Cultura

Amenábar: "Muchas veces las cosas en este país se hacen bien"

Entre 2007 y 2012, el gobierno español mantuvo un litigio con la empresa estadounidense cazatesoros Odyssey, que había encontrado en aguas internacionales medio millón de monedas de oro y plata

Entre 2007 y 2012, el gobierno español mantuvo un litigio con la empresa estadounidense cazatesoros Odyssey, que había encontrado en aguas internacionales medio millón de monedas de oro y plata de la fragata española Nuestra Señora de las Mercedes, hundida en 1804 en el océano Atlántico frente a las costas del Algarve (Portugal). Aquel tesoro, valorado en alrededor de 380 millones de euros, fue el foco de una larga disputa que acaparó cientos de titulares en la prensa y que finalmente terminó con la victoria de España, después de la sentencia favorable por la que la empresa americana tuvo que devolver el tesoro al estado español.

Ahora, casi diez años después del feliz desenlace, el cineasta Alejandro Amenábar se estrena en el universo de las series con La fortuna, la adaptación del cómic El tesoro del cisne negro, de Paco Roca y Guillermo Corral, que aborda en tono de aventuras aquella hazaña de investigaciones y peripecias diplomáticas que terminó con un buen final. El actor Karra Elejalde se mete en la piel del ministro de Cultura en el año del hallazgo del tesoro, César Antonio Molina, mientras que Álvaro Mel y Ana Polvorosa son los protagonistas de la misión. Completan el reparto, entre otros, Stanley Tucci, Manolo Solo, Blanca Portillo y Pedro Casablanc.

El director de películas como Tesis, Abre los ojos o Mar adentro regresa al Festival de San Sebastián dos años después de competir por la Concha de Oro con Mientras dure la guerra (2019) para presentar en Sección Oficial -y fuera de competición- su debut en el mundo de las series, que podrá verse a partir del próximo jueves 30 de septiembre en Movistar+. Con motivo de su puesta de largo en el certamen donostiarra, en Vozpópuli hemos hablado con Amenábar sobre este estreno y todas las lecturas de aquel logro de España en los tribunales.

Pregunta: Si en Mientras dure la guerra buscaste una equidistancia necesaria y el equilibrio entre la izquierda y la derecha, en esta ocasión reivindicas un logro de España más allá de la historia negra, las meteduras de pata y las chapuzas. Aquí hay un final feliz.

Respuesta: Esta es la historia de una aventura y uno quiere que las aventuras terminen bien. Lo que me gustó del cómic de Paco Roca y de Guillermo Corral es que tenía ese elemento. Es una historia en la que se cuenta que a veces o muchas veces las cosas en este país se hacen o salen bien.

P: ¿Qué tabúes le interesaba derribar?

R: Tampoco buscaba derribar muchos tabúes. Cuando me di cuenta de que adaptar un cómic podía ser una forma de explorar la idiosincrasia española, latina o mediterránea, comparada con la anglosajona, quería jugar con tópicos, pero siempre mostrando las luces y las sombras, no quería hacer una geografía sin más de nuestra cultura ni una crítica sin más de la americana. Quería mostar con pinceladas cómo puede ser nuestra cultura cuando alguien la ve desde fuera, como ocurre en esa reunión ministerial en la que mucha gente se interrumpe al hablar y hay una especie de caos, pero al final se deciden cosas.

P: ¿Has sido fiel al cómic de Paco Roca y Guillermo Corral?

R: Es una adaptación muy fiel y al hacer un formato de serie he podido profundizar en los personajes y en la experiencia americana, ya que a partir del cuarto episodio toda la historia transcurre en Estados Unidos. De alguna manera me sentí muy fácilmente identificado con el personaje de Alex Ventura: alguien que empieza a muy temprana edad, que tiene una responsabilidad grande, que tiene que ir aprendiendo y que cruza el charco.

La cultura, como pasa con el deporte, es nuestra seña de identidad, es lo que nos define y lo que transmitimos al mundo", afirma Amenábar

P: Hay en esta serie varias reivindicaciones sobre la cultura, tanto en palabras del personaje de Karra Elejalde ("este país no entiende que la cultura lo es todo", señala) como en boca del del joven diplomático ("la cultura es nuestro petróleo", apunta). ¿Comparte esas afirmaciones?

R: Las comparto plenamente porque formo parte del mundo de la cultura y a veces sí sientes que en este país se echan piedras sobre nuestro propio tejado, igual también porque justamente lo que debemos hacer es cuestionar la sociedad en la que vivimos, y eso a veces provoca que la cultura está en medio de las turbulencias y surjan los problemas con la gente que no la percibe o que no la entiende. Por eso me parece interesante hacer esa reivindicación, porque la cultura, como pasa con el deporte, es nuestra seña de identidad, es lo que nos define y lo que transmitimos al mundo.

P: Después de ver el homenaje al fallecido Jean-Paul Belmondo en Francia, presidido por el presidente francés, Emmanuel Macron, desde España se respiró mucha envidia sana. ¿Se sienten los artistas en España reconocidos y apoyados como los deportistas que reciben elogios públicamente?

R: Personalmente me he sentido siempre muy bien tratado en este país, pero es verdad que a veces tienes la sensación de que maltratamos lo propio y sobre todo lo propio que triunfa fuera. Esa unanimidad que existe en el mundo del deporte cuando alguien despunta fuera de pronto no existe en el mundo de la cultura, porque siempre la cultura está teñida de un pensamiento de ideas e incluso de ideología y eso choca con una parte de la sociedad. En este país tenemos la piel muy fina.

P: Los protagonistas de esta serie son antagónicos y hablan de esa división entre conservadores y progresistas, pero también de ese equilibrio necesario. De alguna forma, vuelves a la idea que desarrollaste en Mientras dure la guerra.

R: La idea de la convivencia. Mientras dure la guerra estaba planteada en una realidad, era una película sobre España y sobre la necesidad de convivir vecinos con distintas ideas, porque ese es el juego de la democracia. En este caso nos pareció interesante apoyarlo y hablar de dos personajes que se enamoran y, por qué no, tienen ideas políticas diferentes.

La serie también se ha transformado en un pequeño homenaje a la gente anónima que en este país consigue cosas, a pesar a veces de las enormes dificultades y problemas estructurales que tenemos", ha señalado

P: La fortuna también es un homenaje a los funcionarios, un colectivo que carga con cierto estigma o mala fama en España.

R: Es una historia de aventuras con un héroe que es un funcionario. La serie también se ha transformado en un pequeño homenaje a la gente anónima que en este país consigue cosas, a pesar a veces de las enormes dificultades y problemas estructurales que tenemos.

P: ¿En qué hace falta elevar la moral, en qué nos sentimos inferiores injustamente?

R: En cuanto a la cultura, como un país relativamente pequeño en dimensiones pero con una enorme influencia cultural y donde hay muchísimo talento, nos falta un sentimiento de unidad en situaciones de adversidad. Todos deseamos, tras un momento como la covid, que sirva para que los grupos políticos unan fuerzas, pero está la sociedad más polarizada que nunca. Se echa en falta el sentimiento de unidad.

P: Hace menos de una semana falleció el cineasta Mario Camus. ¿Ha sido un referente en tu cine?

R: Es responsable de algunas de las grandes películas del cine español y de una de mis favoritas, que es Los santos inocentes, una cinta a la que he vuelto muchas veces para indagar y ver cómo se consiguió que una película igualara a la novela. Era un hombre sobrio al que no conocí y que representa al buen cine español.

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