Cultura

¿Fue 1998 el mejor año de la historia reciente del cine? 25 años de Ryan, Truman, Lebowski, Godzilla o Torrente

'Shakespeare in love' y 'Salvar al soldado Ryan' fueron las películas de 1998 que más premios Oscar consiguieron

Vimos la mejor recreación del desembarco de Normandía, vimos a un grupo de astronautas salvar al mundo de la colisión de un meteorito, vimos las aventuras de un fumeta apasionado de los bolos, la redención de un neonazi, las aventuras de una tal Mary con discutibles tratamientos capilares, las primeras andanzas del facha más guarro, o a un ser desesperado que navegaba hasta el mismísimo horizonte para confirmar que todo su mundo era un engaño. Todas estas películas que seguramente haya identificado llegaron a los cines en el año 1998, uno de los que más ha marcado en las últimas décadas.

En realidad lo que realmente vimos algunos en aquellos años fueron las aventuras de unos bichos y hormigas, las de una joven china que quería ser guerrera, un doctor que hablaba con los animales, las aventuras de un príncipe de Egipto o el intercambio de unas gemelas entre Londres y California.

Es muy probable que la venenosa nostalgia de la infancia determine la elección de este año, aunque el cuarto de siglo que ha pasado sobre estos estrenos ha mejorado algunas de las que aquel año ya apuntaban a obras maestras.  En el año en el que llegaron al número 1, temas como “Corazón partío”, de Alejandro Sanz,  “Desátame”, de Mónica Naranajo, “Flaca”, de Calamaro, “Pájaros de barro”, de Manolo García; “Torn”, de Natalie Imbruglia; “La copa del vida” que puso música al Mundial de Francia… el “My Heart Will Go On” de Céline Dion con el que se hundía el Titanic parecía imbatible. Mes a mes, la película de 1997, iba rompiendo todos los registros en taquilla y los 11 premios Oscar de la Academia le situaron como la película más galardonada de la historia junto a Ben-Hur. El romance de los veinteañeros Leonardo DiCaprio y Kate Winslet se mantuvo líder, pero en 1998, cuando el transatlántico todavía estaba en cartelera, aparecieron unas cuantas cintas que, si bien no pudieron competir en taquilla, sí que lo hicieron en las listas de mejores películas de la historia.

Fue un año pródigo en películas de catástrofes con Godzilla, Armageddon, Deep Impact arrasaron y los seguirían haciendo años después en los alquileres de los videoclubs. El "I don’t want to miss a thing" de Aerosmith con imágenes espaciales o los gags del pene atrapado por la cremallera y la posterior utilización de semen como fijador de pelo en Algo pasa con Mary son escenas imborrables, mil veces parodiadas posteriormente. El hombre de la máscara de hierro, de nuevo con el joven DiCaprio dejó una de las mejores aventuras de época de los últimos años. La roadtrip psicotrópica de Miedo y asco en Las Vegas, el terror de las mortíferas salas cuadradas de Cube y los vampiros de Blade también garantizaron un buen metraje de refresco y palomitas.

Y el hoy supertaquillero Christopher Nolan presentaba ese año la baratísima Following, con un presupuesto de 6.000 dólares, con los que el debutante grabó en blanco y negro la historia de un escritor que tras quedarse sin ideas se dedica a perseguir a la gente para encontrar inspiración.  

Películas de culto

La primera película de culto de aquella temporada fue también la más extraña. Los hermanos Coen presentaban en marzo El gran Lebowski, una comedia negra en la que Jeff Bridges interpretaba a un vago que pasa sus días fumando porros en largos baños y jugando partidas de bolos junto a su irascible e impredecible amigo interpretado por John Goodman, un obsesionado con la guerra de Vietnam.

Los Coen ya habían cautivado a todo el planeta dos años antes con Fargo, con la que habían ganado el Oscar al mejor guion original. Con Lebowski volvían a repetir algunas de las recetas de sus éxitos: personajes anodinos que por alguna casualidad se ven envueltos en complicadas tramas, acompañados de secundarios extravagantes, en historias con altas dosis de humor negro. 

En junio llegó El show de Truman, ese inmenso Gran Hermano en el que miles de personas engañaban a un solo personaje interpretado por Jim Carrey, con un magnífico Ed Harris haciendo de Dios/director de ese mundo. Y en julio Salvar al soldado Ryan, una de las mejores películas de la Segunda Guerra Mundial, que con el estreno de La delgada línea roja (diciembre) confirmó uno de los mejores años para el cine bélico. 

También en ese verano se estrenó American History X, la trágica historia de un criminal neonazi, interpretado por Edward Norton, que sale de la cárcel renegando de su ideología ultra y que trata de reconducir a su hermano adolescente que peligrosamente trata de seguir sus pasos.

Aunque estrictamente se estrenó el 20 de diciembre de 1997, La vida es bella cautivó al mundo durante el año 1998. Un nuevo enfoque del Holocausto con forma de cuento de supervivencia con el que la película italiana cosechó al año siguiente la mayoría de los premios internacionales.

La historia de Inglaterra también se hizo un hueco con Elizabeth y Shakespeare in love, que fue la gran triunfadora de los Oscars, con siete estatuillas, incluida la de mejor película. Considerando la lista de películas que acabamos de repasar, sigue tratándose de una de las galas de la Academia más discutida por el público. 

El abuelo y Torrente

El cine español peleó por una estatuilla a la mejor película extranjera con la nominación de José Luis Garci por El abuelo, con un enorme Fernando Fernán Gómez. También pudimos disfrutar de La niña de tus ojos, El milagro de P. Tinto, o Barrio. Aunque las más recordadas fueron, Abre los ojos, ningún Goya de 10 nominaciones; y la fusilada por algunos críticos, Torrente, el brazo tonto de la ley, de Santiago Segura.

El antihéroe ultraderechista, sucio y sin escrúpulos resucitaba actoralmente a Tony Leblanc, creaba un personaje imborrable en la cultura popular española e iniciaba una de las sagas más rentables de la historia del cine patrio.

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