Agencias

El Teatro Real rinde desde hoy homenaje a Mortier con la tragedia 'La clemenza di Tito', el último título de Mozart

El Teatro Real de Madrid estrenará este sábado 19 de noviembre la tragedia 'La clemenza di Tito', el último título de Mozart con el que el coliseo madrileño rinde homenaje al que fue su director artístico entre 2010 y 2013, Gerard Mortier.

La producción que llega a Madrid y que se mantendrá en cartel hasta el 28 de noviembre es la creada por el matrimonio Ursel y Karl-Ernst Herrmann, procedente del Festival de Salzburgo y precedida por el éxito que tuvo en su presentación en el Teatro Real en 2012, programada por Gerard Mortier.

'La clemenza di Tito', una ópera seria en dos actos estrenada en el Teatro Nacional de Praga en 1791, apenas dos meses antes de la muerte del compositor, cuenta en esta ocasión con Christophe Rousset como director musical, quien ha destacado que esta obra contiene "algo que mira hasta el siglo XIX y que no sabe identificar". "Se entiende que el estilo de Mozart va a cambiar, pero no se sabe lamentablemente", ha dicho durante la rueda de prensa de presentación.

La ópera cuenta la historia del emperador Tito, hombre recto y justo, pero también clemente, capaz de perdonar a su amigo íntimo, Sesto, y a su prometida, Vitellia, que habían intentado asesinarle. El texto está basado en la obra original de Pietro Metastasio, adaptada por Caterino Mazzolà.

Rousset ha señalado que esta obra cuenta con "momentos de increíble misticismo" creados a través de la música, porque "no solo la expresión operística está en los dramas", sino que las emociones fluyen también a través de las composiciones. "Hay momentos de tensión dramática muy altos y la música tiene algo casi sacro", ha resaltado.

En cuanto a la estructura, el director musical ha explicado que 'La clemenza di Tito' cuenta con dos partes y no con tres, como era habitual en la ópera seria, basada habitualmente en argumentos mitológicos y heroicos. Además, otro de los cambios que introduce Mozart es la concentración de las arias y, en concreto, solo dos se desarrollan "profundamente", a diferencia de la sucesión de las arias de la ópera seria.

En la interpretación de los papeles principales se alternarán los tenores Jeremy Ovenden y Bernard Richter en el personaje de Tito. Respecto al primero, Rousset ha señalado que "raramente se encuentra un tenor que cante tan bien" como Ovenden, capaz de abordar "coloraturas muy difíciles".

En el papel de Vitelia se alternarán las sopranos Karina Gauvin y Yolanda Auyanet, mientras que las mezzosopranos Monica Bacelli y Maite Beaumont interpretarán a Sesto, y las sopranos Sylvia Schartz y Anna Palimina darán vida a Servilia.

"ESPACIO ASTRACTO Y LUMINOSO"

El matrimonio Herrmann concibe un espacio escénico "abstracto" y "muy luminoso", en el que "todo ocurre a través de los personajes, y no del decorado". "Nuestro objetivo son solo los cantantes y lo que cantan, es un espacio donde lo que cuentan son los conflictos y las emociones", ha explicado Ursel Herrmann.

Mientras que la acción interior se concentra en un lugar "frío" que potencia el sentimiento contradictorio del drama, la acción exterior abre las puertas sobre una imaginada Roma imperial. En este sentido, Herrmann ha señalado que con las creaciones de su marido, escenógrafo, figurinista y responsable de la iluminación, no corre el peligro de decorar, puesto que para ellos "el arte consiste en descartar y concentrar".

Sobre el aspecto estilístico, Herrmann ha señalado que en la forma no es fiel a la historia romana, pero tampoco se presenta un aspecto "completamente moderno" ni refleja la época de Mozart. En este sentido, ha señalado que esta obra "tiene aún validez" y tanto las historias y las traiciones como sus personajes serían posibles hoy.

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