La Policía Nacional consiguió desmantelar dos narcopisos que servían de financiación para el coro de Alcobendas de los Dominican Don't Play (DDP). Los investigadores detuvieron a siete de estos jóvenes pero la justicia les dejó en libertad. Varios días después los miembros de esta banda ya vuelven a campar a sus anchas y han vuelto a ocupar estos inmuebles, según han explicado a Vozpópuli los vecinos de la zona.
El ambiente en esta zona de Alcobendas es de resignación entre los residentes ya que llevan años sufriendo los problemas de convivencia con estos pandilleros. La operación policial fue un éxito con siete detenidos y con incautación de droga en las viviendas pero a los pocos días ya volvieron los implicados a seguir con su rutina de 'trabajo' en los inmuebles.
El narcopiso pertenece a un banco
Uno de estos narcopisos, que se encuentra en el bajo del número 6 de la Plaza de la Encina, tiene las secuelas del paso de la Policía Nacional ya que la puerta está destrozada. Las persianas bajadas no impiden ver que aún hay gente viviendo en el interior de este domicilio, que pertenece a una entidad bancaria, según los vecinos. Los inquilinos dicen que llevan dos años en esa casa y niegan que haya problemas de convivencia con los residentes del resto de pisos del edificio. Una versión totalmente contradictoria con la realidad.
El grupo que vive en el bajo no paga la comunidad de propietarios desde hace años y el resto de vecinos han vivido peleas y algún que otro "susto". En una ocasión se llegaron a enfrentar varios de estos pandilleros que prendieron fuego y el resto de propietarios tuvo que bajar para sofocar las llamas.
"Hay música a todo trapo. La Policía Nacional se los llevó pero a los pocos días volvieron a instalarse", comenta una de estas mujeres. Vive con miedo y no quiere identificarse ya que sus hijos son pequeños. Otros expresan su cabrero.
Venta de drogas durante el confinamiento
Lo que sí se percibe en esta zona es un gran trasiego de jóvenes que acceden al interior de la casa por breve espacio de tiempo. En poco menos de cinco minutos se juntan en el domicilio tres chicas de apariencia muy joven con otro hombre, vestido de negro con indumentaria similar a la que usan los DDP.
Una situación que es similar a la que se vive hoy en día en el número 8 de la calle Antonio Menéndez, el otro piso ocupado por los DDP en el que distribuían droga. "La gente viene, llama al telefonillo, sube y baja rápidamente con la droga", explica una de las vecinas.
Afirma que se les ve a los pandillero con armas a plena luz del día y que todos confluyen en este edificio en el piso 1ºC. Las "fiestas durante el verano son habituales" al igual que el continuo trasiego de personas en busca de sustancias estupefacientes. Una práctica que viene de lejos. Durante el confinamiento la gente acudía al inmueble con la bolsa de basura como excusa para pillar la droga.
"Un plomo en la frente o un saco de palos"
El coro de los Dominican Don't Play de Alcobendas es uno de los más violentos de la Comunidad de Madrid y de los que más seguimiento tiene por parte de la Policía Nacional. "Voy a tu bloque a darte un regalo: un plomo en la frente o un saco de palos". Así son algunas de las amenazas públicas que lanzan contra sus rivales en los videos publicado en la red social Youtube.
Se nutren con el negocio de la venta de cogollos de marihuana o los robos en las tiendas. Incluso han sustraído machetes y otras armas de un establecimiento madrileño, según han asegurado a Vozpópuli fuentes de la Brigada de Información de la Policía Nacional.
La Comisaría General de Información puso el foco en estos jóvenes el pasado mes de mayo y solicitó la ayuda a la Brigada de Información de Alcobendas y San Sebastián de los Reyes. Estos agentes se conocen al "dedillo" el terreno y tienen totalmente identificados a los miembros del coro. Es más, también tenían en su radar a otros pandilleros, incluso algunos que fueron asesinados, por las interconexiones entre los diferentes grupos de los Dominican en la Comunidad de Madrid.
"Los paquetes" de la droga
"Tenemos a todos los menores conjuntados... los machetes brillan", son algunos de los mensajes que estos Dominican lanzan en otra de sus canciones. Siempre con el lema 'Alcobendas Black'. "Lo que tú consumes me llega en paquetes", afirman sobre las modalidades delictivas que ejercían.
Los investigadores se centraron en sus actividades financieras para cortarles el grifo y cerraron, por momentos, el submundo que habían creado para obtener beneficios. Una parte de sus ingresos provenían de los menores de edad que eran adoctrinados por los cabecillas para su posterior ingreso en la banda.
Una cuota de 10 a 60 euros
Además, cada uno de los miembros estaba obligado a realizar una aportación monetaria como símbolo de compromiso. La periodicidad de la cuota variaba entre semanal y mensual. También dependía de la capacidad económica de cada joven pero los pagos iban entre los 10 y los 60 euros a la semana.
Estos menores se meten en las bandas para "creerse superiores" al resto y también en busca de protección y seguridad, según estas mismas fuentes. "Hay de muchas nacionalidades antes solo aceptaban dominicanos pero desde hace algunos años es multicultural: desde españoles, magrebíes...", añaden estas fuentes.
Otras de las vías de financiación de este coro eran los robos a tiendas y a jóvenes. Llegaron a sustraer en una cuchillería de San Sebastián de los Reyes, de donde se llevaron machetes y otras armas. A los chicos de su edad los Dominican robaban móviles, patinetes o carteras.
De la marihuana a la cocaína
"Estos 'palos' o palizas las hacen y después se identifican con lemas y gestos de los DDP para que quede claro en los chavales quienes son. Eso busca crear un caldo de inseguridad y de miedo. Se da el caso de muchos jóvenes de 15 ó 16 años que les arrastran y se van con ellos. Luego les utilizan para atacar y agredir a la gente por ser menores", explican estas fuentes.
El principal foco de financiación de los DDP de Alcobendas era el tráfico de cogollos de marihuana. Habían seleccionado esta droga porque tiene pocas repercusiones a nivel judicial y también porque sacaban muchos beneficios. "Según iban teniendo más dinero ampliaban el negocio al hachís y la cocaína", afirman.
Los agentes de la Policía Nacional detectaron y clausuraron dos viviendas ocupadas que funcionaban –entre otras cosas- como “narcopisos” de almacenaje y venta de las sustancias ilegales. Estaban ubicados en Plaza Encina y Antonio Menéndez de Alcobendas. Para la venta de estas sustancias, el 'coro' se valía de menores de edad que eran adoctrinados por los detenidos para su posterior ingreso en la banda. Ahora los agentes tendrán que volver a empezar de cero en sus pesquisas con la puesta en libertad de los líderes de esta organización criminal.