José Luis Ábalos pasa al contraataque tras las revelaciones de Víctor de Aldama en sede judicial. El exministro de Transportes, que fue el primero en desmentir públicamente sus confesiones, va a pedir al Tribunal Supremo que le cite a declarar para refutar las "acusaciones difamatorias" que le incriminan en la trama y entre las que se incluye la de un presunto cobro de mordidas que provendrían de República Dominicana.
Fuentes de su entorno confirman a Vozpópuli que el que fuera hombre fuerte de Pedro Sánchez en el PSOE se prepara ya para defenderse en el terreno judicial. Su objetivo es desmentir los hechos relatados sobre el Delcygate, el rescate de Air Europa o la contratación de la empresa Soluciones de Gestión para el suministro de mascarillas en plena pandemia. Ábalos actuará ante la Sala Segunda del Tribunal Supremo, después de que ésta abriera causa contra él por cuatro delitos.
Cabe recordar que el caso Koldo se ha escindido en dos partes tras la irrupción de Ábalos en las diligencias, de manera que la causa principal se sigue en la Audiencia Nacional, mientras que lo relativo al exministro se derivó al Tribunal Supremo, por ser el competente para investigar a los aforados. La Sala de lo Penal abrió causa contra él el 7 de octubre tras aceptar la exposición razonada del magistrado Ismael Moreno por su presunto "papel principal" en esta trama de corrupción.
Ábalos quiere ser interrogado
Apenas días después de este movimiento, Ábalos se personó en las diligencias con abogado y procurador para poder tener acceso a todo el sumario. El Tribunal Supremo declinó asumir la causa al completo, pero dejó claro que todo cuanto aparezca en la Audiencia Nacional sobre el exministro, se tendrá que derivar a esta nueva causa. Por ese motivo, el magistrado Moreno ordenó nada más escuchar a Aldama, que se diera traslado de su confesión al alto tribunal.
Con su declaración, Ábalos busca revertir las acusaciones contra él. Le incluyó en todos los frentes que tocó en sus dos horas ante el juez, algunos de los cuáles ya habían sido desvelados por la UCO en anteriores informes. Con todo, estaba dispuesto a tirar de la manta y dio a conocer nuevos episodios, como el presunto cobro de más de 400.000 euros en comisiones. Parte de este dinero, dijo, se lo entregó en el Ministerio de Transportes.
El empresario confirmó durante su comparecencia las acusaciones de la UCO en relación con un chalet en Cádiz de la que habría disfrutado Ábalos en el momento de los hechos y que pagó el propio Aldama. Además, también confirmo que su entonces pareja, Jessica, vivió durante años en piso céntrico de Madrid cuyo alquiler se costeó también con el dinero que manejaban de sus operaciones en 'b'.
El 'disparo' de Aldama
Es más, en su interrogatorio a petición propia, expuso que Ábalos organizó todo lo relativo a la visita de Delcy Rodríguez y que, tal y como se evidencia en los mensajes incautados, se refería a él como "el jefe". El investigado no escatimó en detalles en relación con esta visita de la vicepresidenta de Venezuela y dijo que se le invitó formalmente desde el PSOE y no desde Moncloa porque eran conocedores de que sobre ella pesaban sanciones de la UE que le impedían pisar suelo español.
También confesó que Ábalos no tenía previsto acudir a Barajas aquella madrugada, ya que la visita se iba a prolongar tres días en los que se había preparado una cena con Pedro Sánchez y cinco ministros, aunque un contratiempo le obligó a presentarse en el aeropuerto de urgencia. Según el relato de Aldama, tras recibir la alerta de que no podía aterrizar en Barajas, Ábalos se presentó en el lugar para evitar una crisis diplomática ante el enfado de Rodríguez.
Ésta incluso habría obligado al exministro a llamar a Sánchez delante suyo para informarle en tiempo real de los problemas que estaba teniendo para entrar en nuestro país. Además, dijo igualmente que Ábalos le autorizó en una misiva a actuar como "enlace" del Gobierno en Venezuela, en el marco de una operación que tenía como fin acercar posturas con el vicepresidente de la Internacional Socialista, Henry Ramos, por presuntos intereses personales de Sánchez.
Estas declaraciones fueron negadas en tiempo récord por Ábalos, quien aseguró, además, que estudiaría acciones legales contra el comisionista . "Niego cuantas acusaciones difamatorias ha vertido sobre mi persona don Víctor de Aldama en la Audiencia Nacional. Daré cumplida respuesta a cada una de ellas en sede judicial cuando sea interrogado, algo que solicité voluntariamente sin éxito semanas atrás antes de elevarse mi caso al Tribunal Supremo", expuso.
Causa en el Supremo
Cabe recordar que Ábalos ha intentado comparecer sin éxito en la investigación del caso Koldo, llegando incluso a pedir que se le permitiera litigar como perjudicado para poder aportar una pericial propia que desmentía al Ministerio de Transportes. Ábalos fue especialmente duro con el documento elaborado voluntariamente por el departamento que dirige Óscar Puente, y que le señala como el máximo responsable de la contratación de mascarillas.
El exsecretario de Organización del PSOE denunció que el Gobierno prepara esta prueba sin tan siquiera habérsela requerido la autoridad judicial y precisó, además, que era sesgada e interesada, teniendo en cuenta que hay altos mandos de Puertos del Estado y de Adif investigados precisamente por estos contratos. Pese a este alegato, Moreno declinó otorgarle la condición de perjudicado y elevó la causa al alto tribunal para que investigara todos estos hechos.
Así pues, será en ese órgano en el marco del cual el exministro socialista se defienda de los señalamientos de la UCO y también de las acusaciones de Aldama, de quien dijo en entrevista a Vozpópuli que no le gustaba nada verle por los pasillos del Ministerio de Transportes. Esta entrevista, de hecho, desató la ira del conseguidor, que se la envió por mensaje privado junto con un texto en el que le acusaba de difamar y le advertía que si quería jugar a ese juego tiraría de la manta, como finalmente ha hecho.