El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha arremetido contra el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, del que ha asegurado que "se le reventarán los dientes" si se mete con Venezuela, en respuesta a un comentario publicado en la cuenta oficial de Twitter del líder del PP en el que pedía la liberación de los presos políticos venezolanos.
"A la derecha fracasada internacional, que prepara un plan contra Venezuela, se le reventarán los dientes a Mariano Rajoy y a toda la derecha internacional si se mete con Venezuela y pretende intervenirla", ha afirmado, durante un congreso celebrado con la juventud chavista en la capital venezolana, Caracas. En su intervención se ha referido al presidente español como "bandido" y "protector de delincuentes y asesinos".
Maduro se ha referido a Rajoy como "bandido" y "protector de delincuentes y asesinos"
Asimismo, ha recordado a los jóvenes venezolanos que son ellos los que deben hacer la revolución y no los presidentes de otros países que ha calificado de imperialistas, entre ellos, España. "¿Mariano Rajoy va a venir (a hacer la revolución) a Venezuela con la visión imperial, colonial y racista que tiene de nuestros países?", ha preguntado. Sin embargo, ha matizado que se ha referido a Rajoy "por poner un ejemplo", ya que podría referirse a otros mandatarios.
Ya hace 3 años del encarcelamiento de @leopoldolopez. Pedimos justicia, DDHH y libertad para los presos políticos venezolanos. MR pic.twitter.com/YvD2Fp1vp7
— Mariano Rajoy Brey (@marianorajoy) February 16, 2017
El caso Leopoldo López
A tres años del encarcelamiento del opositor venezolano Leopoldo López, Rajoy ha pedido "justicia, Derechos Humanos y libertad para los presos políticos venezolanos".
El comentario del presidente del Gobierno español ha tenido lugar el mismo día en que los expresidentes Felipe González y José María Aznar han pedido que la Organización de Estados Americanos (OEA) tome medidas en el caso de Venezuela por el deterioro de la democracia en el país, donde hay "presos políticos" y no se respeta la separación de poderes, con un Ejecutivo que acapara el control del Estado.
