Rafael Doctor está ocupado. Sentado en un escritorio de una sala de exposiciones, recibe a personas, enseña sus fotografías, contesta preguntas. Está claro que molestamos, pero aun así nos recibe, con infinita educación y paciencia. El comisario, escritor, teórico del arte y gestor cultural no para de hacer cosas. Así como se instala en la Fundación Lázaro Galdiano para mostrar su colección de fotos antiguas, también prepara una muestra en CaixaFórum como presenta un libro sobre arte contemporáneo español. Todo en menos de un mes.
“No es que este volumen sea uno de los pocos, es que es el primer libro sobre arte contemporáneo español que se edita en este país”, responde Doctor a la primera pregunta sobre Arte español contemporáneo 1992-2013, un libro coordinado por él y editado por La Fábrica que nació con la intención de ser una herramienta para la elaboración de una cartografía del arte en España durante las dos últimas décadas.
A través de diez capítulos firmados por diez especialistas, el libro intenta desentrañar la gran riqueza de propuestas plásticas españolas a través de una serie de categorías temáticas o preocupaciones estéticas: territorio, tiempo y memoria, las relaciones del artista con su contexto, las prácticas colaborativas y relacionales surgidas en los últimos años, el hermetismo, rasgos escultóricos, estrategias narrativas y la presencia de lo pictórico.
El libro arranca en 1992, con un texto en el que Juan Antonio Álvarez Reyes, director del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo de Sevilla, recuerda el escenario internacional y nacional a partir del cual se marca una hoja de ruta. España se volcaba en las Olimpiadas de Barcelona. Fueron tiempos de euforia seguidos por la recesión y un paro del 24%. Muy parecido al 2013.
Resulta curioso sin embargo, por qué el libro comienza en la década de los noventa si en los ochenta ya existían circuitos como Arco además de galeristas como Soledad Lorenzo y Juana de Aizpuru, quienes ya habían trazado las primeras líneas para un mercado español del arte. “Para la mentalidad española esas fechas son esenciales. Pasamos de una transición larga y extraña a una mentalidad más abierta. Ya habíamos madurado”, explica Rafael Doctor, quien responde a las preguntas algo inquieto, atento a los visitantes de su gabinete.
Superada la crisis económica de comienzos de los noventa, empezó un proceso de florecimiento institucional que hizo que España pasara de tener poquísimos y muy contados museos, a vivir la gran eclosión de espacios para el arte y contenedores culturales: el desarrollo de Reina Sofía, el IVAM o el CAAM en Las Palmas; el MACBA en Barcelona; el CAAC en Sevilla; el MEIAC en Badajoz, el Guggenheim de Bilbao o el MUSAC en León hasta llegar a los casi 3000 centros que se extienden por el territorio español como testimonio de lo que algunos llaman “la burbuja cultural”.
A pesar de todo aquel esplendor institucional, no existió nunca una vocación de conocer, sistematizar y analizar la producción plástica que se gestó en España durante años. Rafael Doctor conoce muy de cerca ese proceso y por eso trata de juzgarlo en su justa medida. Él fue el primer director del MUSAC. Su propuesta al frente del proyecto fue contemporánea y rompedora, como lo fueron las de muchas otras instituciones, no necesariamente conectadas entre sí por una lectura hegemónica. “Es cierto que el Reina Sofía fue muy importante en su momento, pero los 15 últimos años los marcan las periferias, llámese el Musac, Barcelona, Sevilla, Vigo…”, dice.
“Lo bueno de este libro –dice Rafael Doctor- es que mezcla las distintas opiniones que sobre un mismo tema tenemos cada uno de los que en él escribimos”. El libro se gestó hace un año, como parte de un proyecto de investigación conjunto entre Fundación Helga de Alvear de Cáceres, el Museo de Arte Contemporáneo Gas Natural Fenosa de A Coruña y La Casa Encendida. En él participan las que pueden considerarse figuras claves: Óscar Alonso Molina, artista, crítico y comisario; Juan Antonio Álvarez Reyes; Álvaro de los Ángeles, teórico y crítico del arte; el crítico e investigador David Barro, fundador de la revista Arte y parte; Beatriz Herráez, Tania Pardo, Glòria Picazo, Sergio Rubira , Manuel Segade y, por supuesto, Rafael Doctor.
Arte español contemporáneo 1992-2013, que fue presentado la semana pasada en La Casa Encendida, plantea un recorrido ilustrado con más de 500 obras de más de 300 artistas. Su intención no es otra que arrojar luz ahí donde sólo brillaron los fuegos artificiales. “Nos hemos dedicado a hacer contenedores y alarde de exposiciones, que quizás ni debieron de hacerse ni eran necesarias y nos hemos olvidado de estudiarnos y valorarnos”, explica Doctor con algo de prisa mientras pone en orden sobre la mesa fotografías antiguas.