El asalto tuvo lugar después de que policías y milicianos cayeran en la trampa de detenerse en dos falsos puestos de control levantados en la cercana ciudad de Shirqat, entre Mosul y Bagdad.
A pesar de la ofensiva sobre Mosul, el grupo sigue perpetrando atentados y ataques contra la población suní Irak, como el que costó las vidas de 12 personas el pasado jueves durante la celebración de una boda al oeste de Bagdad.