El 'cerebro' de Himmler se llama Heydrich. Por sus siglas en alemán (Himmlers Hirn heißt Heydrich) esta sentencia dio lugar al acrónimo HHhH, título de la novela del francés Laurent Binet (Premio Goncourt) y carta de presentación del jerarca nazi que diseñó el Holocausto a la sombra del jefe de las SS.
Reinhard Heydrich, conocido como el 'carnicero de Praga' o la 'bestia rubia', era capaz de contemplar el exterminio de judíos sin pestañear, pero no podía controlar su sensibilidad cuando tocaba el violín. La adaptación cinematográfica de su historia llega a las salas de cine españolas este viernes en El hombre del corazón de hierro, tal como le describió Adolf Hitler.
De mismo modo que en el bestseller, la película dirigida por Cédric Jimenez (Conexión Marsella) se remonta a 1942, cuando en pleno apogeo del Tercer Reich, un grupo de jóvenes checoslovacos residentes en Londres emprendieron la Operación Antropoide, una misión para asesinar a Heydrich, uno de los principales arquitectos de 'la Solución Final'. El cazador, cazado. Fue el único oficial nazi asesinado durante la Segunda Guerra Mundial.
Infancia y Armada
Heydrich, interpretado por el actor Jason Clarke, nació en 1904 en Halle an der Saale, en el estado alemán de Sajonia. Hijo de un cantante de ópera y una actriz, tuvo una infancia refinada –tocaba muy bien el violín y era un gran esgrimista- que se desmoronó tras la debacle de la Primera Guerra Mundial y la crisis económica de la República de Weimar. Empujado por la ruina familiar terminó entrando en el Ejército en 1922, donde alcanzó el grado de teniente.
Reinhard Heydrich, el 'carnicero de Praga', era capaz de contemplar el exterminio de judíos sin pestañear y de llorar tocando el violín
Aunque su carrera iba en ascenso, se vio truncada por mantener relaciones y dejar embarazada, sin reconocer su responsabilidad, a la hija de un directivo del grupo industrial IG Farben, una 'falta de honor' que, sumada a su soberbia, llevó al Consejo honorario de la Armada a expulsarle.
Meses antes había conocido a Lina von Osten (Rosamund Pike), quien le introdujo en los círculos nazis y con quien terminó formando una familia que encarnaba el ideal ario pregonado por la propaganda del régimen. En 1931 conoció a Heinrich Himmler, jefe de las temidas SS, y no tardó en convertirse en su brazo derecho, un vínculo que se reflejaría un año después cuando se convirtió en el máximo responsable de las SD, el servicio de inteligencia de las fuerzas de seguridad.
Jan y Josef
En pocos años, Heydrich -alto, rubio y de ojos azules- se había convertido en uno de los jerarcas más importantes del Tercer Reich, persiguiendo de forma implacable a comunistas, cristianos, francmasones, gitanos, judíos y, en definitiva, a todos los enemigos del nacionalsocialismo.
A principios de los años 40, cuando ya había sido nombrado Protector de Bohemia y Moravia, no contó con la valentía de los checos Jan y Josef
Desde la noche los cuchillos largos a la anexión de Austria (Anschluss) pasando por la partición de Checoslovaquia, Heydrich tuvo un rol esencial en todos los hitos que dieron pie a la consolidación del poder nazi en Alemania. También en la invasión de Polonia que dio origen a la Segunda Guerra Mundial.
Sin embargo, a principios de los años 40, Heydrich, que había sido nombrado Protector de Bohemia y Moravia, no contó con la valentía y entusiasmo de Jan y Josef, los dos héroes de El hombre de la máscara de hierro. Los dos jóvenes checoslovacos se encontraban exiliados en Londres y, aunque eran bastante conscientes de que la misión que iban a emprender, conocida como operación Antropoide, podría acabar con su vida, sabían que era necesario para hacer historia y poner fin a la barbarie.
Abrupto final
El 27 de mayo de 1942, hace 75 años, la pareja de miembros de la resistencia checa pudo perpetrar el atentado que hirió mortalmente a Heydrich, cuando se dirigía en un Mercedes-Benz a su cuartel general en el castillo de Hradcany. Habían regresado semanas antes a su país natal desde Reino Unido utilizando un paracaídas.
La amistad entre ambos fue clave para llevar a cabo una misión que parecía imposible: poner término al ascenso meteórico de la carrera de un hombre a quien se llegó a barajar como sucesor de Adolf Hitler.
Hoy, en Praga, su nombre continúa provocando escalofríos, por lo que se refieren a él como carnicero. El hombre del corazón de hierro es un drama bélico más ambientado en el III Reich, pero imprescindible para conocer la sórdida personalidad del 'cerebro' del Holocausto.
