Cultura

La polémica sobre Franco abre el debate de la renovación en la Academia

Para muchos, la falta de rigor científico demostrado en la reciente polémica de la biografía de Franco es una muestra de que la institución necesita renovarse.

Si prospera la idea de añadir  entradas complementarias en el Diccionario Biográfico de la Real Academia de Historia de España, los que ahora quieran saber quién fue Franco se encontrarán con dos versiones: la descafeinada y la torrefacta.

Sí. Habrá dos versiones del personaje. En una hallarán al  ‘caudillo’ como cabeza de un “régimen autoritario, pero no totalitario”, y en la segunda referencia de la voz Franco Bahamonde (El Ferrol 1892-Madrid, 1975), la que está por escribirse, habrán de toparse con la entrega compensatoria de lo que para historiadores como Julián Casanova o Andreu Mayayo no es más que una hagiografía.

Cuando en mayo de 2011 se presentaron los primeros 25 volúmenes del Diccionario Biográfico de la Real Academia de la Historia, saltó a la opinión pública la polémica. La colección incluía entre sus más de 5.000 biografías  una dedicada a Francisco Franco.

La entrada, escrita por Luis Suárez, catedrático medievalista vinculado a la Fundación Franco,  era,  según los especialistas, una visión laudatoria del militar y en ella se desvirtuaban no sólo los acontecimientos que provocaron la Guerra Civil sino también rasgos del gobierno de Franco: no se le calificaba como una dictadura.

En su momento, cuando se descubrieron los errores, el presidente de la Academia, Gonzalo Anes ordenó la creación de una comisión que examinara qué otras inexactitudes de este tipo habían sido cometidas. La tarea de la Comisión terminó con un informe que sugería la realización de diez biografías complementarias entre las que estaría  también la de Juan Negrín, quien sí aparece con el tratamiento de dictador.

Para la mayoría de los partidos políticos, especialmente el PSOE e Izquierda Unida, la idea de añadir entradas es un disparate, porque supone algo así como un Franco a la carta. Algunos historiadores como Francisco Espinosa, de la Universidad de Sevilla, ven en esta edición un total despropósito cuyos volúmenes carecen de carácter y valor científico. Para algunos como el catedrático Ricard Vinyes,  más valdría la pena retirar el diccionario.

Pero al momento de recoger la edición ocurren dos cosas: en esta colección ya fueron invertidos más de 6.4 millones de euros de dinero público y quedan por editar todavía 25 volúmenes más de la colección. Ésta no puede desaparecer sin más.

El Partido Popular impulsó el Diccionario

Mientras la polémica ocupa el ojo del huracán desde hace más de un año, queda todavía en el aire la pregunta acerca de  bajo el ala de quién se creó este Diccionario Biográfico y cuál es la causa de su accidentado devenir.

Bien es cierto que la colección se publicó y presentó durante la segunda legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero, cuando Ángeles González-Sinde ocupaba el Ministerio de Cultura y Ángel Gabilondo la cartera de Educación. Sin embargo, el proyecto se concibió mientras el Partido Popular ocupaba el Gobierno, a finales de los noventa.

Fuentes del ministerio de Cultura señalan que en 1998, después de una visita a la Real Academia de la Historia,  José María Aznar impulsó la idea de un diccionario biográfico que recogiera las principales figuras de la historia y la vida política, cultural, económica y científica de España. Sin embargo, otros dicen que la verdadera fecha de inicio del proyecto comenzó en 1996, cuando Esperanza Aguirre fue nombrada Ministra de Educación y Cultura. La idea surgió porque en aquel entonces Aguirre afirmó que existía una manipulación y tergiversación de la historia.  

Para muchos, como es el caso de Casanova o Vinyes, sin embargo, más allá de un tema político, existe un tema generacional asociado a la necesidad que tiene la institución de renovar a su cuerpo de académicos y con ellos, el tipo de historia y de investigación. Los miembros que ocupan los sillones actualmente pertenecen todavía a generaciones cuya práctica de la historia sigue siendo más ideológica que científica, de ahí que en el Diccionario abunden inflexiones del tipo de la entrada de Franco o Negrín.

¿Qué dice la biografía de Franco publicada en el diccionario?

Existen algunas frases de la biografía escrita por Luis Suárez que han levantado roncha por encima de otras.  Al momento de hacerla, dijo el propio Suárez, se basó en un resumen de la propia biografía que él mismo publicó sobre Francisco Franco. A pesar de la petición de rectificación por parte del Ministerio de Educación, Suárez se negó a corregir una palabra de lo escrito y afirmó, sobre el particular: “No llamo a Franco dictador porque no lo fue”. A continuación algunas de las frases que más escocieron a especialistas y académicos:

"Montó un régimen autoritario, pero no totalitario, ya que las fuerzas políticas que le apoyaban, Falange, Tradicionalismo y Derecha quedaron unificadas en un movimiento y sometidas al Estado. Una guerra larga de casi tres años le permitió derrotar a un enemigo que en principio contaba con fuerzas superiores"

"Franco presidió los actos de inauguración del Valle de los Caídos. Un año antes había promulgado la Ley de Principios del Movimiento, que dibujaba el nuevo orden constitucional: 12 axiomas entre los que figuraban la confesionalidad católica y la unidad indisoluble de España, serían base inalterable para la nueva Constitución"

"Cuando, en agosto de 1965, el presidente Johnson invitó a Franco a participar en la Guerra de Vietnam, este demostró su capacidad militar recomendándole salir de una guerra que no podía ganar: los ejércitos modernos son impotentes frente a la voluntad de un pueblo que se expresa en las guerrillas"

"El levantamiento militar del 18 de julio de 1936 proporcionó al largocaballerismo la ocasión de llevar a cabo la prometida liquidación, por vía revolucionaria, de la República"

"Un pronunciamiento militar fallido desemboca en una guerra civil"

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