España ocupa el primer puesto del mundo de donanción y trasplante por millón de habitantes. Relacionado con la población que tiene, España superó en un 40,2% por millón de habitantes al resto de la Unión Europea, que se encuentra en el 19%, a EEUU que está en un 27% o Alemania en un 10%. Se prevé que cuando finalice el año, España se encuentre en un 43%, un gran margen diferencial respecto a países considerados potencias mundiales.
Rafael Matesanz, director de la Organización Nacional de Trasplantes, declara para Vozpópuli que: "La posición de España en cuanto a tema de trasplantes se debe a la excelente organización del modelo español basado en una sanidad pública de confianza, que facilita el poder ser donante con total confianza. Poseemos grandes profesionales entrenados para detectar un posible donante, saben cómo hablar con la familia y hacer que confíen en el profesional y conocedores de los cuidados intensivos tras el trasplante".
El riñón es el órgano más trasplantado, con un total este año de 3.000 trasplantes. Esto se debe principalmente, a que poseemos dos riñones y que éste puede ser donando incluso estando el donante vivo. El segundo órgano más trasplantado es el hígado con 1.100 trasplantes este año o el púlmón, de un total hasta la fecha de unos 5.000 trasplantes al año.
El año pasado, y durante varios años consecutivos, Asturias fue la comunidad autónoma líder en donaciones, en trasplantes el hospital 12 octubre de Madrid o el clínico de Barcelona, aunque si hablamos de órganos en concreto, en el 2015 el hospital de Málaga se lideró en trasplantes de riñones.
Según declara Matesanz: "Una de las cosas que más preocupa a la sociedad es cuantos casos de éxito existen tras un trasplante, la realidad es que cada órgano es distinto. En el caso del riñón, el más trasplantado, el caso de éxito roza el 90% a los cinco años, el hígado a los 10 años vista se calcula un 70%". Matesanz recalca la importancia de saber que no es el órgano trasplantado el que debe o no funcionar sino que es el enfermo quien debe sobrevivir a él. "Un mismo órgano, no funcionaría igual en una persona de 80 años que en una persona joven", recalca.
El hecho de que España obtenga esa posicionamiento en cuanto a los casos de éxito se debe principalmente a que: "Nuestro sistema de salud cubre medicinas, el seguimiento de paciente una vez trasplantado, la hospitalización del mismo hasta asegurar su buen funcionamiento... son aspectos importantísimos para asegurar un buen funcionamiento del órgano y del paciente. En EEUU por ejemplo, corre a cuenta del paciente, lo que provoca que muchos no puedan permitirse un buen resultado".
Uno de los temas más polémicos entorno a los trasplantes es que cuesta a la seguridad social. El director de la organización lo deja claro: "Estos presupuestos son públicos y están cerrados bajo los presupuestos sanitarios. Incluye el trasplante, la hospitalización y el seguimiento de los especialistas y de medicinas. El riñón, por ejemplo, suele salir por unos 30.000 euros, el corazón 90.000 euros o el hígado 80.00 mil. Todo ello, depende de las complicaciones, ingresos, altas..."
¿Cómo se detecta un posible donante?
"Lo primero es determinar la muerte cerebral del paciente, en este estado sólo se registra el 2% de las muertes. Debido a traumatismos o hemorragias cerebrales queda destruido el sistema nervioso central, en este punto se hace el diagnostico medico, (ético, legal y clínico) donde se determina la muerte cerebral. Dos médicos distintos deben firmarla, se realiza el diagnostico y se habla con la familia", declara Matesanz.
Es un proceso muy burocrático, en el caso de la muerte se haya producido por un accidente se debe comunicar ante el juez. Se notifica y ya pasa a analizarse la lista de espera y criterios de distribución que se aplica de forma estricta.
¿Cómo funcionan las listas de espera?
En este apartado entra en "juego" muchos factores. Se trata de un proceso cuidado que debe gestionarse de forma rápida, el proceso no debe durar más de 12 horas. Según Matesanz: "Cada órgano se gestiona de manera distinta, en el caso de los vitales como el corazón, hígado o pulmón, se les llama 'urgencia 0' si el paciente no lo recibe fallecería por ello que tengan prioridad absoluta dentro de las listas de espera. Si no hay urgencia 0, se aplica una serie de criterios donde los órganos deben viajar lo menos posible, el tiempo cuenta mucho y cuesta mucho, una priorización de la comunidad autónoma y dentro de ello los que se encuentren una situación grave. Priorizamos la cercanía local y luego la nacional, por una cuestión de que el órgano viaje lo menos posible".
En algunos casos, de un mismo cadáver ser donan varios órganos que son trasladados a diferentes ciudades y a diferentes pacientes. Rafael Matesanz hace hincapié en la importancia de ser donante de órgano para salvar muchas vidas y resalta la importancia de la solidaridad de los ciudadanos de España en cuanto a las donaciones, por ello el posicionamiento líder respecto de otros países.