Pedro Almodóvar cambia la cámara por el pincel en Flores, una exposición que ha desarrollado a cuatro manos con el artista Jorge Galindo, y en el que ambos han trasladado la explosión de color y la emoción de su filmografía.
“Ha sido como una danza de complicidad”, ha explicado hoy el comisario de la muestra, Rafa Doctor, sobre el proceso creativo Galindo-Almodóvar.
Esa danza, que llevan bailando desde el invierno pasado en el estudio del pintor en Borox (Toledo), es la primera incursión en el mundo de la pintura de Almodóvar, que el año pasado ya comenzó a experimentar con la fotografía de bodegones de flores.
Flores parte justo de esa primera experiencia. Aquellos bodegones, ampliados, han servido de lienzo al tándem Galindo-Almodóvar, que, a ritmo caótico, han pintado sobre ellos con trazos impulsivos de color, a veces con brocha, a veces con la mano, a veces lanzando chorretones de pintura sobre las imágenes de rosas, margaritas o crisantemos.
La explosión de rosa, amarillo, blanco, verde y azul en lienzos de gran formato (el más grande mide 11x6 metros) genera un evocador resultado, que, pese a ser un trabajo a cuatro manos, está estrechamente ligado al reconocible lenguaje del cineasta manchego.
El peculiar proceso experimental que ha generado las más de cuarenta obras expuestas, puede verse en varios vídeos en el recorrido. “Es un proceso caótico, pero lo hacen con mucho silencio, a veces ni se miran”, describe el comisario.
Ambos aplican color frenéticamente y sin piedad sobre los delicados bodegones de Almodóvar, delimitados por siluetas limpias y la sencillez, y que resurgen con más fuerza tras el proceso.“A veces se establecía un diálogo entre Jorge y yo, o dos monólogos simultáneos, cada uno en una punta del cuadro”, dice Almodóvar en el dossier de la muestra.
“Uno no es pintor ni el otro cineasta, sin embargo, ambos mantienen una fijación por el mundo del otro y se nutren de ellos constantemente y sin complejos” señala Doctor.
La propuesta nació de 'Dolor y gloria'
La relación de esta peculiar propuesta nació de Dolor y gloria, cuando Almodóvar encargó al artista el dibujo de un niño leyendo sobre un papel roto, que aparece en la película. Su relación es anterior, Almodóvar posee obras de Galindo en su colección de arte y en La piel que habito ya aparece un cuadro de su ahora compañero de viaje, ha señalado Rafa Doctor.
La relación de Almodóvar con la pintura aparece en su filmografía de Almodóvar, pero se nota especialmente en Dolor y gloria, grabado en su propia casa y en la que se puede ver parte de su colección de arte.
Los planos de sus películas, diseñadas al milímetro, están, de hecho, concebidos como si fueran cuadros, explicaba hoy el comisario.
Fue Galindo quien propuso el proyecto a Almodóvar, tras su colaboración en el último film y tras quedar prendado de la obra fotográfica del cineasta. “Me gusta tanto (sus imágenes) porque transmiten un único objetivo al hacerlas, reflejar una emoción” dice en el dossier de la muestra el pintor.
Consciente de que sobre la obra puede planear cierta idea de intrusismo, el comisario deja claro la entrega de ambos con este proyecto: “Ambos son muy exigentes, si no estuvieran contentos con el resultado, no lo habrían mostrado”.
Los dos artistas han supervisado al milímetro la muestra, desde la iluminación a la distribución de las obras.
Flores, cuyo cartel ha sido diseñado por Juan Gatti -habitual de los carteles de la filmografía de Almodóvar- se inaugura hoy el edifico de la antigua Fábrica de Tabacos de Madrid, y se podrá ver hasta el 26 de enero. Parte de las obras de la muestra se expusieron este verano en el Centro Andalus de Fotografía de Almería.