Iberdrola ha vuelto a demostrar que lleva por bandera las cuestiones medioambientales, sociales y de buen gobierno corporativo (ESG, por sus siglas en inglés). Según la agencia de calificación Standard & Poor’s, la compañía presidida por Ignacio Galán es la mejor energética del mundo en estos criterios.
El grupo energético ha obtenido la mejor puntuación entre todas compañías a nivel global, solo empatada por Nextera y Orsted. S&P analiza cómo los parámetros medioambientes, sociales y de gobernanza influyen en la calificación crediticia de cada empresa con una escala del 1 al 5, siendo la mejor valoración el 1 y la peor el 5. La valoración no es simétrica ya que el 1 representa una influencia positiva, el 2 una influencia neutral y a partir del 3, la influencia es negativa.
La puntuación de Iberdrola ha sido un 1 en medioambiente y gobernanza y un dos en el ámbito social. La agencia de rating asegura que “los factores medioambientales tienen una consideración positiva en el análisis de calificación crediticia de Iberdrola, ya que es una de las mayores compañías de renovables del mundo con una cartera de 37 GW de renovables (13,7 GW de hidroeléctricas) que aumentará a 60 GW en 2025 (14 GW de hidroeléctricas) y a 95 GW en 2030 (unos 15 GW de energía hidroeléctrica)”.
Otros de los factores valorados positivamente son las bajas emisiones de la compañía. “Las emisiones son de las más bajas entre las empresas energéticas integradas a nivel mundial, con 98gCO2/KWh en 2020, lo que supone un descenso del 11% desde 2019”, asegura S&P. La compañía avanza para ser climáticamente neutra en Europa en 2030 y a nivel global en 2050.
Una compañía visionaria en la transición energética
Respecto a la gobernanza, S&P resalta que Iberdrola ha sido de “las primeras compañías en aprovechar la transición energética”. Hace más de 20 años, empezó su apuesta por el mundo renovable y la transición energética a la que han destinado más de 120.000 millones de euros en las últimas dos décadas.
Además, se ha comprometido invertir 150.000 millones de euros hasta 2030, y permanecer así a la cabeza de la revolución energética que afrontan las principales economías del mundo, consolidando su modelo de negocio, basado en más energías renovables, más redes, más almacenamiento y más soluciones inteligentes para los clientes.
Otro de los puntos fuertes es que “la dirección da prioridad a la inversión y al crecimiento a largo en lugar de un aumento significativo de los dividendos, lo que consideramos positivo para la solvencia de la empresa. También vemos con buenos ojos el enfoque estratégico de la dirección en optimizar la eficiencia en todos los negocios a través de la digitalización y la automatización”.
Por otra parte, S&P destaca el buen posicionamiento que Iberdrola tiene en redes eléctricas, que representaron cerca del 50% del EBITDA de 2020. El grupo Iberdrola considera las redes un factor clave tanto para la electrificación de la economía como para la dinamización de los territorios en los que está presente la compañía.
En la actualidad, opera uno de los sistemas de distribución más importantes del mundo, con más de 1,2 millones de kilómetros de distribución y transporte, más de 4.400 subestaciones y más de 1,5 millones de transformadores, construidos y operados para suministrar un servicio de alta calidad y fiabilidad a 32,76 millones de puntos de suministro de electricidad.