¿Te imaginas estar disfrutando de un baño refrescante y de repente sentir un dolor intenso que te deja paralizado? Esto es lo que están experimentando cada vez más bañistas en nuestras costas españolas debido a la 'invasión' del gusano de fuego.
De esto ya avisaron hace más de un mes en Canarias, zona en la que más están proliferando y donde ya en la ciudad de Arucas se instalaron carteles en sus playas por la presencia del llamado gusano de fuego. Todo esto es algo que hace alarmar en cierto modo a la población, que ya estaba preocupada anteriormente por la presencia de la viruela del mono.
Este invertebrado marino, perteneciente a la familia de los poliquetos, se caracteriza por su aspecto llamativo y sus cerdas urticantes que provocan dolorosas quemaduras al contacto con la piel. Originario de aguas tropicales y subtropicales, el gusano de fuego ha encontrado en el Mediterráneo un hábitat ideal para proliferar, poniendo en peligro tanto a la biodiversidad marina como a los bañistas.
Pero, ¿por qué está sucediendo esto? Pues bien, el cambio climático está alterando nuestros océanos, provocando un aumento de la temperatura del agua y favoreciendo la expansión de especies invasoras como el gusano de fuego. Las olas de calor marinas, cada vez más frecuentes e intensas, crean las condiciones perfectas para que estos animales se reproduzcan sin control.
El gusano de fuego, una amenaza silenciosa para nuestra salud y el medio bambiente
El contacto con el gusano de fuego puede provocar desde una simple irritación hasta reacciones alérgicas más graves, como edemas, picazón, fiebre e incluso entumecimiento de las extremidades. En los casos más severos, puede requerir tratamiento médico con corticoides.
Además de su impacto en la salud humana, esta especie invasora también representa una grave amenaza para los ecosistemas marinos. Al alimentarse de corales y otras especies marinas, el gusano de fuego desequilibra el delicado equilibrio de los ecosistemas costeros.
¿Cómo protegernos de ellos?
- Información. Mantente informado sobre las zonas afectadas y sigue las recomendaciones de las autoridades locales.
- Precaución. Evita nadar en aguas donde se haya avistado el gusano de fuego y utiliza calzado protector en la playa.
- Primeros auxilios. En caso de picadura, lava la zona afectada con agua salada y aplica vinagre o bicarbonato de sodio. Si los síntomas empeoran, consulta a un médico.
El gusano de fuego es una realidad que debemos afrontar. Protejamos nuestros océanos y nuestra salud tomando conciencia de esta amenaza y actuando de manera responsable.