también el sector empresarial. El pasado octubre, Banco Santander activó un plan de ayudas para sus clientes asegurados de La Palma, con el fin de que pudieran recibir por anticipado el cobro de las indemnizaciones que les corresponden del Consorcio de Compensación de Seguros.
Santander Ayuda
Ahora, y con las cenizas del volcán todavía humeantes, viene lo más difícil: la reconstrucción de la isla. Una travesía que se antoja larga y compleja, y que obligará a realizar un trabajo titánico para volver a poner en pie lo que este fenómeno natural ha dejando arrasado.
Para ayudar en esta monumental tarea, desde Fundación Banco Santander se ha puesto en marcha una edición especial de Santander Ayuda, el programa que apoya a entidades sin ánimo de lucro en la puesta en marcha de proyectos destinados a mejorar la calidad de vida de personas en situación de vulnerabilidad social.
El objetivo de esta edición especial monográfica es apoyar a las personas afectadas por la erupción del volcán de La Palma en alguna de las siguientes áreas de actuación:
1. Cuidado y atención socioeducativa a los niños, niñas y jóvenes de las zonas afectadas.
2. Promoción de la inclusión social o la inserción laboral de los damnificados por el volcán.
3. Atención de necesidades básicas: vivienda, alimentación, vestimenta, higiene o salud, entre otras.
Para ello, desde el pasado 23 de diciembre y hasta el próximo 10 de febrero estará abierto un periodo de presentación de candidaturas para todas aquellas ONG que cuenten con un plan de reconstrucción social para la isla. Las aportaciones asociadas a estas ayudas son de un máximo de 10.000 euros por proyecto, y la fecha en que está prevista que se conozcan los nombres de sus beneficiarios en el próximo 10 de marzo de 2022.
Con los más vulnerables
Con esta edición especial de Santander Ayuda, Banco Santander y su Fundación continúan materializando su compromiso con aquellos colectivos que más necesitados están de protección. Un compromiso que se ha traducido en más de 2,2 millones de euros aportados en los últimos cinco años, con los que se ha apoyado a 440 proyectos, que han servido para mejorar la calidad de vida de más 260.000 personas en situación de vulnerabilidad.
Banco Santander ha abierto un periodo de presentación de candidaturas para una edición especial de su programa Santander Ayuda dirigido a todas aquellas ONG que cuenten con un plan de reconstrucción social para La Palma.
En cada una de sus cuatro convocatorias anuales, este programa de ayudas selecciona 20 proyectos que, en total, reciben 400.000 euros por edición. Los objetivos de estas iniciativas han de estar encuadrados en alguna de estas categorías: luchar contra la pobreza y la exclusión social, fomentar la autonomía personal de los mayores, integrar a las personas con discapacidad y mejorar la calidad de vida de personas con enfermedades graves. Además, debido a la situación actual de pandemia, se están priorizando aquellos proyectos orientados a paliar los efectos de la crisis del Covid-19 en colectivos vulnerables.
En su anterior convocatoria, la vigesimotercera, el programa Santander Ayuda puso el foco en la discapacidad, la salud y el envejecimiento. A la misma concurrieron más de 450 organizaciones de toda España. Cada uno de los beneficiarios, cuyos nombres se dieron a conocer el pasado 3 de diciembre de 2021, recibieron una ayuda de 5.000 euros para el desarrollo y mantenimiento de distintos programas de ayuda a los colectivos vulnerables.
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