El Consejo de Ministros aprobó este viernes solicitar el correspondiente plácet para Carlos Bastarreche a las autoridades del Reino Unido que, tras analizar el perfil del candidato propuesto, previsiblemente darán su visto bueno al nombramiento del diplomático en un plazo no menor a dos o tres semanas, según informa Europa Press.
Bastarreche fue embajador de España ante las instituciones europeas en Bruselas durante ocho años con los Gobiernos de José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero y posteriormente embajador en París, puesto que abandonó en 2014 para fichar como director de Relaciones Institucionales en Airbus. Anteriormente ocupó otros puestos relacionados con la política comunitaria, como es el caso del cargo de secretario general de Asuntos Europeos.
La elección de Bastarreche al frente de la Embajada en Londres ha generado "sorpresa y malestar" en un sector de la Carrera Diplomática, que cuestiona que un diplomático en excedencia tenga el mejor perfil para asumir una plaza tan importante como la de Reino Unido en pleno proceso del 'Brexit'.
Estas fuentes diplomáticas recuerdan además que Bastarreche se suma a una lista de embajadores que saltan de la gestión pública a la empresa y viceversa en países donde las compañías con las que han colaborado o van a colaborar tienen intereses y sin que medie un tiempo de transición entre un trabajo y otro.
Otros casos de 'puertas giratorias' en la Carrera Diplomática con el Gobierno de Mariano Rajoy afectan, señalan, al embajador en Francia, Ramón de Miguel, que procedía de Iberdrola y que en la actualidad tiene entre sus misiones avanzar en las interconexiones energéticas entre los dos países vecinos.
Pero también al embajador en China, Manuel Valencia, que accedió al cargo en el gigante asiático tras 13 años como vicepresidente de la empresa de ingeniería y construcción de infraestructuras Técnicas Reunidas, con presencia en el mercado asiático, entre otros muchos.
Las fuentes consultadas hacen referencia también a otros dos casos de embajadores que pasaron a la empresa tras ser embajadores: Iñigo de Palacio, que saltó de la misión diplomática en Chile a la empresa tecnológica Indra (que tiene un 20% de capital público) y a Jesús Silva, que tras ser embajador en Panamá fue nombrado presidente de Ineco, compañía con proyectos de infraestructuras en el país centroamericano, aunque en este caso se trata de una empresa pública que depende del Ministerio de Fomento.