Lo que realmente decide el valor de un edificio es la vida cotidiana que pueda dársele. Hoy día, la palabra legado asusta. Huele a construcción fantasma, a elefante blanco, a vergonzante recinto clausurado tras la fiesta para la que fue pensado. ¿Ejemplos? Suficientes. La torre hueca de la Expo de Zaragoza podría ser uno.
Esta idea llevó a las autoridades británicas y a los organizadores de los Juegos Olímpicos Londres 2012 a dar prioridad a la función y planificación de lo que se construyese por encima de su deleite estético, sus magnitudes físicas o cualquier otra pretensión que escapara a la practicidad.
El centro de tiro en Woolwich se utilizará en los Juegos de la Commonwealth en 2014.
La nueva Strafford City, al este de Londres -zona especialmente escogida como sede por ser una de las más pobres del país y conseguir así su integración- es, según arquitectos y críticos, una mezcla de pragmatismo, ingeniería y construcción basado en la eficacia.
Sólo cuatro de las construcciones que componen el recinto han sido proyectados con la intención de que permanezcan ahí. El resto viajará. Algunos edificios ya tienen destino. El centro de tiro en Woolwich, bautizado como el pulpo por sus tentáculos con fondos rojo, fucsia y azul, se utilizará en los Juegos de la Commonwealth en 2014.
Puede que otro de los destinos de algunos de los edificios esté al otro lado del mar. Brasil ha solicitado la cancha de baloncesto para que viaje a Río de Janeiro en los próximos juegos de 2016. El Basketball Arena de Wilkinson Eyre es completamente desmontable. Dos tercios de la membrana que actúa como fachada se pueden reutilizar.