El Sur es una forma geométrica. No hay cronologías, tampoco temáticas que lo expliquen al margen de su propia silueta. Va ocurriendo, derramándose como una afirmación. Existen intenciones, siluetas e invenciones que definieron a la América Latina de mediados del siglo XX y que cobran forma en la muestra La invención de lo concreto, exposición de una selección de más de 200 piezas, muchas de ellas mostradas por primera vez en España, de la Colección Patricia Phelps de Cisneros (CPPC) en el Museo Reina Sofía.
El proyecto forma parte del acuerdo de colaboración firmado entre el Museo Reina Sofía y la Fundación Cisneros/ Colección Patricia Phelps de Cisneros que involucra distintas actividades, así como la cesión en comodato de algunas obras al museo para la difusión del arte latinoamericano, tal y como afirmó ayer la propia Patricia Phelps de Cisneros en la presentación de la muestra –la primera de la colección que se hace en Europa-, en compañía de su marido, el empresario Gustavo Cisneros.
Comisariada por Manuel Borja-Villel, director del museo Reina Sofía, y Gabriel Pérez-Barreiro, director de la Colección Patricia Phelps de Cisneros, la muestra enmarca un período de tiempo fundamental del arte en América Latina: desde 1930 hasta 1970, un lapso que engloba el grueso que se mueve desde el arte constructivo hasta la abstracción geométrica con representantes como Joaquín Torres García, Jesús Soto, Helio Oiticica o Lygia Clarck pero en cuya selección quedan incluidas aquellas piezas y artistas que desde el arte conceptual, como Cildo Meireles o Héctor Fuenmayor, generan respuestas e interpretaciones de estas corrientes plásticas.
Fue justamente durante esa etapa del siglo pasado, especialmente desde 1950 hasta 1960, cuando muchos artistas sudamericanos adoptan la abstracción como un lenguaje para desarrollar no sólo una experiencia artística, sino también para articular un discurso cultural e incluso construir un proyecto de identidad, cada uno distinto según la región, pero con el afán del progreso como elemento unificador. En las modernas ciudades de Montevideo, Buenos Aires, Sao Paulo, Río de Jainero y Caracas se adoptó la abstracción como un lenguaje de un futuro cosmopolita y progresista que marcó profundamente la estética, las claves visuales y el papel de motor cultural y político de nuevas ideas a mediados del siglo XX. La geometría del Sur se traza con las líneas optimistas y ordenadas, limpias e impecables de una recta que avanza directamente hacia un futuro moderno.
Intenciones en lugar de cronologías
Construida a partir de un discurso que se inscribe en las nuevas narrativas de la modernidad, La invención de lo concreto abandona las categorías cronológicas y se separa de las visiones centro-periferia que han identificado a América Latina desde el discurso marginal de lo exótico para volcarse en una propuesta donde, si bien predomina excesivamente lo plástico en detrimento de la contextualización histórica, política o social, resultan cinco capítulos que plantean un recorrido en función de la intención o la afinidad entre los autores y que subraya hasta qué punto la geometría adquirió distintos significados y funciones: desde su papel como elemento de comunicación hasta su proyección espacial como problema estético. “Buscamos cambiar la América Latina mágica por la América Latina geométrica”, comenta Manuel Borja Villel, director del museo Reina Sofía y comisario de la muestra.
Se identifican así cinco secciones. Una primera que parte con una Physichromie 500, del venezolano Carlos Cruz Diez que comparte espacio, por contraste, con el universalismo constructivo del uruguayo Joaquín Torres-García, los efectos ópticos dinámicos de Geraldo Barros y las obras interactivas de Helio Oiticia y Lygia Clarck. Esta primera sección va seguida de la segunda sala Diálogos, que exhibe un conjunto de obras que tienen la convicción del arte como herramienta de comunicación interpersonal con piezas como El Libro de la creación de Lygia Pape, que narra la creación del mundo a través de invenciones geométricas interactivas; un tercer capítulo profundiza en la idea de que geometría y matemática son sistemas con un significado inherente, con Piet Mondrian, Josef Albers, Tomás Maldonado, J. Melé o Juan Alberto Molenberg; tras una sala monográfica dedicada a la artista venezolana Gerturd Goldschmidt, Helio Oiticia, Lygia Clark, Lygia Pape, Luiz Sacilotto o Franz Weissmann se plantea una cuarta sección dedicada a la vibración, donde se recoge la intención de ilusión visual e inestabilidad óptica, mientras que en los trabajos de Carlos Cruz-Diez, Jesús Soto o Pol Bury, se crean vibraciones ópticas virtuales. Existe un quinto capítulo, que contiene universalismo constructivo de Joaquín Torres-García y los trabajos de Mira Schendel -al que sigue una sala monográfica dedicada a Willys de Castro-, y el broche final de la muestra: Citrus 6906, una sala monocromática, que reivindica la geometría sin objeto, del venezolano Héctor Fuenmayor, el cual rescatando la expresión del ready-made, plantea una experiencia cromática que cierra el recorrido.
Entre cada uno de estos cinco capítulos, destacan muestras unipersonales que generan nudos de sentido y refuerzan el ritmo de la muestra, dando paso y entrada a unas propuestas acompañadas de otras, tal es el caso de las secciones dedicadas a Jesús Soto, Alejandro Otero, Gego, Cildo Meirelles y Willys de Castro, este último, con sus objetos constructivos, híbridos de pintura y escultura que plantean y generan una síntesis histórica de las influencias que la abstracción geométrica genera como influencia plástica en el continente.
Alrededor de una veintena de piezas presentadas en la muestra proceden del Museo de arte Moderno de Nueva York, entre ellas algunas de Joaquín Torres García, también de Willys de Castro, que han sido traídas a España para completar el recorrido de La invención de lo concreto, la cual ha sido inaugurada este martes con la presencia de la Reina Sofía, la coleccionista Patricia Phelps de Cisneros, así como de los comisarios y las autoridades oficiales y representantes del museo. La muestra podrá visitarse hasta el 16 de septiembre de 2013.