Cultura

La antilista de los libros para leer en verano

Vuelve nuestro clásico lector, esta vez con una diferencia: hemos pedido a escritores, libreros, periodistas, editores e incluso políticos que recomienden una selección alternativa de los libros que vale la pena meter en el equipaje.

Que las listas son la forma más sofisticada de necedad, eso ya lo sabemos. Aprietan, escuecen, nunca llegan a abarcarlo todo y se quedan en el bucle de la enumeración. Así que esto, ya se sabe, ni es una lista ni lo pretende. Por el contrario: es la anti-lista, la cuarta entrega de recomendaciones literarias que elabora la sección de Cultura de Vozpópuli para dar la bienvenida al verano. Esta vez, el redactor se mantiene al margen, o razonablemente al margen. Que nadie sobrevive al mes de julio sin la paila de autores como J.M Coetzee (que este año publicó nueva novela) o clásicos como Cervantes (cualquiera de sus entremeses, por ejemplo), a quien, por cierto ninguno de los consultados menciona. Dicho esto, es hora de entrar en materia.

Hemos pedido a escritores, periodistas, agentes literarios, ex futbolistas, editores, libros y hasta políticos, que se pongan en los zapatos de lector

La que acaba de comenzar es una estación a lo Pavesse –ese desgarrón hacia el invierno- que requiere, para sobrevivirlo, un equipaje literario en condiciones. Vamos, algo que ayude a sobrellevar la euforia  de no hacer nada. Por ese motivo, hemos pedido a escritores, periodistas, agentes literarios, ex futbolistas, editores, libros y hasta políticos, que se pongan en los zapatos de lector y sugieran qué clásicos o novedades se llevarían consigo en estos días. La instrucción era bastante concreta: elegir cinco libros de Ficción y cinco de No Ficción. Que se atuvieran o no a eso, ya era otra cosa. Aunque valga decir que, muy juiciosos y prolijos, hicieron sus deberes. Aquí el resultado.

Juan Tallón elige el clásico de Talese, a Lorrie Moore y a Jorge Carrión, entre otros.

Juan Tallón (Escritor)

Este personaje reúne lo mejor de distintos ecosistemas: ejerce el periodismo como colaborador en El País –benditos sean sus textos sobre fútbol- y Jot Down; el otro, la literatura -como la filosofía-, la lleva puesta dondequiera que va. Hasta ahora ha publicado Mientras haya bares (Círculo de Tiza) y Fin del poema, además de A pregunta perfecta (o caso Aira-Bolaño), El váter de Onetti (Edhasa), Manual de fútbol (Edhasa) y Libros peligrosos (Larousse). Desde ambas azoteas, el periodismo y la literatura, Juan Tallón ensaya cada día un salto mortal: a contrarreloj como columnista y luego como quien ejecuta la larga travesía del relato. Suyo además es el blog descartemoselrevolver.com, un potente vertedero.

¿Cuáles libros recomendaría el gallego para un verano como este? Su lista la encabeza una de las mejores escritoras norteamericanas contemporáneas, Lorrie Moore, con Pájaros de América (Salamandra), elegido libro del Año de 1998 por The New York Times y finalista del National Book Critics Circle Award. Sus paisajes humanos son devastadores y perfectos, como casi todo lo que toca Moore. Tallón suma cuatro libros más para completar el apartado ficción: Tres historias europeas, libro de la catalana Lolita Bosch publicado en 2006 por De Bolsillo y ahora reeditado por Caballo de Troya; El mejor de los mundos (Anagrama), un volumen de relatos de Quim Monzó; La escala de los mapas (Anagrama), de Belén Gopegui y Un buen chico (Penguin Random House), de Javier Gutiérrez, una novela estructurada con conversaciones cruzadas.

Los diarios de escritor norteamericano John Cheever (Emecé) abren fuego en No Ficción. Le sigue una joya, nunca mejor dicho: la polémica obra maestra del escritor y periodista Gay Talese sobre las costumbres sexuales en Estados Unidos, La mujer de tu prójimo (Debate). Las memorias de Viv Albertine, Música Ropa Chicos (Anagrama), le añade combustible, y del bueno, a la selección de Tallón. En estas páginas la guitarrista de The Slits narra su infancia y adolescencia, su entrada en la emergente escena punk: los Sex Pistols, Malcolm McLaren, Vivienne Westwood, los Clash, Sid Vicious y Johnny Thunders, la formación de The Slits, el Soho, los conciertos salvajes, la heroína y las peleas con skinheads, pero también la reinvención, un aborto, una hija, el cáncer de cuello de útero, el divorcio tras un largo matrimonio y su nueva situación como mujer madura. También elige Tallón Barcelona. El libro de los pasajes (Galaxia de Gutenberg), de Jorge Carrión,  y Hitch-22 (Debate), las memorias del narrador, periodista, filósofo, humanista y polemista Christopher Hitchens.

Juan Tallón, entre las lecturas de Andrea Levy

Andrea Levy (Política)

Espíritu libre en un partido sobrio; adocenado a veces. Espontánea en una casa en la que hasta las gaviotas del logo llevan el aire recortado de los artificios. Andrea Levy, la vicesecretaria Estudios y Programas y diputada en el Parlamento de Cataluña por el Partido Popular, es melómana y lectora, muy lectora. Así que, por aquello de reunir a lectores con lectores, por muy disímiles en que sean en sus profesiones, ella es sencillamente perfecta. Le pedimos, entonces, sus libros para este verano.

El primero de su lista es Mientras haya bares, Juan Tallón, editado por Círculo de Tiza. "El paisajismo social  de Camba versionado a nuestra época. Un libro de pedazos de vida que podrían ser de cualquiera, de reflexiones sobre lo cotidiano y de anécdotas costumbristas relatados por Tallón", dice. Al gallego le sigue el colosal Fante en Bandini (Anagrama), un volumen recopilatorio de las cuatro novelas en las que Fante -asegura Levy- "esconde bajo su alter ego Bandini su personalidad caleidoscópica, entre colérica y sensible, entre lo trágico y heroico". Continúa con A sangre y fuego (Libros del Asteroide), de Manuel Chaves Nogales; La casa de Bernarda Alba, de Federico García Lorca y Yo serví al rey de Inglaterra, de Bohumil Hrabal : una novela en primera persona. "Una vida que se disfraza a diario en la Praga de los años 30 mientras van ocurriendo los acontecimientos más dramáticos del siglo XX".

La no ficción al uso incluye a Hillbilly, una elegía rural (Deusto), de J.D.Vance. "Una panorámica sobre las raíces que nos ayudan a comprender mejor como se canalizan las frustraciones en el presente. Una historia en primera persona que ilustra un perfil sociológico revelador en la era Trump". Menciona también el recién publicado ensayo  Contra el populismo (Debate), del político popular y ex secretario de Estado de Cultura José María Lassalle. "Lassalle nos da las claves de cómo proteger la libertad individual en tiempos de ansiedad colectiva de instantáneo". Tres libros más se suman a su anti-lista: Estudios del malestar (Anagrama), de  José Luís Pardo, porque ofrece un "análisis desideologizado para comprender las causas de la insatisfacción social"; Orianna Fallaci, entrevista con la historia y finalmente Diarios 1956-1985(Lumen) del poeta Jaime Gil de Biedma. "A los diarios ya publicados  se le añaden en esta edición dos inéditos que nos dan una autobiografía intelectual y moral de uno de los referentes de la modernizaron la cultura española".

Ignacio Martínez de Pisón, una de las apuestas de Sergio del Molino.

Sergio del Molino (Escritor)

Su ensayo La España vacía (Turner), que desarrolla un  relato humano del despoblamiento, fue elegido como libro del año por los Premios Cálamo 2016. Alcanzó nueve ediciones, por cierto. De un ingenio especialmente agudo –su muro de Facebook es casi un género literario-, Sergio del Molino ha publicado Lo que a nadie le importa (Literatura Random House), una novela que repasa, en clave autobiográfica, la historia de cuatro generaciones de una familia, así como La hora violeta (Literatura Random House), una extensa carta de amor que el novelista escribió tras la muerte de su hijo. Hay sensibilidad y humor en este escritor, periodista, prescriptor y cultureta –ojo, Del Molino es tertuliano el programa de Alsina, no por otra cosa-, por eso acudimos a su buen tino en lo que a lecturas respecta.

En el apartado No Ficción, Del Molino retoma libros recientemente publicados como El amor del revés (Anagrama), de Luisgé Martín, con otros como La liebre con ojos de ámbar, del escritor y ceramista Edmund de Waal, un texto  publicado por el sello Acantilado, en 2012, y en cuyas páginas el británico construye un ensayo sobre su fascinación por la porcelana al mismo tiempo que traza un recorrido a través de la Historia. A este, añade; La invención de la naturaleza (Alfaguara), de Andrea Wulf;  La hija de la amante (Anagrama), un ensayo precioso en el cual la norteamericana A.M Homes elabora la reconstrucción personal a partir de la relación con los padres biológicos y de adopción. La No ficción de Sergio del Molino finaliza con Danubio, de Claudio Magris, una obra fundamental del escritor italiano en el que reflexiona sobre el paisaje cultura del río que atraviesa Europa a lo largo de más de 3.000 kilómetros. La Ficción del escritor se las juega en las novedades. Cita la inmensa novela Derecho natural (Seix Barral), de Ignacio Martínez de Pisón; Aunque caminen por el valle de la muerte (Penguin Random House), de Álvaro Colomer; La parte soñada (Penguin Random House), de Rodrigo Fresán; Algo, ahí fuera (Alianza), de Bruno Arpaia y Tierra de campos (Anagrama), de David Trueba.

Holbach, Ramón Gómez de la Serna y Juvenal. Edu Galán va en serio.

Edu Galán (Periodista)

De Edu Galán tenemos noticia a menudo por las no pocas polémicas que desata con su afinada daga de la provocación y la sátira; aunque también se le ha visto propinando tartazos, todo sea dicho. El periodista  y escritor, fundador de Mongolia, se juega el pellejo –literalmente- junto con Dario Adanti en el montaje Mongolia, el musical, un ácido espectáculo que saca filo a la parodia y el humor como una forma de despertar la inteligencia a cachetadas. Galán  arranca su selección de Ficción con La larga marcha, una novela de Stephen King publicada por DeBolsillo y que King escribió en 1979 con seudónimo. A ésa siguen Sátiras (Cátedra), en las que  Juvenal traza un retrato despiadado de sus contemporáneos, y las potentísimas Greguerías, de Ramón Gómez de la Serna. El capítulo ficción lo cierra con aquella magnífica novela de desamor y demolición de Ian McEwan, Chesil Beach (Anagrama) y Botchan (Impedimenta), del japonés Natsume Sōseki, un autor a quien sus propios editores se refieren como el Huckleberry Finn nipón e incluso comparan con  El guardián entre el centeno.

La no ficción de Edu Galán incluye No niego nada: confesiones de un moderno Casanova, de Espartaco Santoni; Yo acuso: defensa de la emancipación de las mujeres musulmanas (Galaxia Gutenberg), escrito en el año 2006 por la activista y escritora Ayaan Hirsi Ali; Propaganda (Melusina), de Edward Bernays, un extraño y particular personaje (periodista, agrónomo, sobrino de Sigmund Freud) que convirtió la capacidad de influir en un arma de penetración en la década de los años veinte del siglo pasado. Por último: Lenguaje de género y género lingüístico (Universidad de Oviedo), de José A. Martínez y el Ensayo sobre los prejuicios (Laetoli), del filósofo, escritor y enciclopedista Hollbach. Los libros de Galán guardan todos una lógica interna, una especie de levitación hacia la lucidez para combatir el reblandecimiento de los chiringuitos y el protector solar.

Juan Soto Ivars, Ray Loriga y Renato Cisneros, entre las lecturas de Pisón.

Ignacio Martínez de Pisón (Escritor)

Algo más pegado a la actualidad, quizá porque no aclaramos al escritor que podía elegir cualquier libro –fuese o no una novedad editorial-, Ignacio Martínez de Pisón –autor de Derecho natural, una magnífica novela elegida por otros de los consultados- nos salva los muebles de la actualidad con los que él considera los libros recientemente publicados que vale la pena leer en los meses de ocio que quedan por delante. Comienza el aragonés por el apartado Ficción: Confesión general (Pre-textos), el más reciente libro del zaragozano José María Conget, quien ahonda en el material autobiográfico de su obra en una selección de 12 textos que reflexionan desde la madurez vital. Justamente el tono de Conget hace puente con su siguiente recomendación de Pisón, acaso por el poso de lucidez y escarmiento que comparte con Rendición, la magnífica novela con la que Ray Loriga ganó el Premio Alfaguara de este año y que narra la hermosa historia de renuncia y demolición de un hombre en medio de una guerra. Le siguen a éstas El balcón en invierno (Tusquets), de Luis Landero; La distancia que nos separa (Planeta), del joven escritor peruano Renato Cisneros y Todo lo que sucedió en el valle (Tusquets), del escritor barcelonés Ramón Solsona.

La No Ficción elegida por Ignacio Martínez de Pisón reúne algunos de los libros más atractivos de este semestre –por su vocación de problematizar y reflexionar en temas como la intolerancia: Arden las redes (Debate), de Juan Soto Ivars; Contra el odio (Taurus), de Carolin Emcke; la hermosa edición que hace el sello Nórdica de Cortázar, un libro a cuatro manos que hacen el periodista Jesús Marchamalo y el dibujante Marc Torices. Juntos llevan al formato cómic los momentos más brillantes y sorprendentes de la vida del autor argentino. Pisón cierra la selección con dos títulos históricos brillantes: La venganza de los siervos (Crítica), en cuyas páginas el catedrático Julián Casanova revisa la historia y la interpretación que se ha hecho de la Revolución Rusa, que este año cumple cien años y Sonámbulos (Galaxia Gutenberg), en este libro publicado en 1914, el británico Christopher Clark expone las causas que desencadenaron la guerra en Europa en 1914, algunas de ellas, por ejemplo, una diplomacia envejecida y un panorama político irregular precipitaron una contienda que podría haberse evitado.

La selección de Pardeza.

Miguel Pardeza (Novelista y ex futbolista)

Era el único no madrileño de la Quinta del Buitre, aquella constelación merengue que formaron en los ochenta Butragueño, Míchel, Sanchís, Martín Vázquez y, por supuesto, él: Miguel Pardeza. Un chico que subió a primera con Di Stefano y al que se le abrieron, igual de grandes, las puertas del Santiago Bernabéu y las de la biblioteca pública de su pueblo, La Palma del Condado, en Huelva. Acaso por eso terminó de novelista. Ya lo dijo Pasolini: el fútbol es un lenguaje y tiene sus prosistas. Pues ese es el caso de Pardeza. Pequeño de estatura, rápido de movimientos y avispado como pocos, Miguel Pardeza se dio a conocer en el programa televisivo Torneo, el nombre que eligió para titular su primera novela (publicada por Malpaso), una Bildungsroman en toda regla, un artefacto biográfico que él quiso convertir en ocasión literaria, una especie de alegato sobre la libertad y la capacidad de elegir. Siendo apenas un adolescente, Pardeza leyó a los existencialistas, pero también a los superhéroes de Marvel, a Unamuno, y a Nietzsche, y a Dickens... Hoy, en su casa atesora más de 15.000 mil libros.

Pardeza también elige libros para esta Anti-lista. En la No Ficción elige al norteamericano Joseph Mitchell, con  La fabulosa taberna de McSorley, un volumen que reúne veintisiete crónicas publicadas en la sección del New Yorker dedicada a los perfiles de los personajes más exóticos de la ciudad. Mujeres barbudas, gitanos, sibaritas, camareros, obreros indios, bohemios, visionarios, fanáticos, impostores y toda clase de almas perdidas del Nueva York de los años 30 y 40 del siglo XX. Otra de las lecturas que apunta Pardeza es El descubrimiento del espíritu (Acantilado), de Bruno Snell, uno de los más importantes helenistas del siglo xx, quien en estas páginas rastrea el origen de estas ideas, fundamentales en la historia intelectual de Occidente. Este libro hace puente con otro: Desaparecer de sí (Siruela), del sociólogo David Le Breton, reflexiona sobre las razones sobre por qué tanta gente siente esa “necesidad de ausencia”, opuesta al estilo de vida occidental. Completa la no ficción Examen de ingenios (Seix Barral),  un libro de semblanzas de escritores y artistas hispánicos de José Caballero Bonald y Simon Leys con su Brevario de saberes inútiles. Pardeza elige también las Obras completas del escritor Francisco Casanova (1956-1976) publicadas por Demipage.  La obra, con prólogo de Fernando Aramburu, recopila todos sus poemas, novelas y relatos, junto con sus collages, dibujos y fotos inéditas cedidas por la familia. Del Paul Leautaud, elige el ex futbolista Diario literario (Fuentetaja), una selección de los 19 tomos de la autobiografía del francés.  A ése siguen el poemario Blanco roto de Juan Marqués; los relatos Opera Omnia I, del ucraniano Bruno Schulz y los Cuentos completos de E.L. Doctorow.

Chaves Nogales y Dumas, algunos de los autores elegidos por Leandro Pérez.

Leandro Pérez (Escritor y periodista)

Escritor y periodista, Leandro Pérez abrió muy pronto la temporada de ficción con la publicación de La sirena de Gibraltar, la segunda entrega de la saga protagonizada por Juan Torca. Redactor jefe de la web literaria Zenda, el burgalés ha confeccionado una lista presidida por Nada, con la que Carmen Laforet ganó el Nadal siendo apenas una jovencita y que Leandro Pérez apostilla con la pregunta retórica "¿la mejor novela española del siglo XX?". A ésa siguen Cuentos completos, de Julio Ramón Ribeyro. “¿El mejor libro de relatos del siglo XX? (Borges es intemporal, no cuenta)”, dice el escritor sobre el volumen de relatos del gallego. Las lecturas veraniegas avanzan hasta clásicos de tomo y lomo como El conde de Montecristo, de Alejandro Dumas. "No se me ocurre un novelón mejor para leer en la playa. Con sombra". Coincide en una de sus recomendaciones con Andrea Levy, quien para esta anti-lista también sugirió  A sangre y fuego, de Manuel Chaves Nogales, cierra un primer ciclo con Fuegos con limón, de Fernando Aramburu. ¿La razón? “Porque hace veinte años ya escribía novelones. Y por esta cita:  ‘Uno va a los demás a buscarse a sí mismo, a besarse a sí mismo en la boca de los demás, a masturbarse con el auxilio de otros cuerpos. La madre ama al hijo, si es que realmente lo ama, porque ve en él carne propia. Y por idéntica razón, tomada del revés, el hijo ama a la madre. Y ambos se muestran complacidos cuando les dicen que sus semblantes se asemejan’”. La no ficción de Leandro Pérez incluye Aprendiendo a vivir, de Clarice Lispector; Una mujer en Berlín, de Marta Hillers. De Ryszard Kapuscinski rescata El Imperio, "un viaje, como tantos otros, que ya sólo podemos emprender leyendo". A ése de suma Hijos del Nilo, de Xavier Aldekoa. "Entre otras cosas, por este gran principio: "Esta historia empieza con trescientos muertos y una niña desesperada".  Cierra la lista Plomo en los bolsillos, de Ander Izagirre. "Por este gran subtítulo: Malandanzas, fanfarronadas y locuras del Tour de Francia".

Antonio Orejudo, NUccio Ordine y Antonio Lucas

Eva Serrano (editora)

Hace exactamente tres años fundó un sello cuyo catálogo contiene, a día de hoy, lo mejor del columnismo actual en España y América Latina. Se trata de Círculo de Tiza, una editorial consolidada y cuyo nombre se levanta sobre la borrosa línea en la que coinciden lo real y lo literario. Eva Serrano, capitana de ese barco, ha elegido para Vozpópuli las lecturas que habría que tener en cuenta para los largos días de sol . Su sección de ficción incluye: Stoner (Ed Libros del Sol), de  John Wiliams, "una joya recuperada, un texto de una hondura y una delicadeza asombrosas que se devora del tirón"; Los cinco y yo (Ed. Tusquets), de Antonio Orejudo, “una novela magnética que relata con las dosis exactas de humor y melancolía el retrato de una generación que fue demasiado joven para protagonizar los cambios políticos y sociales de la Transición y demasiado mayor para sumarse a la revolución tecnológica”; Cosas que brillan cuando están rotas (Ed. Círculo de Tiza), libro que Nuria Labarri dedica a los atentados de Atocha; Derecho Natural (Ed Seix Barral), de Martínez de Pisón, "una novela apasionante sobre la familia, sus trampas y sus refugios en la España de los '70" así como Los cuentos completos de Grace Paley (Ed. Anagrama).  "Siempre hay que volver a esta autora  cuya lucidez, humanidad y sentido del humor no dejan de asombrar”. 

La No Ficción de Eva Serrano pega fuerte. Hay contundencia en los títulos que elige y el orden en que los sugiere. Empieza con La utilidad de lo inútil (Ed. Acantilado), de Nuccio Ordine , a juicio de Serrano, "una lección magistral sobre todo lo que nuestra cultura está dejando atrás por considerarlo poco productivo". Barre para casa la editora con un libro que se defiende por sí mismo, por su calidad y belleza. Se trata de Vidas de Santos (Círculo de Tiza), de Antonio Lucas. "Un libro lleno de retratos inolvidables, escritos en prosa con la pluma de un poeta". En sus páginas conviven Rimbaud, Jean Vigo y Camille Claudel con Nick Drake, Leopoldo María Panero o Marga Gil Roësset. Cierra Eva Serrano con dos títulos: el clásico Una habitación propia, de Virginial Woolf, "en la preciosa edición para coleccionista de Lumen";  Para ser escritor (Ed. Círculo de Tiza), de Dorothea Brande y El mundo del ayer. Memorias de un Europeo, de  Stephan Zweig,  publicado por Acantilado. “Un clásico esencial para entender lo que está pasando hoy”.-

La editora Belén Bermejo hace su propia selección, que incluye ficción, no ficción y poesía.

Belén Bermejo (Editora)

Es, de los personajes del mundo de la edición, de los más entrañables. Alguien que, apenas dos o tres días de acabada la Feria del Libro de Madrid, cuando todos exhaustos de la mucha firma y el mucho estrés, es capaz de confesarte que siente nostalgia. Esta mujer ama los libros, al punto que dedica su vida a hacerlos de la manera más bella posible.  Se trata de Belén Bermejo, la editora de Espasa. A ella teníamos que pedirle sus propuestas para una Anti-lista y que incluyese además poesía, el género que mejor conoce y que edita en Espasa.

Sus apuestas en Ficción incluyen: Vida y aventuras de Martin Chuzzlewit, de Charles Dickens, en la edición que publica el sello Alba con traducción de de Miguel Temprano. “Una vez al año, como mínimo, hay que leer un Dickens. Éste, de 920 páginas, es el que voy a leer yo este verano”. Sigue con Las alas de la paloma, de Henry James, también publicado por Alba con traducción de Miguel Temprano y avanza hasta Los bosques imantados, de Juan Vico (Seix Barral), y Tuyo es el mañana, de Pablo Martín (Acantilado). "Dos novelas estupendas de dos autores estupendos que merecerían tener más espacio en los medios de comunicación. No son polémicos, se dedican a escribir, será por eso". En poesía, Belén Bermejo tiene varios títulos: “Cuaderno de campo, el primer poemario de María Sánchez (La Bella Varsovia), y Hasta aquí, el último de Wislawa Szymborska (Bartleby). Una combinación delicada y preciosa. Cualquier poemario de Pedro Casariego Córdoba: porque leer a un genio siempre es conveniente y maravilloso”. La No Ficción elegida por Bermejo abarca El espíritu de las obligaciones, de William Hazlitt (Alba, con traducción de  Javier Alcoriza y Antonio Lastra); Atlas de islas remotas, de Judith Schalansky (Nórdica y Capitán Swing); Lingo, de Gaston Dorren (Turner, trad. de José C. Vales); Carver y yo, de Tess Gallagher (Bartleby) y finalmente,  Me acuerdo, de Joe Brainard (Sexto Piso). “Una joya. Brainard es el creador de esta fórmula del «me acuerdo», que después han ‘copiado’ otros autores. Para no olvidar las cosas que se viven y recuperar la memoria”, asegura sobre este último.

Manual de remedios literarios (Siruela).

Palmira Márquez (Agente Literaria)

Buena parte de las novelas citadas por otros en este reportaje han pasado por sus manos. No es de extrañar, pues Palmira Márquez es agente literaria. Capitanea desde hace más de una década la agencia Dos Passos.  Palmira desempeña ese rol que une a los escritores con editores. Su papel es amplio: desde  gestionar todo lo relativo a los derechos de un autor, hasta la búsqueda constante de nuevos manuscritos para contratar y publicar, lo cual le da una visión privilegiada. La lista de la agente literaria comienza con La casa grande (La navaja suiza), de Álvaro Cepeda Samudio; Octubre, noviembre, diciembre (Pre-Textos), de Ana Blandiana; Trieste (Automática editorial),  de Dasa Drndic; Agua salada (Errata Naturae), de Charles Simmons y Manuscrito encontrado en Zaragoza (versión de 1810), de Jan Potocki, publicada por Acantilado. En no ficción elige: Los emperadores de Roma, de David Potter, publicado por  Pasado&Presente; El relato nacional (Taurus), de  José Álvarez Junco y Gregorio de la Fuente Monge; La memoria secreta de las hojas (Paidós), de Hope Jahren; La desesperación de los simios y otras bagatelas. Memorias (Ediciones Polares), de Françoise Hardy y Manual de remedios literarios. Cómo curarnos con libros (Siruela /Círculo de Lectores).

Pasolini y Capote, la apuesta de la librería Los Editores.

Los Editores (Libreros)

No podían faltar los prescriptores por antonomasia: los libreros. Aunque en este caso toca decir las libreras. Se trata del equipo de Los Editores, una joven librería madrileña que ha conseguido ganarse el corazón de los lectores en muy poco tiempo y que surgió en la cabeza de cinco voraces lectoras y prescriptoras, que han revolucionado en poquísimo tiempo el barrio de Salamanca, donde hacía ya buen rato se echaba en falta una librería que funcionara como un epicentro cultural. No se puede negar que así se ha comportado este local del número 5 de calle Gurtubay.  La selección de no ficción que proponen comienza con Hasta aquí hemos llegado, de Enrique Meneses (Ediciones del Viento) y que reúne, según las libretas, "irónicas y asombrosas memorias de este fotoperiodista español que todos deberíamos conocer". Le sigue Vulgar lengua, Pier Paolo Pasolini (Ediciones El Salmón) , "la más reciente aproximación a esta figura de la intelectualidad europea, que aborda la cuestión de lo popular en la modernidad”; El año del pensamiento mágico, de Joan Didion (Mondadori);  Elogio del Bistrot, de Marc Augé (Gallo Nero editorial) , "el mejor homenaje a la cercanía y la cotidianidad de los bares de nuestra memoria", así como La fabulosa taberna de McSorley, Joseph Mitchell (Jus editorial) , cronista del New Yorker de la ley seca, los boxeadores y las aspirantes a actriz y que, a decir de las prescriptoras, “no dejará indiferente”. El capítulo ficción tiene unas cuantas joyas, valga la pena destacar: Tea rooms, de Luisa Carnés (Hoja de Lata editor), "una maravillosa autora rescatada del olvido que nos habla de la vida en los años de la República con ternura y verdad"; Jaguar negro,de  Lucrecia Zappi (La Huerta Grande), “una novela sobre el origen, la identidad y la tierra en el Brasil más enigmático”; Un año en los bosques, de Sue Hubbell  y Vidas erráticas, de Gianni Celati, según ellas un "retorno a los años cincuenta llenos de cines, vespas y amores imposibles". El broche de oro lo coloca Crucero de Verano (Anagrama), de Truman Capote, "un buen chapuzón de literatura americana".

Desde Butler hasta Anen Sexton. La elección de Portadores de sueños es muy amplia.

Los portadores de sueños (Libreros)

Félix González y Eva Cosculluela rara vez fallan, por eso siempre consultamos su opinión cuando de elegir lecturas se trata. Son no sólo libreros, sino cómplices en todos los inventos que este periódico lleva adelante en materia de recomendaciones literarias. Llevan más de 12 años al frente de una librería como pocas. Ubicada en el número cuatro de la calle Jerónimo Blancas, en pleno centro de Zaragoza, Los portadores de sueños se comporta a la vez como un lugar de reunión y creación. Reconocida en 2012 con el Premio Librería Cultural otorgado por CEGAL y el Ministerio de Cultura, tienen una credencial mucho más importante que cualquier reconocimiento oficial: su eterno ajetreo de autores y lectores, esa idea de la literatura como actividad vital. A ellos hemos dejado completa carta blanca. O al menos algo más de flexibilidad. ¿Trato de favor? Sí, para que salgan ganando los lectores. Entre otras cosas, porque buena parte de los libros que recomiendan obedecen al criterio de fondo, es decir, aquello que sobrepasa la urgencia editorial. Libros consolidados, en ocasiones, verdaderos clásicos.

La selección de ficción de los libreros zaragozanos destaca La hija del optimista (Impedimenta), de la norteamericana  Eudora Welty. "Una mujer vuelve a la casa familiar en el sur de los Estados Unidos para enterrar a su padre. El viaje la enfrenta con la memoria familiar y con sus sentimientos. Una novela preciosa en la mejor tradición de la literatura sureña", asegura Eva Coscuella. De la francesa Delphine de Vigan sugiere Nada se opone a la noche (Anagrama), en palabras de la librera, “una  excelente crónica familiar que retuerce y golpea”. Sigue la ficción de los Portadores con Canciones de amor a quemarropa (Libros del Asteroide), de Nickolas Buttler. “Las vidas de cuatro amigos que crecen juntos en un pueblo de la América profunda y que se reencuentran al cabo de los años. Una novela que habla de vidas muy diferentes y secretos largamente guardados”. También La hija del Este (Seix Barral), una crónica novelada  que hace Clara Usón de lo ocurrido en Yugoslavia durante la guerra de los Balcanes, y Americanah (Penguin Random House), de la nigeriana Chinamanda Ngozi Adichie. “Una novela fresca y luminosa sobre la identidad, el desarraigo y el amor que no entiende de tiempos y distancias”.

La No Ficción de Los Portadores de Sueños presenta algunos títulos como La felicidad de los pececillos (Acantilado),  del belga Simon Leys o La invención del pasado (Debate), del escritor, periodista y guionista Miguel-Anxo Murado, quien cuestiona relativiza el relato de algunos hechos históricos y en cuyas páginas ahonda en su tesis sobre la invención del pasado.  Recuperan el clásico Las armas y las letras (Destino), de Andrés Trapiello. “El libro canónico sobre la literatura que se escribió en España durante la Guerra Civil. Trapiello investiga en las más de 600 páginas a autores de uno y otro bando para ofrecer un retrato certero de esta época”, aseguran. El capítulo No Ficción incluye también un epistolario y un poemario. El primero es Un autorretrato en cartas (Linteo), de Anne Sexton. "A través de la correspondencia de la poeta norteamericana descubrimos cómo fue su vida: atormentada, intensa, solitaria, excesiva. Una biografía hecha de fragmentos que encajan como si fueran un puzzle y que se lee como una novela". El segundo es Insectos (Papeles Mínimos), de Lara López. “Es un poemario hermoso e íntimo lleno de pequeñas cosas, detalles cotidianos, llamadas que no llegan y planes que quedan a medias que nos la fragilidad -y la fortaleza- de la vida”.

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