Recientes cambios de las autoridades mantienen en vilo a diversos gremios españoles. Así, es reciente el caso -aún sin solucionar- del aumento de quejas y manifestaciones por parte de miles de veterinarios en España. Mientras protestan por la retirada del control y registro exhaustivo de antibióticos, ahora son los médicos y farmacéuticos los que se levantan contra un posible cambio que, según explican, “pone en riesgo la salud” de todos los españoles.
Organismos de la talla de la Organización Médica Colegial, el Consejo General de Colegios de Farmacéuticos -CGCOF- o la Organización de Consumidores y Usuarios se han unido y han presentado un manifiesto común para frenar la nueva medida. Además, la inquietud no solo asalta a los profesionales, sino también a millones de personas, entre las que destaca el sector de los mayores y la tercera edad. Ellos son los más vulnerables ante este nuevo cambio, no solo por todo lo que implica, sino también por la imposibilidad en muchos casos de defenderse ante él.
El criticado cambio
Aunque en un inicio pueda parecer inofensivo, lo cierto es que la medida puede tener importantes repercusiones a la hora de hacer uso de cualquier medicamento, comprender sus riesgos o, simplemente, saber cómo se debe consumir. Se trata de la desaparición de los prospectos en papel. Hasta ahora, en el interior de cada caja adquirida en la farmacia, una pequeña hoja en su interior explicaba todo lo necesario sobre estos compuestos. Conocer las cantidades, la frecuencia con la que se debe utilizar este medicamento, en qué ocasiones hacerlo o sus posibles efectos secundarios es esencial para el cuidado de la salud y hacer un buen uso de ellos.
De esta manera, parece que la idea es que el formato pase a ser exclusivamente digital. Es sencillo hacer referencia a todos los riesgos que esto entraña. Aquellos con dificultad de uso de las nuevas tecnologías no tendrían acceso a este tipo de información, entre los que se encuentran los más mayores, a la vez que son los que más uso hacen de este tipo de sustancias. Así, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios -Aemps- trabaja en estudiar las consecuencias de este cambio desde el pasado 2022, y las conclusiones hasta el momento son claras.
La Unión Europea
El prospecto "no es solo una hoja informativa, sino un elemento clave para la seguridad del paciente, que permite a cuidadores acceder de manera inmediata a las indicaciones necesarias", ha resaltado el presidente del CGCOF, Jesús Aguilar. Además, el presidente de la Organización Médica Colegial, Tomás Cobo, también se ha pronunciado sobre ello. "Lo que ponemos en riesgo es la seguridad clínica, el no identificar un efecto adverso, una interacción medicamentosa o una posología correcta, es decir, echar la culpa a las fresas", ha resumido el profesional.
Finalmente, es importante poner la medida en contexto. España no es la única que se enfrenta a este cambio, y lo cierto es que tampoco es el único país que no está listo para dar el salto. Solo el 55,6 % de la población de la Unión Europea posee competencias digitales básicas, lo que impide a millones de ciudadanos consultar información electrónica de manera autónoma, según un informe de la Comisión Europea sobre el estado de la Década Digital de julio de 2024. Además, un estudio efectuado por OCU en 2022 reveló que el 78 % de los españoles preferían disponer del prospecto en formato en papel.
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